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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/06/2025 16:46
Según el informe publicado por el Consorcio de Gestión del Puerto de San Pedro, la profundidad en la zona pasó de más de 10 metros a valores entre 7,5 y 8 metros en menos de una semana (Foto: Shutterstock) A casi tres semanas de la varadura del buque granelero con destino a Angola en el canal de acceso al Puerto de San Pedro, nuevos informes técnicos permiten entender en profundidad qué originó el incidente, cuáles fueron sus consecuencias logísticas y qué medidas serán necesarias para restablecer la operatividad plena del puerto. La embarcación, que transportaba 33.000 toneladas de trigo con destino a Angola, quedó detenida el 23 de mayo minutos después de zarpar. Si bien el dragado de mantenimiento del vaso portuario había concluido apenas dos semanas antes, garantizando una profundidad de 9,80 metros, el buque encalló en un tramo donde el fondo había cambiado de forma súbita y dramática. Qué ocurrió realmente en el canal de acceso Según el informe publicado por el Consorcio de Gestión del Puerto de San Pedro, la profundidad en la zona pasó de más de 10 metros a valores entre 7,5 y 8 metros en menos de una semana. La explicación radica en un fenómeno hidrosedimentológico provocado por lluvias excepcionales que afectaron a gran parte del territorio bonaerense los días 16 y 17 de mayo. Las cuencas de los arroyos El Tala y Arrecifes recibieron entre 400 y 500 mm de agua, generando un incremento abrupto del caudal en el riacho Baradero. Este fenómeno no solo elevó el nivel aguas abajo, sino que invirtió el sentido de la corriente, arrastrando sedimentos hacia el canal de acceso al puerto, donde se depositaron en forma masiva y en tiempo récord. El resultado: una sedimentación equivalente a tres años de acumulación normal, que triplica el volumen refulado durante el dragado completado el 8 de mayo. Impacto logístico y operatividad portuaria El buque fue liberado recién el 25 de mayo, tras la intervención de tres remolcadores. Desde entonces permanece nuevamente amarrado en el muelle cerealero, a la espera de que se restablezcan las condiciones de navegabilidad. El incidente paralizó las operaciones y generó demoras en la rotación de buques, afectando la cadena logística de exportación en plena temporada agrícola. Para recuperar la operatividad, se estima necesario dragar más de 300.000m³ de sedimentos, una tarea urgente que implica costos elevados y tiempos prolongados. La solución inmediata pasa por un nuevo dragado intensivo, pero el desafío estructural es otro: construir una infraestructura portuaria más resiliente (Foto: Shutterstock) ¿Se podría haber evitado? Desde el Consorcio portuario señalan que se cumplían todos los parámetros técnicos requeridos al momento de la zarpada. Incluso un buque similar había salido sin inconvenientes días antes. El episodio es considerado un hecho de fuerza mayor, abrupto e imprevisible, sin antecedentes registrados en la zona. Sin embargo, el caso abre un debate sobre la necesidad de mejorar la capacidad de anticipación ante eventos climáticos extremos. El uso de herramientas como imágenes satelitales, batimetrías en tiempo real y modelos de predicción hídrica podría ser clave para detectar cambios súbitos en los fondos navegables. Un llamado de atención para los puertos argentinos Más allá de la excepcionalidad del evento, la situación pone de relieve la fragilidad de los nodos logísticos frente al cambio climático. Las lluvias extremas no solo alteran caminos y cosechas, también transforman en pocas horas el estado de los canales por donde circula la producción exportable. La solución inmediata pasa por un nuevo dragado intensivo, pero el desafío estructural es otro: construir una infraestructura portuaria más resiliente, con capacidad de respuesta dinámica ante lo imprevisto. Porque en logística, lo inesperado también debe ser parte del plan.
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