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» El Ciudadano
Fecha: 30/05/2025 01:24
Por Vanesa Gómez En Rosario, las librerías son mucho más que un simple punto de venta de libros; son verdaderos centros culturales, espacios de encuentro y de enriquecimiento para la comunidad lectora. Ciclos de charlas, presentaciones y debates se suman a la experiencia de adquirir nuevas lecturas, creando un vínculo único entre los libros y sus amantes. Hoy nos adentramos en uno de estos espacios, Oslo Libros, de Federico De León, para descubrir su historia, el porqué de su particular nombre, y cómo un proyecto que nació desde cero se va consolidando como un referente en la escena literaria local. — Las librerías en Rosario ocupan un lugar importante para la comunidad lectora, no sólo por la compra o canje de libros, sino también por los encuentros, los ciclos, las charlas. Entonces, ¿por qué Oslo? ¿Cómo nació el nombre? ¿Cuál fue el proyecto original? Qué curioso, a muchas personas les intriga el nombre. Y es que cuando comenzamos con el proyecto de la librería, que además tenía café, un espacio para muestras de arte y talleres y que finalmente se ubicó en calle Urquiza 1035, nosotros no éramos para nada del rubro y tuvimos que congeniar todo desde cero: ver qué local, su tamaño, su amoblamiento, su ubicación, luego abrir cuentas en cada uno de los proveedores, ver los catálogos de las editoriales con las que trabajaríamos, elegir qué títulos comprar y cuáles no, etc., cosa que implicó un esfuerzo muy grande. En el medio de todo eso además teníamos que elegir un nombre. Una noche, en el living de mi casa, entre una montaña de libros que estábamos cargando al sistema, se me vino a la cabeza el nombre de Oslo, se lo comenté a mi compañera y le gustó. El por qué ya es un misterio, porque yo no conozco Noruega, ni nada por el estilo, supongo que es porque en esa época estaba algo obsesionado con el cine nórdico y miraba series y películas que todo el tiempo transcurrían en Oslo, Copenhague, Helsinki. Aunque estos dos últimos nombres me los reservo para cuando abra un minimarket (risas). — El Cairo es un lugar con mucha historia, ¿lo habías elegido desde el principio? El Cairo es un bar especial claro, para la gente y la cultura de la ciudad, y estaba entre las primeras opciones. Cuando nos acercamos y les comentamos el proyecto a ellos les gustó y por la buena predisposición que tuvieron y las posibilidades que nos daban ya despejamos toda duda y lo elegimos. — ¿Cómo surge la idea del ciclo? Contanos las próximas fechas e invitados para agendar. La idea surge porque queríamos hacer algo más que solo vender libros y pensamos en generar algún evento que permita a esa inmensa comunidad de lectores que hay en la ciudad, aquellos que a pesar de las dificultades y el alto costo de algunos libros, siguen apostando por la belleza de la lectura. Y en este punto, el hecho de un acercamiento entre esos lectores con las escritoras y los escritores que frecuentan regularmente nos pareció interesante. Las próximas fechas programadas son las siguientes: el jueves 29/05 a las 18:30hs participarán Alicia Genovese y Gabby De Cicco con la moderación de Alejandra Méndez Bujonok y el jueves 12/06 a las 18:30hs Mariano Quirós y Martín Sansarricq con la moderación de Vanesa Gómez. Para julio estamos hablando con Mariano Blatt y Tomás Boasso, aunque aún no está definido. Pero la idea que es que haya uno por mes hasta fin de año. — ¿Buscas diversidad en la selección de escritores, en términos de género, edad, origen cultural o estilo literario? Sí claro, eso es fundamental. Pensamos en convocar diversidad de escritoras y escritores para los eventos, teniendo en cuenta que también existe una maravillosa diversidad de lectores e intereses literarios. — ¿Cuál es el objetivo principal del ciclo de charlas de literatura? Es ese acercamiento entre autores y lectores del que veníamos hablando antes, y todo lo productivo que de eso surgirá para ambas partes, y bueno… para nuestra librería también. — ¿Cuál es el formato de las charlas? ¿Los escritores leen sus obras, discuten sobre un tema específico o hay un formato de entrevista? La persona que modera abre el evento, presenta y luego realiza una pregunta a les participantes, por supuesto, relacionada con la obra, el oficio de escribir, el interés cultural, etc., y ahí comienza la charla sobre tema que vaya surgiendo, dándose el intercambio entre elles y también entre elles y el público, materializándose finalmente el famoso Transfer del título (risas). Pero no es técnicamente una entrevista ni la presentación de un libro. — ¿Qué impacto espera tener el ciclo de charlas en la comunidad literaria local? Nuestro deseo es que sea un impacto muy positivo y seguro lo será. Estos encuentros cara a cara siempre actúan como un buen disparador, sobre todo en una época en la que casi todo, e incluso las relaciones interpersonales, está mediado por los dispositivos digitales. — ¿Qué oportunidades hay para que los asistentes se involucren más profundamente en la comunidad literaria después del ciclo? A la persona que le gusta leer como también a la que le interesa escribir y construir una obra literaria propia, este tipo de encuentros los moviliza siempre de una u otra forma, ya que le dan la posibilidad de escuchar de primera mano a quien escribió esos libros que tanto te le gustaron. Eso hace muchas veces que la gente se de mayor tiempo para la lectura, acceda a libros de autores que no conocía, se involucre en alguno de los varios talleres de lectura o escritura que hay en la ciudad y se permita compartir esas lecturas que le apasionaron, así como sus escritos. — ¿Qué le dirías a quienes asisten a cada ciclo? ¿Y a aquellos que aún no se acercaron? Que seguro van a pasar un buen momento, en un ámbito agradable como el del Bar El Cairo, y en donde por una hora, hora y media, suspendemos los embistes de la vida moderna, apagamos la pantalla, y nos dedicamos a escuchar y hablar sobre eso maravilloso que es la literatura, el arte, los libros.
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