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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/06/2025 20:41
Impulsado por el viento y el sol, el hidrógeno verde se perfila como una herramienta clave para transformar la matriz energética global. Su potencial en Argentina es enorme, aunque enfrenta varios desafíos Un nuevo protagonista en la transición energética. En medio de la urgencia por reducir las emisiones que provocan el cambio climático, el hidrógeno verde emerge como una de las alternativas más prometedoras. Aunque su desarrollo aún es incipiente en muchos países, Argentina cuenta con condiciones naturales excepcionales para posicionarse como un actor relevante en esta nueva economía de la energía limpia. ¿Qué es el hidrógeno verde, cómo se produce y qué posibilidades reales tiene el país de aprovecharlo? La clave está en cómo y cuándo se produce El hidrógeno es el elemento más abundante del universo, pero en la Tierra no se encuentra libre, sino unido a otros compuestos como el agua o los hidrocarburos. Para aislarlo, se utiliza un proceso llamado electrólisis, que separa el hidrógeno del oxígeno en el agua mediante electricidad. Cuando esa electricidad proviene de fuentes renovables —como la solar o la eólica— el resultado es el llamado hidrógeno verde: un combustible limpio, sin emisiones contaminantes durante su producción. A diferencia de los combustibles fósiles, las fuentes renovables no generan energía de forma continua. El sol no brilla todo el día y el viento no sopla todo el tiempo. Por eso, el hidrógeno puede ser una solución estratégica: permite acumular la energía sobrante de los días soleados o ventosos, para luego liberarla cuando haga falta. Además, se puede convertir en derivados más fáciles de almacenar y transportar, como el amoníaco verde, lo que abre la puerta a un comercio energético global limpio. A diferencia de los combustibles fósiles, las fuentes renovables no generan energía de forma continua. Por eso, el hidrógeno puede ser una solución estratégica: permite acumular la energía sobrante de los días soleados o ventosos, para luego liberarla cuando haga falta. El mapa global del hidrógeno A nivel mundial, los países con estrategias más avanzadas en esta materia son los que lograron combinar tres elementos: abundancia de recursos renovables, políticas públicas firmes y cooperación entre ciencia, industria y Estado. Alemania, Japón, Chile y Australia ya están invirtiendo en infraestructura, capacitando técnicos y diseñando marcos regulatorios para impulsar esta nueva economía del hidrógeno. El hidrógeno verde no es sólo una fuente de energía. Es también un posible motor de desarrollo económico, empleo e innovación tecnológica. Argentina: una oportunidad en espera Argentina tiene una ventaja competitiva indiscutible: condiciones naturales excepcionales. El sur y el centro del país ofrecen un potencial eólico de clase mundial, y el noroeste es una de las regiones más soleadas del planeta. Todo esto convierte al país en un candidato ideal para producir hidrógeno verde a gran escala. Sin embargo, esta posibilidad todavía convive con importantes limitaciones. La electricidad generada en zonas alejadas muchas veces no puede transportarse de forma eficiente hasta los centros de consumo. Y aunque existe una ley que declara de interés nacional al desarrollo del hidrógeno, esa normativa aún no fue reglamentada, lo que impide avanzar en proyectos concretos. Obstáculos técnicos, desafíos legales Hoy, producir hidrógeno verde es más caro que usar gas o petróleo. Además, requiere grandes inversiones en infraestructura para almacenarlo y distribuirlo. Y aún no hay precios de referencia ni un mercado consolidado que garantice estabilidad para inversores o productores. La falta de una estrategia nacional actualizada o de marcos regulatorios adecuados limita la posibilidad de atraer inversiones o fomentar la innovación local. Sin una gobernanza clara, el potencial corre el riesgo de quedarse en el papel. Mucho más que energía Más allá del impacto ambiental, el hidrógeno verde también podría cambiar la realidad de muchas comunidades. En Argentina, todavía hay poblaciones que no tienen acceso confiable a la red eléctrica. Con esta tecnología, sería posible llevarles energía limpia, estable y segura, sin necesidad de tendidos eléctricos extensos o costosos. Además, permitiría descarbonizar industrias que hoy dependen de combustibles fósiles, como la producción de acero, el transporte pesado o la generación eléctrica en zonas aisladas. Escenario abierto Distintas investigaciones académicas, organismos públicos y sectores técnicos coinciden en que el hidrógeno verde forma parte de las soluciones energéticas del futuro. El desarrollo de este recurso en Argentina dependerá de múltiples factores: desde marcos normativos hasta avances tecnológicos, pasando por decisiones de planificación energética a largo plazo. Las condiciones naturales están. El resto, aún está en construcción Fuente: Fauba Sobre la Tierra
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