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» Misioneslider
Fecha: 31/05/2025 05:21
Dina Boluarte es quizás la presidenta más impopular del mundo, con apenas un 2% de aprobación. Pero se aferra al poder y analistas dan por descartado que terminará su mandato en 2026, pese al rechazo de los peruanos y múltiples escándalos. «¿Hasta cuándo vamos a vivir con miedo? ¡Lárgate Dina!», se leía en una pancarta en una reciente marcha en Lima en rechazo al auge del crimen organizado. Sin bancada propia, la presidenta conservadora de 62 años gobierna Perú desde hace dos años y medio en tácita alianza con el Congreso controlado por la derecha y ultraderecha, una economía blindada frente a la crisis política y una campaña electoral donde no puede participar. Quizás su principal carta es la ausencia de líderes alternativos que amenacen su precaria estabilidad de aquí al 2026, cuando termina su gobierno, en medio de una apatía social. La persiguen una docena de investigaciones fiscales por la represión policial que causó la muerte de 50 manifestantes en el comienzo de su mandato, en 2023. También está bajo la lupa de la Justicia por su omisión en declarar joyas y relojes de lujo que recibió como regalos, o su cirugía de nariz no declarada. Violencia y Crimen Organizado Pero su popularidad se evaporó sobre todo con el auge de la extorsión del crimen organizado. «Dina traidora, corrupta y asesina!», rezaba otra pancarta de una reciente marcha contra la gestión de la mandataria. «En mayo Boluarte tocó fondo en los sondeos, con 2%, un punto porcentual menos respecto a la medición de abril de la firma Ipsos.» Protestas contra el gobierno de Dina Boluarte, en mayo de 2024. Foto: AP «Podríamos estar hablando entonces de un récord mundial de desaprobación presidencial, y además sostenida», dijo a la AFP el presidente de la encuestadora Ipsos Perú, Alfredo Torres. Ipsos hace encuestas en 90 países y tampoco tiene un registro tan bajo de aprobación en otro lugar. «Señor, perdónalos porque no saben lo que encuestan», se defendía ya la presidenta en diciembre, cuando los estudios de opinión la perfilaban como la más impopular del mundo. Boluarte inició su mandato en diciembre de 2022 con 21% de aprobación y 68% de desaprobación, tras la destitución de Pedro Castillo luego de su fracasado intento de autogolpe. Una Presidencia Frágil «En Perú hay una paradoja política: Boluarte es la presidenta más débil de la última década, por su impericia y carecer de partido», dice a la AFP el analista político Augusto Álvarez, director de A3R.net, un medio digital. Sin embargo, «esa también es su fortaleza pues para muchos, incluyendo el congreso -que puede destituir mandatarios-, es un gran negocio tener una presidente frágil a la que usan como piñata para sacarle de todo». La represión en las marchas contra el gobierno de Dina Boluarte se repitieron durante su mandato. Foto: REUTERS La mayoría conservadora del Congreso además la apoya porque si la despide debe nombrar a la presidencia a un parlamentario de consenso, tarea prácticamente imposible a raíz de la actual polarización. Su impopularidad se remonta a cuando reemplazó al destituido Pedro Castillo y decidió quedarse en el poder en vez de convocar a elecciones anticipadas. Boluarte, hasta entonces su discretísima vicepresidenta, engrosó así el historial de inestabilidad peruana. Desde 2016, Perú ha tenido seis presidentes, dos destituidos por el Congreso, dos que renunciaron antes de correr la misma suerte, uno que completó su mandato interino de 8 meses y Boluarte que llegó luego del frustrado golpe de Castillo. Sin Opciones Aun así, la gente no sale a protestar masivamente «porque sienten que no vale la pena: si renuncia o es destituida sería reemplazada por un congresista, pero el Congreso también tiene pésima imagen. Por eso hay abulia en las calles», dice el responsable de Ipsos. En los sondeos «no hay ningún candidato que cautive, por eso la gente no tiene apuro por sacarla del poder y opta por seguir con ella». En las calles de Lima los peruanos no ahorran críticas. Boluarte «no tiene empatía, es una presidenta incapaz, no resuelve el problema de la seguridad. Estamos esperando que termine y se vaya para que entre un nuevo gobierno a resolver este problema», dice Saturnino Conde, un profesor de 63 años. Pero hay excepciones. «Es injusto que tenga tan baja su aprobación porque con ella la economía se está manteniendo. No veo que sea motivo de desagrado que lleve un Rolex, que se haya hecho cirugías», señaló a la AFP Blanca Romero, una historiadora de 75 años. El buen ritmo de la economía peruana contribuye a evitar su colapso. En el primer trimestre el PIB creció 3,9%, y en todo el año pasado se expandió 3,3%.
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