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» Primerochaco
Fecha: 29/05/2025 08:38
Una técnica nacida en Europa y aplicada por profesionales argentinos busca aliviar los efectos secundarios del cáncer a través del tacto seguro y compasivo. La enfermera Erika Costa y la directora del instituto Oncomasajes, Sandra Lucero, defienden su práctica ante cuestionamientos del sector de kinesiología. En los últimos días, la masoterapia oncológica ha estado en el centro de la polémica luego de que algunos profesionales del ámbito de la kinesiología cuestionaran su práctica. Para dar respuesta, la enfermera Erika Costa —formada en Buenos Aires y voluntaria en el Hospital Perrando, Chaco— explicó en una entrevista radial en qué consiste esta técnica y por qué considera que ha sido malinterpretada. “Nosotros no hacemos rehabilitación, como algunos dicen. Es una técnica complementaria, segura, basada en evidencia científica, y que se realiza siempre con autorización médica”, sostuvo. La masoterapia oncológica es una forma adaptada de masaje que nació en Europa, específicamente en Austria, como una respuesta del mundo médico y científico ante las necesidades emocionales y físicas de los pacientes con cáncer. El objetivo es aliviar síntomas como dolor, ansiedad, náuseas o insomnio mediante un “tacto suave, seguro y compasivo”. Un complemento, no una competencia La práctica no busca reemplazar el tratamiento médico, ni intervenir en el proceso de rehabilitación. Más bien, se enmarca dentro de los llamados cuidados paliativos y terapias holísticas que pueden mejorar la calidad de vida de pacientes en tratamiento o en etapas terminales. “Hay médicos, científicos, inmunólogos y psicólogos que avalan esta técnica. Ellos nos indican a quién, dónde y cómo tocar. No hacemos nada por nuestra cuenta”, afirmó Costa. En Chaco, Erika es la única que realiza esta técnica, y también forma a otros profesionales —como licenciados en enfermería y kinesiología— en su aplicación responsable. Insiste en que su instituto no capacita a personas sin formación en salud, y que todo se realiza con ética y respeto por las incumbencias profesionales. Una herramienta global con respaldo científico Sandra Lucero, directora del instituto Oncomasajes y también formada en Europa, explicó que esta técnica fue creada por médicos luego de más de una década de investigación. “Trabajamos con pacientes oncológicos que antes eran considerados intocables. Este tacto compasivo les ayuda a dormir mejor, reduce la ansiedad y mejora su bienestar general. No es un masaje convencional, es más suave incluso que el drenaje linfático”, remarcó Lucero. Lucero además subrayó que Oncomasajes es un instituto avalado por la Cámara Argentina de Educación Permanente y con certificación de normas internacionales ISO. También aclaró que los voluntarios solo actúan con indicación médica en hospitales, o en gabinetes con pacientes ambulatorios que presentan orden profesional. “Lo más importante que enseñamos es a no invadir el rol del otro. El médico diagnostica, el kinesiólogo rehabilita y nosotros brindamos bienestar emocional. Es un complemento, no una competencia”, afirmó. “No estamos en contra de nadie” Tanto Costa como Lucero lamentan que exista desinformación y aseguran que no buscan ocupar espacios ajenos, sino brindar herramientas que mejoren la experiencia del paciente oncológico. Piden que se consulte la información científica disponible antes de desacreditar una técnica que —según sostienen— está presente en hospitales de Buenos Aires y se enseña en diversos países del mundo. “Lo que logramos con este masaje es que el paciente sonría, que hable, que se sienta acompañado. En una enfermedad donde las noticias muchas veces no son buenas, eso también es sanador”, concluyó Lucero.
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