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  • Una asociacion civil impulsa un nuevo centro terapéutico y de rehabilitación en Concordia

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 06/06/2025 10:21

    En Concordia, una ciudad golpeada por múltiples flagelos sociales, se consolida una propuesta distinta en materia de adicciones: un centro de rehabilitación privado, gestionado por una asociación civil, que apuesta por un abordaje integral, comunitario y sostenido. Su impulsora, Myriam Blanco Rey, lleva casi 40 años dedicada a esta problemática y dialogó con Despertar Entrerriano para contar su historia, su lucha y su propuesta concreta: “Esto no es una granjita, es un dispositivo terapéutico con evidencia científica”. Del abandono a la restitución “La iniciativa nace en realidad de una propuesta que había quedado abandonada”, comienza relatando Myriam. “Yo trabajo en esta problemática desde 1986 en Buenos Aires. Hace 12 años empecé en Concepción del Uruguay. Lo que pasó es que en Concordia una asociación anterior había alquilado este lugar para hacer un centro de rehabilitación, pero dejaron el proyecto en stand by. Ahí es cuando nos proponen a nosotros continuar”. Así nació Restituo, que sintetiza la idea de restituir, rehabilitar, volver al lugar. Una asociación civil con todos los papeles en regla, que no recibe aportes estatales fijos sino que se sostiene con las prestaciones que brinda. “Nos instalamos en este hostal que ya estaba habilitado por Salud y solo hicimos el cambio de razón social”, explica. Con posterioridad, la iniciativa se amplió a una segunda sede en zona rural, conocida como La Estancia. “Ahí el tratamiento es el mismo, pero las condiciones son otras. En el campo es más duro, no hay propiedades cerca, el invierno se siente más. Pero también tiene sus beneficios terapéuticos”, cuenta Myriam. Una comunidad que educa desde lo cotidiano Restituo trabaja con el modelo Proyecto Uomo, una concepción italiana de rehabilitación que basa su estructura en las comunidades terapéuticas. “Es volver a lo básico. Desde hacer la cama, desde lo cotidiano. El tratamiento tiene etapas y se hace en convivencia. Actualmente tenemos 12 jóvenes internados, de los cuales un cuarto son mujeres. También hay personas adultas mayores, de hasta 67 años”, relata Myriam. La internación, asegura, muchas veces la decide la familia. “Una madre te dice ‘¿cómo no lo voy a dejar entrar a casa?’ Y yo le tengo que decir: ‘No lo dejes entrar. Si tiene cama, comida, vuelve’. Hay que poner límites. La familia también se vuelve codependiente, y también necesita rehabilitarse”, remarca. Sostenerse sin espalda estatal La asociación no cuenta con subsidios estables y evita caer en la maraña burocrática. “Nosotros nos bancamos con lo que generamos. Y eso no es fácil. Las obras sociales pagan a cuatro meses, y nosotros no tenemos espalda para esperar. Si tuviera una casa con 20 personas, quizás sí. Pero con 12 no puedo sostenerme así”, explica. Se trabaja con reintegros y en algunos casos logra becas estatales. “Tenemos un convenio con Desarrollo Humano de la Municipalidad de Concordia. Ellos nos ofrecieron una casa para mujeres, que ahora funciona como el ‘chalecito terapéutico’, donde se pueden internar mujeres con niños. Ahí hay escolarización y contención. Eso fue un gran paso”, valora. El tratamiento como estructura Myriam destaca que Restituo no improvisa. “Acá hay un programa estructurado. No es salir a vender pan o tocar timbres. No exponemos a nadie. Se arman pequeños emprendimientos: una bloquera, chicos que hacen redes sociales, albañilería. Siempre dentro de una estructura. Si te mantenés dentro del cuadrito, esto funciona”. El centro cuenta con médicos clínicos, psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales. “Esto no es una granjita. Esto es una comunidad terapéutica con evidencia científica. No somos una casita de campo con buena voluntad. Somos profesionales”, insiste. “Lo estaba necesitando” Myriam se emociona al recordar testimonios como el del hermano de un internado que declaró ante un canal de TV: “Esto fue una decisión de la familia. Él no pensaba internarse. Pero cuando lo fuimos a visitar, nos dijo: lo estaba necesitando, yo estaba esperando esto”. Para ella, ahí está la clave: “La persona sola no siempre puede. A veces el límite lo pone el entorno. Y cuando eso ocurre, empieza la verdadera posibilidad de cambio”. Pioneros en el país Restituo ya tiene convenios con localidades como La Roque, San Salvador y está por firmar uno con Concepción del Uruguay. “No hay muchas internaciones femeninas en Argentina. Y menos con niños. En eso somos pioneros, y está funcionando”, sostiene. Pero advierte: la Ley de Salud Mental actual no ayuda. “Está desfasada de la realidad. Nos encantaría conveniar con Sedronar, pero los requisitos son tantos y tan largos que a veces no podemos esperar. Y mientras tanto, hay personas que necesitan ayuda urgente”. “Rehabilitar es un trabajo comunitario. No es mágico, es acompañar y sostener. Pero funciona. Y lo estamos haciendo en Concordia”, concluye Myriam Blanco Rey, con la convicción serena de quien ha entregado su vida a una causa difícil, pero profundamente humana. Fuente: Despertar Entrerriano

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