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  • Anna Wintour dio un paso al costado: las lecciones de estilo y liderazgo de la dama de hierro de la moda

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 27/06/2025 12:50

    La histórica editora anunció a su equipo el 25 de junio que deja la dirección de Vogue EE.UU., cargo que ocupó desde 1988 Anna Wintour comunicó este miércoles a su equipo su salida de la dirección de Vogue Estados Unidos. La noticia fue recibida como un símbolo de cierre para una de las eras más influyentes de la historia editorial de la moda. A sus 75 años, Wintour no se retira: seguirá como directora global de contenidos y editorial de Condé Nast, supervisando una cartera de publicaciones que incluye Vanity Fair, Wired, GQ, AD, Glamour y todas las ediciones internacionales de Vogue, con la única excepción de The New Yorker. La compañía no buscará un reemplazo como editora en jefe para la versión estadounidense de la revista, sino que designará a un nuevo jefe de contenido editorial. El cambio responde a la reestructuración que Condé Nast inició en 2020, cuando unificó sus equipos globales bajo un liderazgo centralizado. En ese modelo, Wintour se consolidó como figura clave del nuevo orden editorial. Anna Wintour, de Londres a la cima global Wintour convirtió a Vogue en una plataforma de poder cultural, con portadas protagonizadas por figuras como Hillary Clinton y Naomi Campbell (Reuters) Nacida en Londres en 1949, Anna Wintour creció en un entorno periodístico: su padre Charles Wintour fue editor del Evening Standard. A los 15 años comenzó a trabajar en la boutique Biba, ícono del Swinging London, y más tarde ingresó al mundo editorial sin estudios universitarios formales. Pasó por revistas como Harpers & Queen, Viva y Savvy, hasta establecerse en Nueva York en 1976, cuando comenzó a trabajar para Harper’s Bazaar. En 1983 fue nombrada directora creativa de Vogue EEUU, y poco después asumió la dirección de British Vogue. Finalmente, en 1988 se convirtió en editora en jefe de la edición norteamericana, cargo que mantuvo hasta 2025. Bajo su conducción, la revista vivió una transformación radical. Una portada que fue una revolución Su primera portada en Vogue marcó un cambio radical: jeans y alta costura, una mezcla impensada hasta entonces en revistas de moda Su primera portada como directora de Vogue marcó un quiebre: mostró a la modelo Michaela Bercu con un jean deslavado y un sweater de alta costura de Christian Lacroix. Fue la primera vez que la revista incluyó jeans en una tapa, y también una celebridad en lugar de una modelo clásica. La decisión fue vista como un error por los impresores, pero Wintour insistía: “Sentí que venían vientos de cambio”, explicó años después. Esa portada se convirtió en un emblema de su visión: mezclar lo alto con lo bajo, redefinir la estética de la moda y reflejar el espíritu de la calle sin abandonar el lujo. Fue el primer paso de una nueva era en el diseño editorial que transformaría todas las publicaciones del rubro. Poder editorial, influencia global Su estilo de liderazgo directo y sin concesiones le valió apodos como “Nuclear Wintour” y “el diablo vestido de Prada” (Reuters) Wintour fue mucho más que una directora de revista. Comprendió que Vogue podía ser una plataforma de influencia cultural, política y artística. Durante su gestión, colocó en portada a figuras como Hillary Clinton, Michelle Obama o Naomi Campbell, esta última como la primera modelo negra en protagonizar en solitario una tapa de la revista en 1989. Su intuición la llevó a detectar tendencias y talentos emergentes antes que nadie. Apoyó a diseñadores como Alexander McQueen, Marc Jacobs o John Galliano, y fue clave en la expansión global de la marca Vogue. También supo adaptar la revista al entorno digital, manteniendo su relevancia en un ecosistema cambiante. Mujer símbolo: entre la mitología y la estrategia La película El diablo viste a la moda popularizó su figura, inspirada en el libro de una exasistente que trabajó con ella en Vogue (Reuters) Conocida por apodos como “Nuclear Wintour” o “El diablo vestido de Prada”, su personalidad se convirtió en objeto de ficciones, parodias e interpretaciones. El personaje de Miranda Priestly en El diablo viste a la moda fue inspirado en ella, según confirmó la autora del libro original, Lauren Weisberger, ex asistente de la editora. Wintour no negó la relación y asistió a la premier del film vestida de Prada. Sin embargo, detrás de su imagen glacial hay una operadora política y cultural que construyó meticulosamente su figura. Su rutina diaria comenzaba a las 4:30 de la mañana con una hora de tenis. Amante del deporte, aficionada a la literatura y conversadora culta, Wintour consolidó un estilo de liderazgo directo, sin rodeos. Su hija Bee contó que una vez, en plena gala, le hizo repasar historia latinoamericana por un invitado porque al día siguiente tenía un examen escolar. La arquitecta de un imperio En la última edición de la Met Gala, Wintour lució un vestido largo de satén color celeste pálido diseño de Louis Vuitton (Reuters) Su papel excedió lo editorial: transformó la Met Gala en el evento benéfico más importante del mundo de la moda, recaudando millones para el Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Nueva York. La gala se convirtió en un evento clave del calendario cultural global. En su carrera, Wintour recibió distinciones como la Orden de los Compañeros de Honor del Reino Unido, por su contribución a la moda y el periodismo. Su influencia fue tal que en 2012 circuló el rumor de que podría ser nombrada embajadora de EEUU en Londres, una versión que nunca se concretó pero que evidenció el alcance de su prestigio. Lo que deja Wintour y lo que continua Su permanencia en Condé Nast reafirma su rol estratégico: lejos de una jubilación, continúa moldeando la industria desde la cima (Reuters) Su salida de la dirección de Vogue EEUU deja un vacío difícil de llenar. La revista no tendrá un nuevo editor en jefe, sino un jefe de contenido editorial que reportará directamente a ella en su rol global. Esto permite a Wintour concentrarse en el panorama general, moldeando la estrategia de Condé Nast a escala internacional. El nombre Anna Wintour seguirá guiando las decisiones clave del grupo editorial más influyente del sector. Su estilo ya es parte de la historia visual y cultural de las últimas décadas. Lejos de una jubilación silenciosa, su reposicionamiento deja claro que su visión seguirá definiendo el rumbo de la moda global en los próximos años.

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