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» Notife
Fecha: 06/06/2025 00:24
Robert Harrison no solo preside la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF); según una reciente investigación del medio chileno CIPER, es el eje central que maneja todos los niveles del fútbol paraguayo, desde la liga y las contrataciones hasta la selección nacional y el creciente negocio de las apuestas deportivas. Filtraciones de audios y chats revelan que Harrison influye directamente en decisiones clave, como las convocatorias para la selección dirigida por Gustavo Alfaro, y mantiene vínculos estrechos con representantes de jugadores como Pedro Aldave y Juan Appleyard. En estas conversaciones, se evidencian maniobras para inflar precios, bloquear transferencias internacionales que no favorecen a su círculo, e incluso la creación de ofertas falsas para presionar negociaciones. Por ejemplo, Appleyard reconoce haber presentado una oferta ficticia a nombre del club Udinese para el jugador Cristian Colman, con la intención de generar presión sobre otros interesados: “Se la estoy diciendo que sacaste del club, que es oficial, pero que es para hacerle correr a los otros boludos”. Aunque Harrison forma parte del Consejo de la FIFA y mantiene una relación estrecha con la Conmebol, no ha dejado de favorecer intereses particulares ligados a su antiguo club, Nacional. Desde su posición de poder, negocia con agentes que influyen tanto en clubes como en la selección paraguaya, configurando un sistema donde los intereses económicos prevalecen sobre la meritocracia deportiva. Puede interesarte El alcance de su control se amplió recientemente al adquirir el 50% de Solbet, una plataforma de apuestas deportivas y casino online líder en la región. Esta compra se concretó poco después de una reforma gubernamental que facilitó la entrada de nuevos competidores en el mercado de juegos de azar, tradicionalmente dominado por Daruma SAM (Apostala). La incursión de Harrison en el negocio de las apuestas abre un conflicto ético grave, pues las normas de la FIFA prohíben que dirigentes de fútbol participen en actividades relacionadas con apuestas para evitar manipulación y conflictos de interés. No obstante, Harrison ignoró esta prohibición y ahora domina no solo el fútbol paraguayo, sino también las plataformas que lucran con los resultados de los partidos. Aunque la compra fue presentada como una apuesta a la innovación tecnológica, en la práctica implica que Harrison puede beneficiarse económicamente si un jugador que él influye anota un gol o realiza una acción relevante en el campo. En Paraguay, donde las apuestas deportivas crecieron exponencialmente en los últimos años, esta operación marca un punto de inflexión. El fútbol local ya no es solo un deporte: bajo el mando de Harrison, se ha convertido en un ecosistema en el que se combinan poder institucional, influencia política, intereses empresariales y control financiero directo. Robert Harrison dejó de ser simplemente un dirigente para convertirse en el verdadero dueño del juego.
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