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  • "Mountainhead", la película del creador de "Succession" en la que aparece Argentina

    » La Capital

    Fecha: 09/06/2025 16:31

    Los cuatro tecnócratas más poderosos del mundo se reúnen a pasar un fin de semana de relax en la mansión de uno de ellos. Esa es la premisa de “Mountainhead” , primer largometraje escrito y dirigido por Jesse Armstrong, creador de la multipremiada serie “Succession” . Además de ofrecer una crítica a la tecnocracia contemporánea, la película incorpora a Argentina de una manera muy particular. Steve Carell, Jason Schwartzman, Cory Michael Smith y Ramy Youssef interpretan a cuatro magnates multimillonarios de la industria tecnológica. Viejos amigos, no sin tensiones por la competencia entre algunos de ellos, se reencuentran para hacer cosas de ricos en medio de una casa de lujo en las montañas nevadas de Utah. Tal como en “Succession”, los protagonistas son humanamente deleznables y por sobre toda fachada de afecto su corazón está siempre en la rosca empresarial. El humor ácido y las traiciones cruzadas serán, acorde al estilo de Armstrong, un elemento clave de la narrativa. Estos multimillonarios tecnológicos son, al igual que en la vida real, bastante distintos a los millonarios mediáticos de la serie. Hay otra idiosincrasia, otro lenguaje, otro nivel de poder. Cómo aparece Argentina en la película Según contó el propio Armstrong,. Venis, interpretado por Cory Michael Smith, es bastante resonante con la figura de Elon Musk y su plataforma (llamada Traam) está en el centro del conflicto de la película: una nueva actualización que permite hacer deep fakes (contenido hecho con I.A difícilmente discernible de contenido real) genera caos global. Mientras los millonarios aprovechan las amenities de la mansión, el mundo estalla. Hay protestas violentas, asesinatos entre civiles y caída de gobiernos. Uno de los que primero cae, por la desaparición de su Banco Central, es Argentina, parámetro de la inestabilidad financiera. Si bien no se nombra a ningún gobernante, se puede suponer, teniendo en cuenta el espíritu crítico del creador y el hecho de que Javier Milei y Elon Musk son sabidamente aliados, que la referencia no es casual. “Argentina es un caos. Argentina se está hundiendo. El banco central se ha vuelto loco. Lo que estamos viendo es hiperinflación en el sur y una crisis crediticia en el norte”, anuncia en un momento. Después de un breve momento de consternación y aparente preocupación por la debacle total, los tecnócratas ven una oportunidad en el caos: tomar el control del mundo y abandonar definitivamente la noción de democracia. Hugo, dueño de casa, apodado “Soups” por sus amigos por ser el menos rico de todos, pide hacerse cargo (como quien reparte fichas de TEG) de Argentina, Uruguay y Paraguay. En un momento de la película, Soups incluso tiene una reunión virtual con representantes del país que están de acuerdo con la idea de habilitar una suerte de golpe y que el magnate asuma las riendas del gobierno a través de un “títere” con sede en Miami. Sin spoilear, la idea se sostiene hasta el final de la trama. “¡Estás al mando, Eva Perón!”, le dice el personaje de Steve Carrell en una escena. image - 2025-06-09T155027.138.jpg >> Leer más: Ciencia ficción capitalista y gaucho-punk: Michel Nieva en Rosario Algunos presentaron la película como una sátira, pero no lo es en absoluto. Sí tiene momentos de comedia, y un giro en la trama casi hacia al absurdo, el que la maldad y el patetismo de los personajes queda expuesta de manera brutal. Armstrong se ríe nuevamente, con astucia y con agudeza, de las miserias de los millonarios, profundamente desconectados no sólo de la humanidad como especie sino de la humanidad subjetiva, de la imposibilidad de conectar con un interés que no sea el propio. El único valor en juego es el poder a través de la acumulación de dinero. “Me inspiré en el tono de voz de algunos de estos hombres que son muy ricos, y son casi exclusivamente hombres. Hasta cierto punto ellos tienen un nivel de confianza justificado porque han logrado una riqueza y una influencia increíbles”, contó Armstrong en diálogo con un medio estadounidense. “Pero es eso mismo, como nos ocurre a todos, puede llevar a cierto nivel de arrogancia donde la posibilidad de una desconexión entre lo que uno cree que son sus capacidades y lo que realmente son me pareció muy evidente”, agregó. Los dueños del futuro Los tecnorricos que protagonizan “Mountainhead” se sienten no sólo los dueños del mundo, porque de cierta forma lo son, sino los dueños del futuro. El personaje de Steve Carrell, por ejemplo, tiene problemas de salud y le urge que las empresas de sus amigos puedan avanzar sin la molestia de la regulación estatal hacia una “post-humanización” inminente. Es decir, concretar la posibilidad de digitalizar la conciencia humana y prescindir del cuerpo y sus limitaciones, al mejor estilo “Black Mirror”. Pero la ciencia ficción ya no es un cuento aleccionador sobre una posible distopía tecnológica, sino inspiración literal para los magnates (así lo repasa el autor Michel Nieva en su libro “Ciencia ficción capitalista”). Un repaso breve por algunos de los esfuerzos de Musk o Jeff Bezos vinculados a la expansión espacial y a los usos potenciales de la I.A. da cuenta que estas transformaciones no están muy lejos de ser los próximos objetivos de la tecnocracia. Esta arrogancia surge en gran medida de la epítome del sueño neoliberal: la idea de que los multimillonarios de Silicon Valley se hicieron a sí mismos, desde abajo, gracias a su talento y capacidades. Armstrong aprovecha bien este espíritu para correr los límites de la megalomanía de estos tecno-bros y los pone a decir, hacer, desear, planear cosas que resultan irrisorias, pero que como la trama demuestra, terminan siendo factibles. “Hasta ahora, la mayoría de los fundadores y jefes de empresas verían con desdén la riqueza heredada. Así que es un mundo diferente: es uno con un nivel increíble de autoestima. Con los jóvenes de ‘Succession’, una de sus tragedias fue que todos sabían que sus vidas opulentas no era un logro personal; deseaban desesperadamente poder replicar lo que su padre había hecho”, detalló el director, situando la principal diferencia entre los ricos protagónicos de sus dos obras. "Mountainhead" ofrece una mirada potente y muy entretenida a los posibles entretelones del poder en el mundo contemporáneo, donde el destino del planeta se define más en mansiones de empresarios que en casas de gobierno y organismos multilaterales.

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