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» Radiosudamericana
Fecha: 06/06/2025 00:03
Jueves 05 de Junio de 2025 - Actualizada a las: 21:39hs. del 05-06-2025 ESTADOS UNIDOS Donald Trump y Elon Musk iniciaron este jueves una guerra abierta con graves acusaciones mutuas, después de que el empresario criticara el polémico proyecto de ley presupuestario del presidente de Estados Unidos. Gabriel Puricelli, analista internacional, dialogó con Canal 5TV se refirió a esta cuestión y, además, hizo mención al pedido de juicio político que el dueño de Tesla hizo contra el magnate norteamericano. El vínculo entre Elon Musk y Donald Trump pasó del apoyo incondicional al enfrentamiento directo en apenas unas horas. Tras criticar públicamente el proyecto de ley presupuestaria del gobierno republicano, el dueño de Tesla y X pidió el juicio político del expresidente estadounidense, quien respondió con acusaciones personales y amenazas de quitarle todos los contratos federales a sus empresas. “Es una guerra de egos”, aseguró el analista internacional Gabriel Puricelli, en diálogo con Canal 5TV. “No es necesariamente el prolegómeno de cambios en la orientación política del gobierno, sino que es en principio una guerra personal que tal vez no tenga mayores consecuencias sobre las políticas gubernamentales, aunque por supuesto va a tener en el corto plazo un cierto efecto desestabilizador”, explicó Puricelli. El magnate tecnológico, que según estimaciones habría financiado con 270 millones de dólares la campaña de Trump, tenía una influencia notable en el gobierno, aunque no un cargo formal. Representaba, según el analista, a “una élite de oligarcas tecnológicos que siguen teniendo presencia muy importante transversal en distintos departamentos de la administración republicana”. La disputa se disparó luego de que Musk criticara el presupuesto de Trump por generar, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, un déficit adicional de entre 2.000 y 3.000 billones de dólares en los próximos diez años. “Trump no tolera ser contradicho”, sentenció Puricelli, y vinculó la reacción del exmandatario a una revancha: “Trump estaba a la espera de una oportunidad para tomarse venganza de esta idea de 'presidente Musk' que se mencionó mucho al inicio del gobierno”. Aunque Musk ya no forma parte del gabinete, su figura sigue generando impacto. “Era probablemente una de las figuras más impopulares del gobierno. Dentro de esa impopularidad, era por lejos el funcionario más impopular”, afirmó el analista, y añadió que su salida fue bien recibida por los inversores: “Los accionistas de Tesla prefieren a Musk fuera del gobierno... su impopularidad se traslada a la marca de la cual es la figura principal”. Uno de los puntos más tensos del conflicto fue la amenaza de Trump de cortar contratos estatales con las empresas de Musk. Sin embargo, para Puricelli, muchas de las advertencias del expresidente tienen escasa credibilidad. “Se está popularizando una sigla para referirse a Trump: TACO, que significa Trump Always Chickens Out (Trump siempre es el primero en pestañear). Ha proferido tantas amenazas que luego ha dejado en nada, que es difícil tomar al pie de la letra lo que dice”. Consultado sobre el posible impacto económico global, Puricelli relativizó el efecto de esta disputa puntual: “Trump ha provocado un maremoto tan gigantesco a nivel internacional con la imposición de aranceles y retiros de acuerdos, que cualquier cosa adicional es solo una ola más. Ya hubo pérdidas de capitalización gigantes, incluyendo Tesla”. De hecho, apuntó que esta nueva crisis podría estar provocando nuevamente una caída en el valor bursátil de Tesla. “Trump está intentando maximizar el daño. Las acciones habían perdido cerca de 180 mil millones de dólares. Apenas Musk se fue del gobierno, las acciones se recuperaron casi un 18%. Ahora busca que todo eso se pierda en pocas horas por estos tuits y expresiones altisonantes”. En lo político, Puricelli advirtió que este segundo mandato de Trump se diferencia del anterior por su radicalización: “Este nuevo gobierno es de altísima concentración unipersonal, donde el presidente hace lo que le viene en gana. No hay republicanos tradicionales que moderen sus decisiones”. Esta dinámica genera una fuerte incertidumbre institucional: “Estados Unidos está completamente a merced de los cambios de humor del presidente”, aseguró. Sobre si Trump actúa con más desinhibición al no poder buscar un nuevo mandato, el analista consideró que ese es un factor, pero alertó que no se puede descartar que intente forzar una reelección: “Trump ha sugerido ya en más de una oportunidad que éste podría no ser su último mandato. Este es un gobierno que ya está transgrediendo la Constitución de los Estados Unidos de manera consistente”. Además, señaló un patrón en sus relaciones internacionales: “Está utilizando sus vínculos con otros jefes de estado autoritarios como Orbán en Hungría para advertir a sus opositores que va en serio. Las menciones elogiosas a estos líderes son señales deliberadas”. Sostuvo además que el quiebre con Musk puede explicarse desde lo simbólico y personal: “Musk salió del gobierno con una crítica a la política fiscal, no fue un ataque personal. Pero Trump no tolera ni siquiera una objeción técnica. Y encontró en esa declaración la excusa perfecta para marcar territorio y recordarle al mundo quién manda”. También advirtió que esta escalada podría estar alimentada por el hecho de que Trump no enfrenta, en teoría, una nueva reelección: “Puede actuar con toda la irresponsabilidad que quiera porque no es su problema, eventualmente será el del partido republicano en las elecciones de medio término”. Sobre el detonante del conflicto, el analista señaló que fue la crítica de Musk al déficit proyectado por el nuevo presupuesto, estimado entre 2.000 y 3.000 billones de dólares en diez años. “Trump no tolera ser contradicho”, afirmó, y recordó que durante los primeros meses de gobierno, muchos lo llamaban irónicamente “presidente Musk”, algo que habría dañado el ego del republicano. “El presidente es él, y de ninguna manera es Musk”, cerró Puricelli.
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