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  • Rodri Muñoz sufrió un ictus con 23 años: "Le puede pasar a cualquiera, no importa si llevas una vida sana"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 27/06/2025 00:43

    Rodri Muñoz sufrió un ictus hemorrágico con tan solo 23 años. Desde entonces, comparte en las redes sociales su proceso de recuperación para visibilizar los accidentes cerebrovasculares en personas jóvenes. El objetivo es visibilizar que "le puede pasar a cualquiera", nos explica durante una conversación telefónica con este diario. "No importa si haces deporte o llevas una vida sana, es una lotería". Vive en Majadahonda (Madrid) y es militar en La Guardia Real —cuerpo de las Fuerzas Armadas dedicado a la protección del rey de España y la familia real— desde hace cuatro años. Hace algo más de un año, empezó que algo no iba bien en su cuerpo. Era de noche y empezó a notar que no podía hablar bien; tenía la cara paralizada y las manos y los brazos no respondían. "Llamé a mi madre que estaba arriba, bajó corriendo y me tumbó en la cama. Y partir de ahí no recuerdo nada", señala. Llamaron rápidamente a la ambulancia. Aunque no se acuerda, le han contado que se puso agresivo. Le llevaron al Hospital Puerta de Hierro y le indujeron al coma porque "había riesgo de infarto cerebral". Estuvo diez días en coma inducido y le operaron de urgencia. "Tenía el cerebro inundado de sangre, un 50% del cráneo lleno. La operación no era para arreglar la malformación, era para salvarme la vida". Más tarde hicieron otra operación para estudiar bien los vasos cerebrales y entender qué había pasado en su cerebro. Los especialistas descubrieron que tenía una malformación en una vena del cerebro, un defecto congénito. Todavía sigue recuperándose Cuando despertó, no era consciente de lo que había pasado. No podía hablar, no podía mover la mano, no sentía los dedos de los pies. No podía andar y la movilidad era mínima. Un año después, continúa en su proceso de recuperación, que es "lento, pero progresivo". Ahora del tren inferior "estoy al 100%, ya esquío, hago deporte, puedo correr", pero el brazo y el hombro aún tienen poca fuerza. La mano derecha, que es la dominante, era la peor. "Empecé con un 20% de sensibilidad y ahora estoy por encima del 70%. Aun así, no puedo mover un dedo de forma independiente. Si intento mover uno, se mueven todos", cuenta a este periódico. Tiene sesiones de fisioterapia, terapia ocupacional, logopeda y sesiones en grupo con personas que han pasado por algo similar. Sin embargo, "estoy mejor que nunca". Al salir del hospital fue duro, resalta, porque "te das una hostia de realidad". En el hospital "estás en una burbuja, pero luego llegas a casa y ves que no puedes hacer cosas. Fue verano, mis amigos estaban fuera y me sentí solo". La parte "positiva" de la enfermedad es que ha madurado ha pasos agigantados: "es como si tuviera 30 años". El 25% de las personas que sufren ictus son jóvenes Es militar desde hace más de cuatro años. Actualmente, está de baja, y hasta que pase el tribunal médico no sabe si podrá volver al servicio. Aun así, en su día a día hace más cosas que antes: viaja, sale, esquía, practica deporte, conduce, sale de fiesta (sin beber)... "Hago de todo, hasta más que antes", recalca Rodri. A la pregunta si preguntó a los médicos por qué le pasó tan joven, matiza que le dijeron que "cada vez es más común". Tiene compañeros que han tenido un ictus siendo menores de edad y me escribe gente por redes con historias muy parecidas a la mía. El doctor Juan Carlos Portilla, coordinador de la Unidad de Ictus del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, la edad es el principal factor de riesgo. En los últimos años, ha aumentado notablemente la incidencia de ictus en adultos jóvenes, entre los 25 y 64 años. “Ahora mismo suponen el 25% de todos los ingresos hospitalarios por esta enfermedad”. ¿Qué es el “código ictus" y por qué es tan importante? Se trata de un procedimiento de actuación sanitaria prehospitalaria, en el que se reconocen precozmente los signos y síntomas de un ictus para la priorización de cuidados y el tratamiento. Así, los pacientes llegan directamente a la Unidad de Ictus, donde están perfectamente preparados para atender a pacientes con esta enfermedad. El objetivo de este código es que no pasen más de dos horas desde el comienzo de los síntomas hasta la llegada a un centro hospitalario. De acuerdo a los datos de la Fundación Freno al Ictus, el 80% de aquellos casos que entran a través del “código ictus” no presentan secuelas o son moderadas. Los ictus suelen producirse a partir de los 65 años El ictus es una enfermedad que, clásicamente, está asociada a la edad. El doctor Portilla subraya que, generalmente, se produce a partir de los 65 años. Aunque infrecuentes, se pueden dar casos de ictus infantil. El aumento de casos en adultos jóvenes, destaca el especialista, está asociado a los factores de riesgo que afectan a ese grupo de edad. “Por ejemplo, el estrés asociado al trabajo es más frecuente en las personas de mediana edad, por lo que tienen mayor predisposición a sufrir un ictus si además sumamos otros factores de riesgo como la hipertensión arterial, el sedentarismo o la obesidad”. Hay dos tipos de ictus:

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