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» SL24
Fecha: 23/05/2025 19:22
Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp Según el relevamiento correspondiente al mes de mayo, los valores de los alquileres de departamentos de 1, 2 y 3 ambientes subieron un 7,7%, 2,9% y 6,7% respectivamente en comparación con abril. Esta dinámica de alzas consecutivas refleja una aceleración sostenida que contrasta con los doce meses previos, donde el ritmo de aumentos era considerablemente menor. En cifras concretas, la mediana de los precios de monoambientes se ubicó en $280.000, la de departamentos de dos ambientes en $360.000 y la de tres ambientes en $480.000. Estos valores no incluyen expensas ni servicios, y son particularmente alarmantes cuando se los contrasta con los ingresos promedio de los sectores asalariados. Por ejemplo, un jubilado que percibe un haber mensual de $370.000 debe destinar el 76% de su ingreso para pagar el alquiler de un monoambiente. Peor es la situación de quienes cobran el Salario Mínimo Vital y Móvil, fijado en $308.200: para ellos, alquilar una unidad de similares características representa el 90,9% de su ingreso mensual. La carga también es significativa para trabajadores activos. Un maestro de grado sin antigüedad, con un salario de $703.000, debe destinar el 51,2% de su sueldo solamente al alquiler de un departamento de dos ambientes, sin contar los gastos adicionales. A este complejo panorama se suma el peso de las expensas, que alcanzan en promedio el 15,8% del valor del alquiler, encareciendo aún más el costo de acceso a la vivienda. Desde el CESO destacan que, aunque la oferta de departamentos ha aumentado en un 45% respecto a mayo de 2024, esto no ha logrado desacelerar el ritmo de crecimiento de los precios, lo que indica que otros factores, como la especulación inmobiliaria, la incertidumbre económica y la falta de regulación efectiva, siguen teniendo un rol protagónico en la evolución del mercado. En este contexto, el acceso a la vivienda en Rosario se presenta como un desafío cada vez más complejo para sectores medios y bajos, que ven cómo sus ingresos se esfuman mes a mes en el pago de alquileres, sin que hasta ahora se vislumbren soluciones concretas desde el ámbito gubernamental o legislativo.
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