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Parana » Asdigitalnews
Fecha: 11/06/2025 01:20
La semana pasada me levanté con un dolor de cabeza muy fuerte y náuseas. Raro, no es frecuente que sufra de ninguna de las dos cosas. Rápidamente algo se activó en mi cabeza: ¿tendré algo grave? ¿Tengo que ir al médico? ¿Para cuándo me darán turno? ¿Será un embarazo psicológico? ¿Es posible eso? Hundida en el mar de preguntas, decidí buscar en Internet. Con sólo escribir "¿qué pasa si me duele la cabeza y…?", aparecieron varias opciones:… "y me pongo hielo", "y me sangra la nariz", "y tengo náuseas"…¡Ese! Google fue veloz: podía tener migraña, estrés, una infección gastrointestinal, traumatismo craneal, anemia, fibromialgia, un sinfín de respuestas. Lejos de calmarme, me generó más ansiedad así que me automediqué con ibuprofeno y fui a la guardia. El médico fue muy claro: "No googlees más, no es grave lo que tenés". Más tarde me enteré que esa búsqueda intensa, si se alarga en el tiempo, es cibercondría. La cibercondría es la búsqueda obsesiva y reiterada de enfermedades, diagnósticos o síntomas a través de Internet, potenciada por el fácil acceso a una información no chequeada, generalmente, por fuentes profesionales. Este tipo de cuadros se enmarca dentro de los trastornos de ansiedad de tipo panicosos u obsesivos compulsivos. La persona siente síntomas y temor a tener una enfermedad grave, lo que le genera ansiedad y la lleva a una búsqueda viciosa de diagnósticos y enfermedades posibles. "Las personas buscan en la web, en Google, en plataformas de salud o por medio de la Inteligencia Artificial, respuestas a sus dudas e inquietudes vinculadas con la salud. Por ejemplo, averiguan sobre síntomas, diagnósticos, interpretación de análisis médicos o acuden a internet para evaluar posibles alternativas de tratamiento", explica la doctora en Psicología María Paz Hauser. Según detalla la investigadora de la Universidad Nacional de San Luis, esta problemática está en aumento en todo el mundo por lo que decidió poner el foco en cómo impacta, en principio, en San Luis para luego extenderse al resto del país. Para ello, realizaron a más de 600 personas la Escala de Gravedad de la Cibercondría, un cuestionario de 33 ítems desarrollado por los investigadores británicos McElroy y Shevlin en 2014. El test evalúa diferentes variables de la cibercondría, como la compulsión, la búsqueda excesiva de información en internet, la angustia, la búsqueda de tranquilidad y la desconfianza hacia los profesionales médicos. Hasta ese momento, no se había realizado un estudio similar sobre el tema en Argentina. "Tuvimos que adaptar este test a la población porque no teníamos ningún instrumento para medir los índices de prevalencia de la cibercondría aquí. Así que pedimos permiso a los investigadores británicos, lo tradujimos al castellano, lo evaluaron expertos en idiomas y luego hicimos el test a las personas. Al principio, la idea era evaluar a 160 individuos, pero se terminaron sumando alrededor de 600. Con esa recolección es que podemos hacer el análisis", detalla Hauser.
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