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» Facundoquirogafm
Fecha: 21/06/2025 16:20
Aunque no hay piquetes, el problema radica en el funcionamiento intermitente de semáforos en esquinas clave del centro, como Corrientes y Liniers o Laprida e Italia, lo que sumado a obras de bacheo "mal señalizadas", provoca constantes peligros, demoras y embotellamientos. La problemática se agudiza con intervenciones viales demoradas y sin la señalización adecuada. En cruces neurálgicos como Don Bosco y Monteagudo, la reposición de caños se encuentra atrasada, congestionando las calles lindantes. A esto se suma la posibilidad de estacionar en doble mano, complicando la circulación en zonas de alta densidad vehicular como las cercanas a escuelas y organismos públicos, y la falta de agentes de tránsito que ayuden a descongestionar. Las consecuencias de este desorden son palpables y preocupantes. Filas interminables de vehículos se forman en horas pico, como en avenida Las Heras frente a la Laguna Argüello. El transporte público también se ve directamente afectado, con varias líneas de colectivos obligadas a modificar sus recorridos o circular con demoras. La situación se vuelve grave cuando una ambulancia intenta pasar con sirena encendida y la congestión impide que los vehículos se aparten, generando "escenas de riesgo". Este panorama alimenta la "alta siniestralidad" en una ciudad que ya lidia con elevados índices de accidentes viales. El Hospital Perrando, por ejemplo, recibe a diario pacientes politraumatizados, y su servicio de emergencias se ve saturado por "siniestros evitables". Un caso ocurrido en Hernandarias y Marconi, donde un colectivo y una moto chocaron en una esquina sin semáforo operativo desde hacía semanas, evidenció el peligro que enfrentan los vecinos. En resumen, la combinación de semáforos que no funcionan (incluso después de finalizadas las obras, como en San Martín y Arturo Illia), obras prolongadas y mal señalizadas, y la ausencia de una gestión eficiente del tránsito, llevó a la ciudad a un punto de "desorganización" que afecta la vida diaria de sus habitantes. Usuarios y choferes coinciden en que el bacheo, lejos de mejorar, "empeora la experiencia diaria de moverse en la ciudad".
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