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» Comercio y Justicia
Fecha: 04/06/2025 07:32
Por Sergio Castelli (*) e Irene Rivarola (**) En 2025, Argentina está siendo testigo de un significativo regreso de marcas internacionales de renombre mundial, un fenómeno que refleja cambios económicos y regulatorios que invitan a reflexionar sobre la protección de la propiedad intelectual en mercados complejos como el argentino. Cambios económicos que motivan el regreso de marcas internacionales Durante los últimos años, la economía argentina estuvo marcada por alta inflación, restricciones cambiarias, y desafíos en el comercio exterior, factores que limitaron la entrada y permanencia de marcas globales en el país. Sin embargo, en el último año, señales de mayor estabilidad macroeconómica, iniciativas para atraer inversión extranjera y un consumidor que, pese a la volatilidad, sigue demandando productos de calidad han incentivado a marcas líderes a retornar o consolidar su presencia. Entre las empresas que han anunciado su regreso destacan Gucci, Victoria’s Secret, Dolce & Gabbana, Pizza Hut y Decathlon. Muchas de estas marcas estuvieron ausentes del mercado argentino durante varios años -en algunos casos más de una década- y en otros, aunque habían mantenido operaciones indirectas, ahora planean aperturas directas y locales físicos. Situación registral y presencia de marcas notorias Estas marcas no solo son reconocidas mundialmente por su valor comercial y publicitario, sino que cuentan con el reconocimiento legal de “marcas notorias”, una categoría que les brinda una protección ampliada. Gucci, ausente del mercado físico argentino desde hace más de 10 años, ha registrado su marca nuevamente en el INPI, cubriendo clases que van desde moda hasta cosméticos y accesorios tecnológicos. Victoria’s Secret inició la apertura de sus tiendas físicas en 2025, aunque la marca ya estaba registrada previamente en Argentina. Este regreso formal implica actualizar y ampliar su registro para proteger nuevas categorías y servicios. Dolce & Gabbana y Decathlon también avanzan con procesos de registro o reactivación de sus marcas para asegurar exclusividad y evitar conflictos. El estatus de “marca notoria” confiere un blindaje legal que va más allá del registro específico en cada clase o país: protege contra el uso indebido, la imitación o el registro posterior por terceros que busquen aprovecharse del prestigio y reconocimiento de estas marcas. ¿Qué ocurre si ya existe una marca homónima registrada? En mercados complejos y con muchos actores, puede suceder que terceros hayan registrado previamente una marca con un nombre o signo similar. En Argentina, el INPI puede rechazar solicitudes que generen riesgo de confusión con marcas registradas, pero las marcas notorias cuentan con una protección adicional que permite oponerse a registros y usos posteriores aun cuando no coincidan exactamente en la clase o el país. Esto significa que una marca notoria puede impedir el uso o registro por parte de terceros en sectores distintos, siempre que exista un riesgo de asociación o aprovechamiento indebido del prestigio. Este derecho complementa la protección tradicional y es una herramienta clave para las marcas internacionales que vuelven a mercados como Argentina, donde la informalidad o el registro tardío pueden generar conflictos. La importancia estratégica de registrar la marca en todos los países de interés El caso de estas marcas notorias que regresan a Argentina ejemplifica la necesidad de contar con una estrategia de registro internacional robusta y proactiva. El registro nacional garantiza protección local, pero en un mundo interconectado y con circulación de productos y servicios transfronterizos, proteger la marca en cada país donde se pretende comercializar es fundamental para evitar disputas y consolidar la identidad comercial. Tratados internacionales facilitan el registro simultáneo en múltiples jurisdicciones, pero no eximen de analizar y gestionar riesgos de marcas homónimas o conflictos locales. En definitiva, el retorno de estas marcas a Argentina no solo señala una mejora en las condiciones económicas del país, sino también un desafío jurídico: proteger adecuadamente la marca en un contexto dinámico y evitar vulnerabilidades que puedan comprometer la inversión. (*) Agente de la Propiedad Industrial. (**) Abogada.
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