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» Politicargentina
Fecha: 13/06/2025 16:31
Durante el primer año de la gestión de Javier Milei, la clase media experimentó un fuerte deterioro en su poder adquisitivo y en su acceso a bienes y actividades que históricamente definieron su posición social. Ante un aumento desmedido de los precios relativos, especialmente en servicios esenciales, el sector se vio obligado a rediseñar las canastas de consumo, desplazando bienes tradicionales y resignando la calidad de vida.Así lo reveló un nuevo informe del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que observó que el consumo de los hogares argentinos atravesó una profunda reconfiguración. El análisis interanual comparado de los datos de consumo, inflación e ingresos, enfocado en la clase media, revela en primer lugar una reconfiguración forzada de la canasta de consumo ya que se produjo un cambio drástico en la composición del gasto de los hogares.Durante el primer año de la gestión libertaria, el 59% del gasto se destinó a servicios, lo que representa un aumento de 10 puntos porcentuales respecto al año anterior. Esto significa que, aunque los salarios mostraron una recuperación nominal, el poder adquisitivo real se vio mermado por la necesidad de cubrir costos fijos inevitables.En ese sentido, el informe dio cuenta del complejo y desafiante panorama que enfrenta la clase media argentina: la recuperación salarial observada hacia fines de 2024 resulta engañosa frente a la magnitud del ajuste en el gasto de los hogares. Aunque en el cuarto trimestre de ese año, los salarios mostraron una recuperación, muchas personas se vieron obligadas a modificar la composición de su canasta de consumo debido a la variación de los precios relativos.La inflación intermensual de los servicios superó la de los bienes en once de los doce meses del primer año de gobierno, lo que hizo que los servicios se encarecieron aproximadamente un 33% en términos relativos. Esta disparidad se tradujo en un “efecto tijera”: mientras que los ingresos se esforzaban por seguir el ritmo de la inflación general, el costo de vida se disparó por el lado de los servicios.De acuerdo al informe, los incrementos porcentuales en servicios esenciales fueron alarmantes: en la Ciudad de Buenos Aires, el gas aumentó aproximadamente un 631%, el transporte un 707%, la electricidad un 390% y el agua cerca de un 350%. Estos aumentos son sustancialmente mayores que el aumento promedio del 129% en el gasto en alimentos, donde incluso los lácteos, con un incremento del 174%, quedaron casi 100 puntos porcentuales por debajo del servicio con menor aumento.En tercer lugar, se observa una erosión del poder adquisitivo y retroceso social donde los salarios resultan insuficientes para mantener la posición social. La capacidad de compra de bienes y servicios tradicionalmente asociados a la clase media también sufrió una caída notoria.Para que una persona sea considerada de clase media en el tercer trimestre de 2024, sus ingresos mensuales debían oscilar entre aproximadamente $372.000 y casi $1.192.000. Esto implicaba un aumento de alrededor del 125% en los ingresos desde el inicio del gobierno para mantener esa posición social. Sin embargo, el incremento promedio de los salarios a nivel nacional fue de aproximadamente 119% en el mismo período.En conclusión, el informe detalló el desproporcionado aumento de tarifas y servicios en comparación con los salarios, la reconfiguración forzada de las canastas de consumo y la marcada caída en sectores clave como los shoppings, evidencia la erosión de los ingresos de esta clase social. En definitiva, el primer año del gobierno de Javier Milei implicó una pérdida sostenida de la capacidad de consumo y del bienestar de la clase media argentina.
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