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» El Ciudadano
Fecha: 24/05/2025 07:22
La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal ratificó este viernes las condenas impuestas en diciembre de 2023 en el juicio por el expediente conocido como “Cuevas Blancas”, que involucra al narcotraficante peruano Julio Andrés Rodríguez Granthon y al financista Gustavo Pedro Shanahan, entre otros imputados. Los camaristas Mariano Hernán Borinsky, Javier Carbajo y Gustavo Hornos resolvieron rechazar los recursos de casación presentados por las defensas de los condenados Rodríguez Granthon, Shanahan, Alfonso Sciortino, Gustavo Báez Aguilar y Juan Román González. Los planteos apuntaban contra distintos momentos del proceso judicial, desde el inicio de la investigación –originada por una denuncia anónima y llevada adelante por la División Antidrogas de la Policía Federal– hasta el desarrollo del juicio oral. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N.º 3 de Rosario (TOF3) había dictado las sentencias el 27 de diciembre del año pasado. Rodríguez Granthon, piloto comercial, recibió una pena de 10 años de prisión como organizador del tráfico de drogas, condena que fue unificada en 21 años debido a antecedentes penales. Shanahan fue sentenciado a 7 años como partícipe primario, al haber provisto dólares a la organización delictiva. Sciortino fue condenado a 6 años como coautor, mientras que Báez Aguilar y González recibieron penas de 3 años de ejecución condicional como partícipes secundarios. Una investigación clave para el narcotráfico y el lavado de dinero Durante los alegatos finales del juicio, el fiscal general Federico Reynares Solari subrayó la relevancia del enfoque económico de la pesquisa: “Se siguió la ruta del dinero, y eso es una novedad”, resaltó. En ese sentido, hizo hincapié en la detención de Shanahan, identificado como el operador financiero del grupo, propietario de una cueva ubicada en calle España al 800. “Las bandas que compran material estupefaciente no pueden ir con una tarjeta a comprar cocaína: necesitan dólares”, explicó Reynares, quien también recordó que “la cocaína es un commodity y los dólares son fundamentales para el giro comercial”. Sobre Shanahan, apuntó: “Alguien advertido como Shanahan sabe eso”. El grupo criminal operaba desde una base en Valparaíso al 2600, en el barrio Villa Banana. Allí se distribuía la droga, mientras que el corte y almacenamiento del material se realizaba en una vivienda de Espinosa al 6200. Todo esto era coordinado desde la Unidad Penal de Marcos Paz por Rodríguez Granthon. La investigación se inició en abril de 2021 tras una denuncia que indicaba que en una casa de Villa Banana se vendía droga al por menor. El lugar estaba manejado por los hermanos Pérez, Facundo (“Jirafa”) y Ubaldo. De acuerdo al fiscal, “Jirafa” era quien conectaba a los vendedores con “el peruano”. La vigilancia demostró que se movían alrededor de 12 kilos de cocaína cada quince días. El dinero recaudado era trasladado a un domicilio en Ovidio Lagos al 400, donde se encontraba Marcos Díaz, exjugador de rugby, detenido recién en marzo pasado en Entre Ríos. En el juicio, Reynares Solari y la fiscal auxiliar Juliana Scilabra destacaron que la Brigada Antinarcóticos identificó a Díaz transportando bolsos hacia oficinas en un departamento de España y Rioja. Ese sitio fue allanado luego de que una policía encubierta fuera herida de bala durante un seguimiento en Villa Banana. Allí funcionaba una cueva financiera bajo responsabilidad de Shanahan. En el operativo se secuestraron cerca de 34 millones de pesos en billetes de baja denominación. “Queda absolutamente claro que Shanahan dirigía una cueva; no hay interrogantes sobre eso. Desde el aspecto objetivo, comete una intermediación financiera no autorizada”, sostuvo el fiscal en su alegato. Y remarcó: “El aspecto subjetivo me permite afirmar que el dinero que circulaba por sus oficinas provenía de una actividad narcocriminal. Eso no podía ignorarlo”. Para el Ministerio Público Fiscal, el funcionamiento del negocio narco de Villa Banana se sostenía gracias a la cueva de calle España, con la participación activa de Juan Román González y el exrugbier Marcos Díaz.
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