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  • El precio de la fe

    » Data Chaco

    Fecha: 07/06/2025 23:05

    Juan Carlos Tuyaré. Dentro del contexto de la fe, se pueden llegar a formar líderes que se convierten luego en verdaderos profesionales de la religión, en el sentido que transforman sus liderazgos en una práctica religiosa hueca y carente de todo tipo de piedad. ESTILO DE VIDA Cuando hablamos de piedad, nos referimos a la actitud personal que implica un estilo de vida caracterizado por la devoción, el amor y la obediencia a Dios, demostrada de múltiples formas; una de ellas, el amor al prójimo y la empatía para con él. En la época de Jesús, la mayoría de los religiosos se habían convertido en verdaderos profesionales que ejecutaban la Ley de Moisés, sin observar el verdadero sentido de las mismas; transformándose en fiscales que asediaban al creyente. Entre otros, cumplían con ese rol los saduceos, una facción entre los judíos -que no creían en la resurrección de los muertos- y conspiraban contra los primeros cristianos que la anunciaban. NO CONVOCÓ A NINGÚN RELIGIOSO Por ese motivo, no llama la atención que Jesús, pudiendo hacerlo, no haya convocado a ninguno de ellos para formar parte de su equipo de trabajo, confiando más bien en sus discípulos, aunque fueran pescadores y personas del vulgo, en lugar de aquellos que supuestamente tenían experiencia en la religión. Fueron los saduceos los detractores del trabajo apostólico de Pedro y Juan, quienes un día ingresaban al templo -a la hora de la oración- y en el nombre de Jesús, sanaron milagrosamente a un cojo de nacimiento que pedía limosnas en la puerta del templo. Ese milagro convulsionó la ciudad y ese día se convirtieron cinco mil personas al cristianismo; sin embargo los saduceos y sacerdotes pusieron en prisión a Pedro y Juan, porque los vieron como enemigos a vencer. LOS SADUCEOS Los saduceos creían en Dios pero no conforme a ciencia; es decir, no actuaban con la sabiduría que Dios pide a su pueblo. Respecto a este tipo de situaciones dentro de la iglesia, el apóstol Santiago dejó escrita una severa advertencia: "Tú dices tener fe porque crees que hay un solo Dios. ¡Bien hecho! Aun los demonios lo creen y tiemblan aterrorizados". Dicho de otro modo, casi todos creen en Dios, pero eso no hace la diferencia, porque hasta los demonios creen y tiemblan ante Su presencia. Lo que realmente cambia vidas, resuelve conflictos, transforma familias y produce milagros, es creer, pero fundamentalmente poner en práctica la palabra de Dios en lo cotidiano. Por ese motivo, Jesús se enfrentó con los religiosos de su época, de manera especial con los fariseos y maestros de la ley de Moisés, porque era más que evidente su hipocresía, falta de justicia y negligencia en la aplicación de dicha ley, en lugar de emplear la misericordia y la fidelidad que Dios requiere. LA PRÁCTICA ES LO QUE VALE La sociedad tiene en estima a los religiosos, mientras Dios los rechaza. No porque no los quiera, sino por sus actitudes ante el cumplimiento de su rol. Ser religioso no es sinónimo de agradar a Dios, sino más bien estar en su contra. Poner en práctica Su palabra es lo que realmente le agrada. No estamos hablando de perfección, porque nadie es perfecto, nosotros tampoco, pero deberíamos caminar en busca de ella. La fe que produce milagros como los de Pedro y Juan, en ocasiones origina el rechazo de los religiosos y todavía hoy, en algunas partes del mundo es motivo de prisión.

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