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» Diario Cordoba
Fecha: 30/05/2025 14:27
El acusado de lesionar a un guardia urbano catalán durante una visita a La Judería ha sido condenado a cinco años de prisión por un juzgado de lo Penal de Córdoba. En este sentido, tras la celebración del juicio, el juez le considera autor de un delito de lesiones y otro de atentado contra agente de la autoridad. En su sentencia, recoge como probado que en agosto del año pasado la víctima caminaba por la vía pública con su familia cuando el procesado escupió a su pareja. Al recriminarle esta acción, el procesado se encaró y el perjudicado le apartó de un manotazo. Fue entonces cuando cogió el cartel de un restaurante próximo, que era de madera y estaba reforzado con una chapa metálica en su parte posterior, "y lo lanzó fuertemente y de manera sorpresiva a la cabeza" de la víctima, quien levantó la mano izquierda para protegerse. El golpe le provocó un corte profundo en la palma de la mano, seccionándole el tendón de un dedo. Después de esto, el encartado se quitó la camisa y comenzó a gritar, en tanto que la víctima buscaba un trapo en un local cercano para taponar la herida y hacerse un torniquete. En ese momento escuchó cómo la gente empezó a gritar "tiene un cuchillo" y, ante esta situación, sacó un arma de fuego particular, para la que tiene licencia, y la montó, volviendo a introducirla en su funda. Esgrimió una navaja El perjudicado se identificó como policía ante el acusado y le solicitó que depusiera su actitud, pero este arremetió contra él, esgrimiendo una pequeña arma blanca. Por ello, la víctima le dijo: "no te acerques, que saco el arma. Soy policía, no te acerques, que te disparo", al tiempo que le mostraba su placa. Solo entonces el encartado se alejó del lugar, dejando en el suelo una mochila donde los agentes de la Policía Nacional que acudieron al lugar localizaron fotocopias de la documentación de este individuo, que es de nacionalidad argelina. Alega que le insultaron En su defensa, el acusado argumentó que la pareja denunciante le provocó con insultos racistas. Sin embargo, el juez destaca "la declaración veraz, fiable, contundente y verosímil" del perjudicado y de su pareja, que ha sido corroborada con un parte médico acreditativo de las lesiones. Además, entre otras pruebas, ha contado con un vídeo grabado desde el interior de un establecimiento y con imágenes difundidas por Canal Sur. "La mera secuencia del lanzamiento del cartel evidencia que, de no haber interpuesto la mano, las lesiones, ya de por sí importantes, podrían haber sido más graves", concluye el magistrado. Según detalla, de estas imágenes también se desprende que el acusado "asume el conocimiento de la condición de agente de la autoridad y, a pesar de ello, continúa en actitud desafiante esgrimiendo el arma, momento en que el agente debe exhibir su arma de fuego, evitando así un nuevo acometimiento". Consumo de cannabis Por otra parte, el juez aprecia una circunstancia atenuante analógica, ya que el médico forense recogió en su informe sobre el acusado un trastorno por consumo de cannabis, "si bien sin llegar a afectar a sus facultades volitivas e intelectivas". En el lado contrario, considera que "la acción se comete en presencia de su mujer e hija", lo que, unido a otros factores como el uso de un cartel para la agresión, "revela un comportamiento que merece un mayor reproche". Así las cosas, el juez ha condenado al encartado por un delito de lesiones (dos años de prisión) y otro de atentado contra agente de la autoridad (tres años); le prohíbe comunicar o acercarse a la víctima, en un radio inferior a 300 metros, durante dos años, y le obliga a indemnizarle en 11.759 euros. También acuerda mantener la prisión provisional.
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