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Parana » Informe Digital
Fecha: 15/06/2025 00:10
Juan Schiaretti está convencido de que, tras las elecciones del 26 de octubre, el peronismo iniciará un proceso de reorganización en el que Cristina Fernández de Kirchner no participará, ya que estará cumpliendo seis años de condena e inhabilitación perpetua por corrupción. El exgobernador expuso su perspectiva en varias reuniones que lideró la semana pasada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, incluyendo un encuentro con la Cámara de la Construcción, aunque evitó hacer declaraciones públicas. Se centró en el impacto político y no se pronunció sobre el fallo. Según el razonamiento de Schiaretti, Cristina seguirá teniendo influencia dentro del justicialismo en los próximos meses, pero sostiene que, después de las elecciones legislativas de medio término, su luz comenzará a apagarse. ¿Quién liderará el proceso que debe incluir debates profundos sobre el futuro de esta fuerza política, que ya comienza a mirar con atención hacia 2027, cuando se votará para elegir presidente, gobernadores e intendentes? La respuesta de los schiarettistas de la mesa chica no se hace esperar: todo depende del gobernador bonaerense Axel Kicillof y de cómo quede posicionado en la contienda que mantendrá con el cristinismo, incluyendo no solo a La Cámpora. “Si Axel está al frente de la campaña de las legislativas de octubre y el peronismo derrota a La Libertad Avanza, el gobernador tendrá una centralidad marcada y es probable que nadie pueda disputarle poder interno. A su vez, todo el partido se alineará detrás de él, a pesar de Cristina, que comenzará lentamente a ser marginada o a automarginarse”, argumentan los cordobesistas. En cambio, si el presidente Javier Milei impone a sus candidatos en octubre, la renovación peronista tomará otros caminos, y ahí es donde el exgobernador de Córdoba contempla aquella antigua posición centrista que transita por el centro. Aspira a convertirse en la figura a seguir y que Córdoba sea el modelo a imitar, considerando la buena reputación que ha ganado a raíz de su participación en las elecciones presidenciales de 2023. Los socios de la aventura La estructura fundamental de este proceso, siempre y cuando se den las condiciones para que prospere, se basa en fomentar la unidad partidaria y los consensos a partir de los gobernadores de la Región Centro: Maximiliano Pullaro (UCR, Santa Fe), Rogelio Frigerio (PRO, Entre Ríos) y, lógicamente, Córdoba, con Martín Llaryora (PJ), compañero político del exgobernador. A este equipo multipartidario se suma Ignacio “Nacho” Torres (PRO), que gobierna Chubut. Esto representa un peronismo de puertas abiertas, que integre y presuntamente lidere un frente con varios partidos políticos, muchos de los cuales han sido históricamente adversarios, como el radicalismo, o una parte de este, y un sector del PRO. Implica dejar de lado a líderes de las últimas décadas que han tenido una fuerte influencia en la política del país, como Mauricio Macri, por mencionar uno. Además, busca sumar a otros actores relevantes de diferentes fuerzas políticas, de ahí sus contactos con Martín Lousteau, Leandro Santoro, Facundo Manes y Elisa Carrió, con quien mantiene un diálogo constante. Recientemente, en una conversación con Punto a Punto Radio, la líder del ARI no escatimó elogios al referirse al exgobernador de Córdoba. A partir de esta base, el cordobesismo aspira a ampliar sus fronteras y concretar un viejo sueño schiarettista: guiar los destinos del peronismo a nivel nacional. Ya ha seleccionado a sus futuros socios, o a buena parte de ellos, y “después se verán las candidaturas de 2027 si todo marcha por carriles normales”, anticipan desde el peronismo de Córdoba. Por lo pronto, Schiaretti vuelve a hacer las valijas y mañana viajará a España, donde permanecerá una semana. De eso no se habla El cordobesismo ha evitado comprometerse con una opinión sobre el fallo condenatorio de Fernández de Kirchner, y tres días después del mismo, el jefe del bloque de legisladores provinciales, Miguel Siciliano, afirmó que los fallos deben acatarse o apelarse si hay posibilidad de hacerlo. Fue la única voz del oficialismo provincial, en un momento en que toda la política se preguntaba por el sugestivo silencio. Luego se ofreció una explicación: “Si nos solidarizábamos con Cristina, seguro nos criticarían. Si decíamos que era un fallo justo, también habríamos quedado en la mira. Preferimos que nos dijeran: ‘¿Y estos por qué no hablan?’, por eso decidimos mantenernos en silencio hasta que se determinó que era necesario que alguien hablara. Por eso habló Siciliano”, comenta un experimentado observador de los pasillos del poder provincial. A su vez, el gobernador Martín Llaryora sigue formando parte del tándem con Schiaretti, aunque se concentra en la gestión y se apoya en el exgobernador cuando se trata de avanzar en el armado político nacional. Desde El Panal reconocieron que existe un buen diálogo con el gobernador Kicillof, pero aclararon que se trata solamente de gestión y nada más. “Córdoba colaboró con Buenos Aires en los incendios ocurridos hace un tiempo y en las inundaciones. Axel agradeció y suelen hablar. Pero sus proyectos políticos son diferentes, muy diferentes”, añaden las mismas fuentes. Habrá que ver cómo se configuran las listas en agosto, cuando finalicen los plazos para presentar candidatos para los comicios de octubre. Los llaryoristas continúan considerando una fórmula Juan Schiaretti-Natalia de la Sota, pero esto tiene condicionamientos importantes. Primero, que el exgobernador acepte liderar las listas. Y segundo: que el propio Schiaretti acepte a De la Sota, quien el martes publicó en X que el fallo contra CFK era injusto, entre otras cosas. Schiaretti no ha hablado con la hija del fallecido José Manuel de la Sota en más de dos años y no se le ve interesado en hacerlo. Sin embargo, a medida que se acerquen las fechas límite, se realizarán encuestas y todo puede cambiar. Podría incluir a la actual diputada en la lista cordobesista o impulsarla para una lista colectora que podría ser letal para las adormecidas fuerzas del kirchnerismo cordobés.
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