28/05/2025 20:12
28/05/2025 20:11
28/05/2025 20:11
28/05/2025 20:11
28/05/2025 20:10
28/05/2025 20:10
28/05/2025 20:10
28/05/2025 20:10
28/05/2025 20:10
28/05/2025 20:10
» Comercio y Justicia
Fecha: 27/05/2025 08:36
Por Javier De Pascuale El mercado automotor argentino está a punto de vivir un cambio histórico con la llegada oficial de BYD, el coloso chino que en 2024 superó a Tesla como el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo. La empresa anunció que comenzará a vender sus autos electrificados en Argentina durante el último trimestre de este año, operando como importador directo y con una estrategia que incluye una red propia de concesionarios y servicios técnicos, según informó Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD, en un comunicado oficial emitido desde Roma. BYD, fundada en 1995 como fabricante de baterías, evolucionó hasta convertirse en un gigante global con presencia en más de 90 países. Su apuesta por la movilidad sustentable, con modelos 100% eléctricos como el Dolphin y el Dolphin Mini, y opciones híbridas como el Song Pro, promete sacudir el mercado argentino, por sus precios competitivos cercanos a los diez mil dólares, frente a competencia hoy presente en el mercado local que no bajan de los 20 mil dólares. La llegada de la marca se apuró por el nuevo régimen de mercado que habilitó el gobierno de Javier Milei, que permite la importación de hasta 50.000 vehículos electrificados sin aranceles, de los cuales BYD ya aseguró un cupo de 1.300 unidades para 2025, pero que se multiplicaría para 2026 y 2027. El impacto de BYD no se limita a Argentina. En Brasil, la automotriz adquirió la exfábrica de Ford en Camaçari, Bahía, donde comenzará a producir el Dolphin Mini a partir del mes que viene, con una capacidad inicial de 150.000 unidades anuales. Esta planta podría convertirse en un polo de distribución para la región, aprovechando la ausencia de aranceles para autos fabricados en Brasil y los costos competitivos de BYD,que estaría en condiciones de fabricar el modelo con un costo menor de los diez mil dólares. Sin embargo, el Sindicato de Metalúrgicos de Camaçari expresó preocupaciones sobre el modelo de producción SKD (Semi Knocked Down), que implica ensamblar vehículos que ya vienen casi terminados desde China, lo que podría limitar la generación de empleo local. En nuestro país, la llegada de BYD se percibe como una oportunidad para democratizar el acceso a vehículos eléctricos, que hasta ahora han sido prohibitivos por los altos impuestos y la falta de infraestructura de carga. Modelos como el Dolphin Mini, que en Brasil se vende por el equivalente a US$17.000, podrían llegar a precios competitivos, según destacó Li, quien describió al modelo como “una puerta abierta para todos al mercado de los vehículos eléctricos”. Para Córdoba, la noticia genera expectativas. Mendoza ya está confirmada como una de las primeras provincias con concesionarios BYD, y fuentes cercanas a la empresa indican que negocia con representantes locales para establecer puntos de venta y servicio técnico en la región. Esto podría dinamizar la economía local, atrayendo inversiones y generando empleo en el sector automotriz, aunque la falta de claridad sobre la infraestructura de carga sigue siendo un desafío. La irrupción de BYD también plantea interrogantes sobre la competencia. Marcas tradicionales como Toyota y Volkswagen, con fuerte presencia en Córdoba, enfrentarán la presión de una empresa que desarrolla autos en la mitad del tiempo que sus competidores, gracias a su ejército de ingenieros y economías de escala. Claro que el impacto económico dependerá de cómo BYD equilibre sus importaciones desde China con la producción regional en Brasil. Mientras tanto, el mercado cordobés se prepara para recibir a este gigante chino, que promete transformar la movilidad con tecnología y precios que podrían cambiar las reglas del juego.
Ver noticia original