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  • 215 años sin saber de qué se trata

    Parana » AIM Digital

    Fecha: 25/05/2025 08:13

    El 25 de mayo de 1810, habitantes de Buenos Aires se reunieron frente al Cabildo exigiendo "saber de qué se trata". Sus descendientes hace ya 215 años que estamos planteando el mismo requerimiento, hasta ahora con poca o nula suerte. Con el apoyo del Regimiento de Patricios que comandaba Cornelio Saavedra y de los comerciantes y las clases acomodadas de Buenos Aires se obtuvo hace 215 años la dimisión del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y se estableció la Primera Junta de Gobierno, presidida por Saavedra, con Mariano Moreno y Juan José Paso como secretarios. Cuenta la historia que cuando Juan José Castelli se presentó ante Cisneros para pedirle la renuncia, el virrey se encolerizó y ensayó indignarse. Castelli le contestó tranquilo: "no se acalore excelencia, que la cuestión no tiene arreglo" "¡El pueblo quiere saber de qué se trata!" surgió durante una manifestación en la plaza de Buenos Aires frente al Cabildo el 25 de mayo de 1810. Se utilizó hasta ahora para representar los contextos en que la población reclama transparencia de los actos de gobierno. En 1810 se reclamaba la anulación de la formación de una junta de gobierno presidida por el virrey, que había dispuesto el Cabildo el día anterior, contrariando los resultados del Cabildo Abierto del 22 de mayo. El 7 de junio, dos semanas después, apareció en Buenos Aires La Gazeta, periódico fundado por Mariano Moreno, con colaboración de Castelli, Manuel Belgrano, Pedro Agrelo, Manuel Alberti y Bernardo de Monteagudo. Su finalidad, según se lee en el primer número, era hacer conocer "una exacta noticia de los procedimientos de la Junta, una continuada comunicación pública de las medidas que acuerde para consolidar la grande obra que se ha principiado, una sincera y franca manifestación de los estorbos que se oponen al fin de su instalación y de los medios que adopta para allanarlos". Moreno hacía constar: "El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal. Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Aires". El día de la salida del primer número de La Gazeta es en la Argentina el día del periodista, profesión que nació entre nosotros con aquellos propósitos nobles. Desgraciadamente, mucho dejó por el camino, al punto que hoy, una masa de periodistas y sus empleadores encuentran natural justificar lo que haga el gobierno, actuar como sus portavoces, permitir incluso en algunos casos que desde oficinas públicas se dicten sus contenidos, con tal de mantener el apoyo económico del Estado, obtenido con dinero de los contribuyentes, de aquel "pueblo" que tiene nominalmente pero ya no tiene realmente derecho a conocer la conducta de sus representantes. Es notable que fue justamente un revolucionario francés de 1789, el abate Manuel Sieyés, el que cambió el mandato imperativo, que obligaba a los representantes a cumplir estrictamente lo que querían sus mandantes, por el mandato representativo, que solo exigía cumplir "la voluntad general de la nación", que nadie sabía exactamente qué era. De ayer a hoy El actual gobierno argentino es posiblemente el resultado del enorme cansancio a que los gobiernos anteriores sometieron a los votantes con sus conductas y a las maniobras que hicieron para oponer cada uno a su rival un candidato que le quitara votos. Lo que ocurrió fue que el presidente Javier Milei se llevó más votos de lo que calculaban y ganó las elecciones. Como consecuencia, hoy gobierna una pareja fraterna de un hombre que reclama el premio Nobel de Economía y su hermana, una ex tarotista que diseña políticas. Posiblemente no era esto lo que los votantes desengañados se proponían, sino un aire fresco que renovara la política. Lo que obtuvieron fue algo parecido a lo que ya tuvimos: un plan económico que recuerda al de José Alfredo Martínez de Hoz y algunas excentricidades que no tuvimos, como un presidente que se cree la reencarnación de Moisés y el líder mundial de su movimiento, habla con uno de sus perros muertos, pretende convertirse al judaísmo y sufre crisis de violencia verbal que apenas puede reprimir. Milei fue bienvenido sobre todo por jóvenes varones como elemento disruptivo, con especial arraigo en adolescentes y adultos jóvenes, fascinados por su excentricidad, incluso por su violencia simbólica y por la ideología anarcocapitalista, que confundían con la liberación de la política. Milei tuvo antecedentes, como José Luis Espert, que a diferencia del presidente está totalmente desprovisto de carisma y de cualquier cosa que pueda entusiasmar a las masas. Milei, en cambio, puede hechizar a votantes sin experiencia política y con poca capacidad de análisis mediante el histrionismo y la descontractura que los jóvenes valoran como cosa propia. El anarcocapitalismo implica abolir o disminuir radicalmente el Estado, pero contra esas promesas Milei fortaleció la policía y los instrumentos estatales de represión y mediante personajes dudosos, como Daniel Parisino, "el gordo Dan", que aparece en público enmarcado en banderolas con reminiscencias fascistas y postulándose como grupo de respaldo al gobierno, por ahora armado con celulares. Por otra parte, lejos de respetar irrestrictamente el proyecto del otro, según la fórmula de Alberto Benegas Lynch, los partidarios extremos de Milei, su núcleo de apoyo más cerrado, se expresan contra las reivindicaciones y luchas feministas, contra el aborto legal, las leyes de cupo y la distinción entre sexo y género. El gran enemigo de Milei son los socialistas y los "zurdos" en general, enemistad compartida a pleno por los "centennials" a los que entusiasmó. Según Milei, se impusieron en nuestro país las tesis de Antonio Gramsci, teórico comunista italiano al que Mussolini mantuvo preso desde 1926 hasta 1937, cuando murió. Según el presidente el segundo elemento central tiene que ver con la rebeldía. "Argentina viene abrazando dosis crecientes de socialismo en los últimos 100 años, en un proceso paulatino que arrancó con Hipólito Yrigoyen. Entonces hoy la rebelión no es ser de izquierda, es ser liberal”. Hay que precisar que uno de los maestros de Milei, el español Jesús Huerta del Soto, sostenía que el imperio romano había caído en el siglo V gracias al socialismo, aunque parece difícil vincular a los emperadores con el socialismo. Se nota qué amplio debe ser el concepto para los ultraliberales “austríacos”. El anarcocapitalismo se propone eliminar del Estado como agente económico (pero manteniendo la policía), la supresión total de los impuestos, y aboga por el libre mercado y la propiedad privada. En lugar de eso, parece haber reforzado el Estado y de quitar impuesto habla poco. La influencia fundamental que reconoce Milei es la de la escuela austríaca de economía, basada en la propiedad privada y en la ley y el orden. El economista estadounidense Murray Rothbard es el padre del anarcocapitalismo y un referente esencial de Milei. A él se deben algunas ideas que sostuvo Milei en su momento, como la venta libre de armas, la compraventa libre de órganos y un mercado floreciente de comercialización de niños. De estas cosas, por ahora, el gobierno habla poco. Todas estas ideas parecen contrarias a la sensibilidad argentina, en realidad importadas de otras latitudes donde tampoco han tenido mucho éxito, si bien tras la declinación mundial del estado de bienestar, se viene acentuando en el mundo la tendencia derechista de la que el gobierno argentino es una muestra. Como seguramente los argentinos a la larga se recuperarán de esta caída en conceptos ajenos a su idiosincrasia, deberán repetir las preguntas de mayo de 1810 y cuando adviertan que lo que tienen no es lo que querían, porque lo que querían era el cese de la politiquería innoble que los asfixiaba, volverán a la vieja exigencia: "el pueblo quiere saber de qué se trata" De la Redacción de AIM.

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