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» Diario Cordoba
Fecha: 25/06/2025 00:30
La oposición de Pedro Sánchez a la subida del gasto militar en la cumbre de la OTAN tiene una lectura interna que permite al Gobierno mandar un mensaje de determinación al priorizar el Estado de bienestar y cohesionar a sus socios en medio del ‘caso Cerdán’, pero los efectos en política exterior están aún por determinar. Después de que el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, contradijese a Sánchez para asegurar que no será suficiente con limitar el gasto en defensa al 2,1% para cumplir los compromisos, este martes fue Donald Trump quien elevó el tono para señalar a España como un “problema”. Desde Moncloa intentan esquivar el choque con el presidente de EEUU y, pese a la advertencia, defienden que han trabajado en unas negociaciones “de manera leal y discreta” con el objetivo de no reventar la cumbre. Fruto de estas negociaciones, según sostienen en Moncloa, es que “estamos de acuerdo en lo importante”. Esto es, en el compromiso sobre las capacidades militares que debe asumir España, aunque se difiere en el porcentaje del PIB que se debe destinar para cumplir estos objetivos. Algo que ya dejó claro Rutte este lunes y que ratificó Trump nada más aterrizar en La Haya (Países Bajos), donde hoy y mañana se celebrará la cumbre. “Creo que España tiene que pagar lo mismo que todos los demás", avanzó para asegurar va a tener que "negociar con España" porque, además, siempre ha pagado muy poco. Más tarde, publicó un mensaje en su red social con una captura de pantalla en la que se señala que “España amenaza con hacer descarrillar la cumbre de la OTAN”. En el Gobierno siguen trasladando, por su parte, que se habría acordado desvincular el objetivo del 5% del PIB del compromiso con las capacidades militares. Fuentes del Ejecutivo justifican que, además del intercambio de cartas con Rutte donde se aclaran los compromisos, han mantenido “contactos diplomáticos al máximo nivel”, incluyendo a EEUU, “a lo largo de los dos últimos meses”. De forma preventiva a la posición que pueda adoptar frente a España Donald Trump, habitualmente imprevisible en política exterior, se reitera el compromiso con la Alianza Atlántica y el esfuerzo diplomático para no hacer descarrilar la cumbre. “En ningún caso nuestra intención ha sido torpedear la cumbre”, responden en Moncloa. Sobre las protestas de Polonia ante lo que consideran un trato de favor a España si se le permite flexibilizar el gasto militar, las mismas fuentes contemporizan con su “difícil situación” debido a su cercanía geográfica con Rusia. Por el contrario, Bélgica y Eslovaquia han pedido acogerse una fórmula similar a la de España. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, hacía equilibrios este mediodía para asegurar que España "es un socio serio y fiable de la OTAN” al tiempo que reivindicaba su “posición soberana” para limitar al 2,1% del PIB el gasto en defensa. Eso sí, "gracias a una negociación intensa”. "Nosotros nos comprometemos a cumplir con nuestros objetivos, pero no vamos a invertir más de ese 2,1% de nuestro PIB", añadía en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. “España nunca ha querido bloquear la cumbre” Como ya manifestaban en privado fuentes del Gobierno respecto a las palabras de Rutte, quien se mostró seguro de que España deberá llegar al 3,5% de gasto militar, Alegría las rebajó al estatus de una “opinión”. La discrepancia es, por tanto, respecto al porcentaje del PIB que se necesitará para cumplir los compromisos, pero según añaden los colaboradores del presidente del Gobierno el 5% no es vinculante. En la declaración final se habría modificado el texto para evitar compromisos colectivos absolutos. En lugar de “todos los aliados”, figurará solo “los aliados”. Un cambio que consideran “clave” para reflejar la postura de España de que no todos están obligados a alcanzar el 5% del PIB. Desde el Gobierno se insiste en que España “nunca ha querido bloquear la cumbre”, aun expresando con firmeza la necesidad de separar las metas políticas de los compromisos técnicos. Su principal argumento siempre ha sido que cada país tiene realidades económicas diferentes, y por lo tanto pueden entregar capacidades similares con un gasto diferente en porcentaje de PIB. De ahí que entiendan que no es preciso aplicar el mismo porcentaje a todos. Todo ello no obsta, según se subraya, con la garantía de que “España es un miembro plenamente comprometido de la OTAN”.
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