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» El Ciudadano
Fecha: 29/06/2025 00:22
Por Kevin Bryan* El panafricanismo es un movimiento político, cultural y social que busca reivindicar la grandeza de la historia africana, sus recursos naturales y sus capacidades para poder desarrollarse sin tutela de las potencias globales. Surgió inicialmente como una respuesta al colonialismo europeo. En relación a esto, África ha decidido, en los últimos meses, avanzar con una serie de políticas de revalorización de sus recursos naturales que fue aparejada con políticas de nacionalizaciones, reformas en los códigos mineros y suspensión de exportaciones para potenciar sus mercados domésticos. Todo comenzó en Burkina Faso, un país que sobresale como 4° productor de oro en África y que, sin embargo, no tenía reservas de oro propias. La llegada al poder de Ibrahim Traoré en 2022, mediante un golpe de Estado, significó la salida de Francia del país, la alianza con Mali y Níger en torno a una Confederación, y un giro total en materia productiva. En 2024, Burkina Faso anunció la suspensión de sus exportaciones de oro en bruto para intentar que el mismo se procese en el país. En agosto de ese año, el país anunció la nacionalización de dos minas de oro de una empresa británica que tenía deudas con el Estado burkinés. En consecuencia, a fines de 2024, el gobierno burkinés presentó al mundo sus primeros lingotes de oro nacionales para acumularse como reservas. La audaz decisión de Burkina Faso inspiró a su vecino, Níger, a avanzar en la nacionalización del uranio. Uno de los primeros países en tomar nota del caso burkinés fue Malawi, al sur de África. El país anunció, en febrero de 2025, la suspensión de sus exportaciones en bruto de cobre. El gobierno argumentó que quiere que los minerales se procesen, gradualmente, en el país. Rápidamente Namibia, que vio la llegada al poder de Netumbo Nandi, anunció la reforma del código petrolero del país y el inicio de negociaciones con Alemania para poder formar parte de la extracción de petróleo, en un formato mixto público-privado. Dentro de los giros más sorpresivos encontramos también el caso de Botsuana que, gobernada por Duma Boko, anunció hace unos días la reforma de código minero y el inicio de un plan de procesamiento de diamantes dentro del territorio, desafiando al tradicional monopolio europeo. En la misma sintonía emergió Ghana, gobernada por John Mahama, que también modificó su código minero y anunció algunas nacionalizaciones en el sector de explotación de oro, buscando avanzar en el procesamiento local y aumentando el margen de ganancias del Estado. Guinea, bajo la dictadura de Mamady Doumbouya, anunció el proyecto de industrialización local de la bauxita. Podríamos mencionar otros casos como Togo que ya presentó un proyecto para reformar su código minero que data de 1996. También el de Zimbabue que anunció su plan de suspender las exportaciones de litio si las empresas no empiezan a procesar en el país. En cualquier caso, el fenómeno de las nacionalizaciones, reformas de códigos y revalorización de recursos en África parte de una base muy heterogénea que incluye a gobiernos democráticamente electos y a gobiernos de facto. Todos, igualmente, actuando bajo el paraguas del panafricanismo. * Kevin Bryan – Miembro del Programa de Estudios América Latina África / Programa de Relaciones y Cooperación Sur-Sur. Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario.
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