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  • «Si la Junta nos cediese la biblioteca sería un balón de oxígeno tremendo»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 09/06/2025 04:29

    -¿Por qué decidió estudiar Filología Inglesa y por qué quiso ser profesor de la Universidad de Córdoba? -La Facultad de Filosofía y Letras forma parte de mi vida académica desde 1999, pero también personal. La Filología Inglesa me interesa desde siempre y la cultura norteamericana desde los 13 o 14 años cuando empecé leyendo a Stephen King. Antes de entrar en la universidad tuve la oportunidad de estar en San Diego y allí me enamoré de su literatura y de su cultura. Para mí este edificio no ha sido solo una facultad, ha sido una casa. Mis mejores amigos han salido de aquí, y mi mujer también estudió en esta facultad . -Además de la literatura norteamericana, ha estado investigando en los últimos años desde una perspectiva de género. -Sí, me interesa descubrir mujeres muy poderosas del pasado que están olvidadas. Tengo la fortuna de dedicarme a lo que me gusta. -¿Y por qué ha querido ser decano de esta facultad? -A mí mismo me sorprendió tomar la decisión, pero la tomé a finales del año pasado. Empecé a hablar con compañeros, me animaron y sentí que era el momento. Esta facultad me ha dado tanto que siento que de alguna manera tengo que prestar este servicio ahora. Me veo con mucha energía, ilusión y animado por muchos compañeros. -Ha sido investigador visitante en Estados Unidos, Canadá y Polonia, ¿aconseja a sus alumnos viajar al extranjero? ¿De qué puede salvar un buen Erasmus a tiempo? -A la universidad no vienes solo a estudiar, sino a aprender y convertirte en una persona diferente. Es un desembolso importante para las familias y para la UCO (nosotros gestionamos unas 400 movilidades internacionales al año), pero viajar te abre la mente y te permite conocer el mundo. Hoy es imposible ejercer una labor profesional si no estás familiarizado con otras culturas y no hablas idiomas. En mi caso, salir fuera me salvó. Javier Martín, nuevo decano de la Facultad de Filosofía y Letras, en el antiguo hospital del Cardenal Salazar. / Chencho Martínez -Ha sido elegido decano por 210 votos a favor, 52 en blanco y 9 nulos, ¿cómo interpreta ese resultado? -Bien, porque nuestra preocupación era la abstención. Venimos del anterior equipo y eso puede hacer que algunos perciban cierta inercia o continuismo. Nunca voy a renegar del profesor Ricardo Córdoba, - he aprendido muchísimo con él y le ha tocado ser decano en momentos difíciles como la pandemia-, pero hay muchas ideas que tengo que no son las mismas. Con lo que estoy muy contento es con el voto de los estudiantes, que superó el centenar. -¿Qué retos se fija como decano? -Lo primero es reivindicar el valor de las Humanidades, de las que se lleva años pronosticando de manera muy fúnebre su muerte y ahora con la inteligencia artificial mucho más. Y reivindicarlas porque hay esta preconcepción falsa de que los filólogos no son tan científicos como alguien de Química o Matemáticas. Tenemos que convencer al estudiante de que hay futuro laboral y de que ésta es una formación científica de alta calidad. Un segundo reto es captar más y mejores estudiantes. En los dobles grados tenemos alumnos con una media de acceso extraordinaria, que podían haber entrado en Medicina o Veterinaria, pero nos eligen a nosotros. Y eso es lo que tenemos que conseguir: un estudiante vocacional, convencido y exigente, que nos exija la mejor formación. Y un reto inevitable relacionado con el hospital del Cardenal Salazar, protegido por la Unesco, pero que no tiene espacio y hay que mantener, a pesar de que cualquier reforma es muy costosa y tiene unos trámites burocráticos tremendos. -¿Cómo les afecta el hecho de estar en pleno casco y abiertos a los visitantes? -Recibir visitantes es maravilloso, pero a veces son 1.000 o 1.500 personas al día. Eso supone un coste, una presión y una tensión para nuestro personal de conserjería. En ocasiones estamos impartiendo docencia y hay barullo en los pasillos porque se cuelan despedidas de solteros o el que viene porque ha oído decir que hay un fantasma en el aula 1. -¿Y cómo se soluciona eso? -Tengo muy claro el problema, pero no la respuesta, porque un torno en la puerta como hay en Granada es inasumible porque aquí hay varias puertas, tenemos más de 200 estudiantes de Erasmus, que nos visitan a veces con sus familiares, y queremos ser un centro cultural para la ciudad, pero hay que tomar medidas. -Por encima de todo está el problema de la falta de espacio. ¿Sería una solución la cesión de la biblioteca de Amador de los Ríos o la Zona? -Sí, no hay más espacios aquí para albergar docencia e investigación. La Zona es el futuro y la UCO ha hecho una apuesta tremenda, pero siendo sinceros, imagínate la cantidad de tiempo que puede llevar desarrollar los proyectos. Hablando de mis seis años de mandato, dudo mucho que vea la Zona abierta. La biblioteca provincial es un tema complicado, que no depende de nosotros , pero si se nos cediera el espacio, estoy convencido de que podríamos empezar a impartir docencia en pocos meses, porque no requiere mucha obra. Si la Junta de Andalucía nos cediese la biblioteca sería un balón de oxígeno tremendo. -¿Cuántos grados y dobles grados pueden estudiar los 2.000 alumnos de esta facultad? -Nueve grados y cinco dobles grados, una cantidad bestial, impartidos por 208 profesores, 125 estables y 83 que no tienen contrato indefinido. -A eso hay que sumar programas prestigiosos como el Programa de Estudios Hispánicos (Preshco). -Desafortunadamente, con fecha 30 de junio el programa Preshco como tal desaparece. No ha tenido nada que ver con la facultad, es una decisión muy complicada y que tiene que ver con el sistema legislativo en EEUU y con el modelo de fundación que, desde allí, resultaba económicamente inasumible. Desde la UCO se trabaja en un nuevo Preshco. -En la web de la facultad con lo primero que se topa uno es con una ‘Guía de supervivencia del estudiante’, suena un poco a jungla... -El título no es, a lo mejor, el más afortunado, porque puede darle un poco de miedo al estudiante que entra, pero sí que creo que es un documento fantástico, que ha realizado el Consejo de Estudiantes. -Su antecesor dijo que dejaba pendiente aumentar la vinculación de la facultad con las empresas y las instituciones de cara al fomento de la empleabilidad de los alumnos, ¿que ideas trae en ese sentido? -El mercado laboral para nuestros alumnos es mucho más amplio que la docencia y nuestras tasas de empleo son bastante exitosas. Pero sí es verdad que queremos fomentar ese diálogo con la sociedad, avanzar en los grados duales y seguir fomentando las prácticas en empresas. -¿Ha cambiado mucho el perfil del alumno universitario en los últimos años? -Los universitarios de los 90 eran más independientes, ahora, en cierto modo, necesitan más ayuda: te encuentras, por ejemplo, que para hacer la matrícula algunos vienen con sus padres, pero al mismo tiempo son nativos digitales, están preparados para trabajar en equipo y hablan idiomas. Suscríbete para seguir leyendo

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