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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/06/2025 04:41
La CGT atraviesa otra etapa de definiciones tamizada por su dura interna Faltan menos de cuatro meses para que nazca una nueva CGT, pero, mientras se perfila la renovación de autoridades, la dirigencia cegetista pasó una de sus semanas más agitadas y con mayor riesgo de división. El detonante fue la condena a Cristina Kirchner, que reavivó la interna sindical y dejó secuelas que aflorarán esta semana cuando se discuta si se sumará al Consejo de Mayo citado por el Gobierno. La administración de Javier Milei hará una fuerte apuesta a buscar consensos multisectoriales para lograr la modernización laboral y la CGT deberá decidir qué hacer en medio de sus peleas y de un escenario socioeconómico complicado por el cepo oficial a las paritarias, que ya detonó protestas en sindicatos importantes como Comercio y Sanidad. Por un lado, la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), liderada por Armando Cavalieri, sigue sin tener homologado su último aumento salarial (5,4% trimestral, más tres sumas fijas) porque superó la pauta oficial y denunció el “reiterado incumplimiento” del acuerdo por parte de algunas cadenas mayoristas, donde los trabajadores ya iniciaron medidas de fuerza para reclamar el pago íntegro del incremento para el período abril-junio. Armando Cavalieri, líder del Sindicato de Comercio Según FAECYS, “distintas empresas adoptaron mecanismos para eludir lo pactado: algunas pagan las sumas fijas pero no aplican los porcentajes, mientras otras otorgan anticipos parciales sin ajustes posteriores”. Por eso Cavalieri se quejó: “Los acuerdos paritarios son producto de una negociación responsable entre partes y deben cumplirse sin excusas. No vamos a permitir que los trabajadores sean la variable de ajuste en este contexto”. La Federación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA), por su parte, decidió profundizar las protestas este lunes y martes en demanda de un aumento salarial que compense la inflación, luego de haber rechazado una oferta de los empresarios de un incremento del 1% mensual en los sueldos para el trimestre mayo-julio, tal como quiere el Gobierno. “Vamos a resistir para que no nos perjudiquen, para no perder y para que no nos bajen los salarios”, advirtió Héctor Daer, líder de FATSA y cotitular de la CGT, tras criticar “la irresponsabilidad de los empresarios de Sanidad que se niegan a recomponer los salarios del sector asistencial”. “Con trabajadores mal pagos no hay sistema de salud que funcione”, dijo. Protestas del Sindicato de Sanidad ante un sanatorio porteño La expectativa está puesta en una nueva audiencia entre las partes que se realizará el miércoles. Si no hay acuerdo, se van a intensificar las medidas de fuerza. En medio de este clima parece difícil que la CGT se siente plácidamente en una mesa de diálogo con el mismo gobierno que pone techos a los aumentos salariales. Pero dejar una puerta abierta a las negociaciones con los libertarios sería una salida pragmática a la encerrona de siempre, con el paro general y la movilización como única respuesta. Si la CGT da ese paso, con el aval para que Gerardo Martínez (UOCRA) participe del Consejo de Mayo, se redoblará la presión del sindicalismo kirchnerista en contra de todo diálogo con el Gobierno y en favor de acelerar el cuarto paro general contra Javier Milei. Cristina Kirchner y Abel Furlán Luego de no haber logrado que la central obrera declarara un paro en defensa de Cristina Kirchner, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), dirigida por Abel Furlán, identificado con el kirchnerismo, exigió la semana pasada a la conducción de la CGT que en forma urgente se discuta un plan de lucha “sostenido y escalonado” contra el ajuste y la “proscripción” de la ex presidenta condenada por corrupción. Pese al reclamo, el sindicato metalúrgico no impulsó un paro cuando se hizo el acto en apoyo de Cristina Kirchner, a diferencia de SMATA, otro gremio K, que ese día logró paralizar la actividad en las plantas automotrices de la zona norte del conurbano (Ford y Volkswagen en General Pacheco, la de Toyota en Zárate, y la de Mercedes-Benz en Virrey del Pino). La UOM y SMATA, dirigido por Ricardo Pignanelli y Mario Manrique, quien renunció a la CGT en octubre pasado por diferencias con la conducción, son dos de los gremios que empujan profundos cambios en la estrategia cegetista. Cerca de Furlán aseguran que tienen el apoyo de más de 70 gremios. Por ahora no se conocen. ¿Saldrán a la luz esta semana en que la CGT debe definirse si acepta dialogar con el Gobierno? Juan Carlos Schmid, titular de la CATT Otro bloque de sindicatos no emplazará en los próximos días a la CGT, pero, en la práctica, tomará distancia de su agenda y sus tiempos: se cristalizará con la marcha de protesta contra el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, que tendrá lugar el miércoles a las 12, promovida por el flamante Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos. Allí hay gremios con poder de fuego como los que pertenecen a la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que lidera Juan Carlos Schmid, e integran Juan Pablo Brey (aeronavegantes) y Pablo Biró (pilotos), además de sindicatos de las dos CTA y organizaciones sociales como la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Schmid (Dragado y Balizamiento) forma parte de la mesa chica de la CGT que podría habilitar el diálogo con ministros como Sturzenegger dentro del Consejo de Mayo y, a la vez, organiza una marcha contra el mismo funcionario que impulsa la desregulación en el transporte y la regulación del derecho de huelga. Gerardo Martínez y Guillermo Francos (Foto Franco Fafasuli) Pero no es estrictamente lo mismo. Si Martínez se suma a la estructura anunciada por Milei para consensuar puntos de la modernización laboral será, sobre todo, para la CGT intente amortiguar los cambios drásticos que quiere la Casa Rosada en la legislación del trabajo y, en particular, frenar cualquier modificación que debilite al poder sindical. Como anticipó Infobae, antes de que delibere el Consejo de Mayo hay puntos de acuerdo entre Gerardo Martínez y el nuevo titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini, sobre temas como la modernización laboral, con eje en la necesidad de consensos tripartitos y el rechazo a decisiones unilaterales de la Casa Rosada. ¿Qué dirá al respecto Hugo Moyano? El líder de Camioneros quedó fortalecido luego de una semana en la que piloteó la resistencia de la CGT a las presiones kirchneristas por un paro general en defensa de Cristina Kirchner. De paso, ante sus colegas cegetistas, volvió a desautorizar a su hijo Pablo, que había visitado a la ex presidenta y le dio el aval del sindicato de manera inconsulta. “Como ustedes saben, alguien de mi familia visitó a Cristina. Imagínense cómo nos cayó. Pablo la fue a visitar y ni me llamó por el Día del Padre”, se quejó, tal como reveló Infobae. Hugo Moyano, con su hija Karina Moyano, Marcelo Pariente y Walter Correa No fue lo único que hizo Hugo Moyano. También le hizo un guiño a Gobierno al firmar un aumento salarial que respeta el tope oficial: 3% en tres cuotas del 1% para junio, julio y agosto, más una suma fija de $45.000 y el pago de $18.500 por trabajador como contribución de los empresarios a la obra social de Camioneros. La interna moyanista quedó al rojo por CFK, pero pasó inadvertido un dato: también defendió a la ex mandataria y reclamó a la CGT un paro general y una movilización Marcelo Pariente (motoqueros), aliado de Pablo Moyano, en su condición de titular de una de las tres versiones de las 62 Organizaciones, el tradicional brazo político del sindicalismo peronista. Pero su secretaria adjunta es Karina Moyano, otra integrante del clan familiar y secretaria de la Mujer de la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros. ¿El malestar de papá Hugo también la alcanza? La sindicalista se integró a las 62 con el patrocinio de su hermano Pablo, que alentó la creación de esa estructura político-sindical para competir con otra variante de las 62 presidida por José Ibarra (taxistas) y apoyada por Hugo y Facundo Moyano (peajes). La CGT, en uno de sus pocos encuentros con Guillermo Francos, Santiago Caputo y Julio Cordero El líder de Camioneros, que en estos días les pasó a Cristina Kirchner y su hijo Máximo todas las facturas por tantos años de destrato, se consolidó como socio de la alianza que maneja la CGT, donde figuran Héctor Daer (Sanidad), Octavio Argüello (Camioneros) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), más los independientes Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), y aliados como Julio Piumato (judiciales), Rodolfo Daer (Alimentación),Jorge Sola (seguro) y Sergio Romero (UDA), entre otros. Ese sector está enfrentado más que nunca con la fracción kirchnerista de la CGT, integrada por Furlán, Ricardo Pignanelli (SMATA), Sergio Palazzo (bancarios), Norberto Di Próspero (personal legislativo), Graciela Aleñá (viales) y Carlos Minucci (jerárquicos de energía), entre otros. Frente a frente, como durante el gobierno de Cristina Kirchner, las dos grandes corrientes sindicales ya empezaron a precalentarse para medir fuerzas en el congreso de la CGT para elegir su nuevo secretariado, que se hará en la primera quincena de octubre. Saúl Ubaldini, el posible modelo para definir al nuevo titular de la CGT Ya se sabe que no seguirán Daer ni Acuña como cotitulares y se acaba de abrir nuevamente el debate sobre el esquema de conducción que debería tener la CGT. Ya lo explicitó Schmid en diálogo con Radio Perfil: “No puede haber más un triunvirato. En la CGT hay que volver a un solo secretario general". Hoy, sin embargo, no hay un dirigente que condense el apoyo de la mayoría de sus pares como para convertirse en el jefe único de la CGT. Otra vez se habla del “modelo Ubaldini”, en alusión a un dirigente menos conocido y de un gremio chico para conducir la central obrera sin compromisos con los sectores internos. Pero cuando Lorenzo Miguel (UOM) y Diego Ibáñez (SUPEH) propusieron al ignoto dirigente del Sindicato de Cerveceros fue con la idea de poder manejarlo desde las sombras. ¿Tratarán de hacer lo mismo ahora algunos líderes sindicales? En ese caso, puede representar un problema: Ubaldini se terminó desmarcando de sus padrinos y construyó un liderazgo autónomo que puso en jaque el inmenso poder de los líderes sindicales. Un espejo en el que a ningún dirigente de la CGT le gustaría mirarse.
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