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Parana » Entreriosya
Fecha: 29/05/2025 12:55
En las mesas argentinas, el 29 de cada mes es sinónimo de un plato reconfortante: los ñoquis de papa. Esta arraigada costumbre ha despertado curiosidad y preguntas sobre su origen. ¿Por qué este día y este plato en particular? Una de las historias que circulan en torno a esta tradición se remonta al siglo VIII, en la región de Véneto, Italia. San Pantaleón, un mártir cristiano conocido por sus milagros, protagoniza este relato. Cuenta la leyenda que un 29 de julio, una humilde familia de pescadores lo invitó a compartir su comida. Como gesto de agradecimiento, Pantaleón auguró una mejora en la pesca. Al levantar el plato del santo, encontraron monedas de oro. Desde entonces, comer ñoquis el 29 se asoció con la prosperidad. Tradición socioeconómica Otra explicación se vincula con la realidad económica de los inmigrantes italianos en Argentina. En un país donde la comida es una manifestación de cultura y solidaridad, el ñoqui se convirtió en el plato de la frugalidad y la generosidad. Al ser económico y sustancioso, los inmigrantes de menos recursos encontraron en él una opción para cerrar el mes. Se dice que aquellos más afortunados dejaban dinero bajo el plato como gesto de ayuda. La influencia italiana La tradición no se limita solo a Argentina. Países como Uruguay y Paraguay, que también acogieron una fuerte inmigración italiana, adoptaron esta práctica. Es un testimonio vivo de cómo la cultura y las tradiciones viajan y se arraigan en nuevas tierras. Perdura en el tiempo Independientemente del origen exacto, lo cierto es que esta costumbre ha resistido el paso del tiempo. Ya sea por motivos religiosos, económicos o de solidaridad, los ñoquis del 29 se han convertido en un evento esperado en muchos hogares argentinos y más allá. A través de los años, la tradición ha trascendido sus orígenes italianos para ser parte integral del tejido cultural del país. La tradición de comer ñoquis el 29 de cada mes en Argentina es un testimonio de la mezcla de historia, fe y solidaridad que caracteriza a la sociedad argentina. Ya sea por la leyenda de San Pantaleón o por razones económicas, este plato sigue siendo un símbolo de unión y generosidad para muchas familias, manteniendo viva una conexión con las raíces italianas y demostrando cómo las tradiciones pueden trascender fronteras y perdurar a lo largo del tiempo. Con información de El Litoral
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