24/05/2025 19:26
24/05/2025 19:25
24/05/2025 19:24
24/05/2025 19:24
24/05/2025 19:23
24/05/2025 19:23
24/05/2025 19:22
24/05/2025 19:22
24/05/2025 19:21
24/05/2025 19:21
Parana » AIM Digital
Fecha: 24/05/2025 11:21
La ingesta de alimentos ultra procesados se vincula con diversas enfermedades crónicas como la obesidad, las enfermedades cardíacas, el cáncer y la diabetes tipo 2. "Numerosos estudios indican que es a través de los alimentos que contienen estas sustancias donde más daño se hace al organismo, provocando enfermedades crónicas severas y muerte prematura", confirmó a AIM el doctor Sergio Schlimovich, médico especialista en Endocrinología y Metabolismo y experto en Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades. Cuáles son las alternativas para minimizar la exposición crónica de estas sustancias peligrosas que pueden ayudar a disminuir el riesgo de sufrir graves enfermedades El médico explicó que "durante los últimos 50 años, la sociedad se ha ido transformando profundamente. La industrialización, la tecnificación y los avances en los sistemas y medios de producción modificaron notablemente el estilo de vida de las personas y, especialmente, su alimentación". Consultado si algunos alimentos ultraprocesados ricos en fibra y fortificados, como los cereales integrales y las leches vegetales, pueden proporcionar nutrientes esenciales, destacó que, en general, "es recomendable minimizar su consumo debido a su inferior calidad nutricional y mayor contenido de aditivos". Todo cambió en 50 años El profesional señaló que los cambios en la alimentación fueron acompañados por la aparición y liberación al medio ambiente de un gran número de sustancias que, en muchos casos, y por muy diversas vías, se incorporaron en los alimentos. "Muchas de estas sustancias son sumamente tóxicas, e ingeridas en determinadas cantidades, pueden tener efectos muy nocivos para la salud de la población", precisó el médico. "En la actualidad, tanto la producción, recolección, manipulación y distribución de alimentos está determinada por una dinámica economicista, donde importa poco la calidad de lo que comemos, ni el contexto en el que son producidos. Hoy, lo que interesa es hacer un producto rentable, dejando la salud de la población en el olvido", manifestó el profesional. El especialista destacó que diversos estudios de investigación indican que la comida de hoy día dista mucho de ser saludable y que, no sólo no contiene los nutrientes de antaño que permiten preservar la salud, sino que además, está llena de sustancias artificiales muy peligrosas. ¿Cómo identificarlos? Una manera eficaz de identificar alimentos ultraprocesados es leyendo la etiqueta y la especificación de los ingredientes. “En general, tienen listas extremadamente largas, usualmente con muchos aditivos como emulsionantes, conservantes, colorantes y saborizantes artificiales”, agregó Schlimovich, pero aclaró que elementos como el ácido cítrico o el ácido ascórbico (vitamina C) no se convierten automáticamente en un producto en ultraprocesado si acompaña a ingredientes integrales. El experto detalló que entre las sustancias responsables deben considerarse los residuos de pesticidas utilizados en la producción y manipulación de los alimentos; colorantes, conservantes, estabilizadores, endulzantes, saborizantes y otros aditivos añadidos a los alimentos procesados envasados; sustancias químicas que se incorporan intencionalmente a los alimentos como el ftalato, metales pesados (mercurio, plomo y manganeso), nitratos, compuestos orgánicos persistentes (COP) y radionucleidos. "Todas estas sustancias están directamente relacionadas con numerosas afecciones crónicas como cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, Parkinson, Alzheimer, Esclerosis Múltiple y, también, con muertes prematuras. Por si esto fuera poco, los alimentos transgénicos tienen cada vez más presencia en nuestra mesa diaria, y aún se desconocen sus consecuencias finales sobre la salud humana". Las más peligrosas Sobre este punto, Schlimovich agregó: "Los contaminantes químicos representan las sustancias más nocivas para la salud y la biodiversidad, en particular, un grupo especial de químicos ambientales que se acumulan dentro de los organismos vivos y persisten en el ambiente por largos períodos (20-30 años). Se pueden encontrar en los alimentos y el agua, pero también en el aire, el suelo, y en los objetos que utilizamos a diario". Para referirse a esta variedad de químicos tóxicos ambientales, distintas fuentes y autores han utilizado diversas denominaciones, pero las más conocidas son: compuestos orgánicos persistentes (COP) o sustancias tóxicas persistentes (STP), entre otras. Algunas de estas sustancias se comportan simulando ser hormonas (hormono-símiles) y generan serios trastornos en el sistema endocrino, provocando enfermedades de la glándula tiroides, diabetes, infertilidad, feminización y cáncer. A esta acción de interferencias hormonal se la conoce como disrupción endócrina (DE). ¿Existen alternativas? Sobre las alternativas tendentes a minimizar la exposición crónica de estas sustancias peligrosas que pueden ayudar a disminuir el riesgo de sufrir graves enfermedades, destacó que "la mejor alternativa para proveerse de alimentos saludables es consumir productos orgánicos y agroecológicos que, no solo están libres de tóxicos químicos sino que, además, contienen todos los nutrientes necesarios para mantenerse saludables. "Cuando hablamos de productos orgánicos y agroecológicos nos referimos a toda clase de alimentos: frutas, verduras, cereales, granos, semillas, frutos secos, carnes y huevos. Y no debemos olvidarnos del agua que bebemos, que también es un alimento", dijo el experto. Si por alguna razón no tiene acceso a ellos, puede hacer lo siguiente: 1) para las frutas y verduras, busque huerteros locales: la mayoría enriquece la tierra con abonos orgánicos y riega con agua de pozo o de lluvia; 2) para los cereales, granos, semillas y frutos secos, busque en los comercios que ofrecen productos orgánicos; 3) para las carnes, prefiera pescado de mar en primer lugar. En segundo término, carnes de animales de pastoreo, aves caminadoras y huevos de campo; 4) para los envasados, prefiera los orgánicos certificados o agroecológicos; 5) respecto al agua, beba agua mineral de manantial, o use un buen filtro en casa, ya que la mayoría no filtran los residuos de insecticidas y otras sustancias tóxicas más pequeñas incluidos los microplásticos. De la Redacción de AIM.
Ver noticia original