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Federal » El Federaense
Fecha: 23/05/2025 04:48
En un reciente altercado con un periodista, Luis Toto Caputo, el ministro de Economía, demostró su descontento ante preguntas sobre sus cuentas offshore. Durante una conferencia de prensa donde anunció medidas para incentivar la repatriación de dólares mantenidos fuera del sistema, un reportero tuvo la osadía de cuestionarlo sobre si sus fondos en el extranjero serían traídos de vuelta. Tensión en la rueda de prensa El periodista Jonathan Heguier de El Destape, planteó la inquietante comparación de si Caputo, al igual que otros ministros, tenía dólares guardados en casa, sugiriendo que podría tratarse de dinero no declarado. Esto provocó la furia del ministro quien respondió: “Estás diciendo un nivel de disparates”, pidiendo una rectificación inmediata por el comentario que consideró como una falta de respeto. Las cuentas en el extranjero La molestia de Caputo no se limita al cuestionamiento del periodista, sino que resalta un contexto más amplio. A pesar de su descontento, el ministro tiene en su declaración jurada un total de USD 470 mil en nueve cuentas, de las cuales dos se localizan en Estados Unidos y el resto en la Isla de Man. Este territorio es conocido por su atractivo régimen fiscal, que ofrece ventajas considerables a quienes buscan proteger su patrimonio. Implicaciones del enfado de Caputo El incidente plantea cuestionamientos sobre la ética de los funcionarios que, a pesar de promover políticas para la repatriación de capitales, poseen activos en lugares donde las leyes fiscales son más benévolas. En este sentido, Caputo arremete contra la insinuación de que él podría tener dólares debajo del colchón, una frase que se refiere a activos no declarados que se mantienen fuera del sistema regulado. Una postura contrastante El enfado de Caputo parece ir en dirección opuesta a la postura de su jefe, Javier Milei, quien promociona la fuga de capitales como un acto heroico en el actual clima económico del país. Este choque de visiones entre la administración y la realidad de sus funcionarios genera un debate sobre la legitimidad de sus discursos sobre la economía nacional. Como cierre, cabe resaltar que la conversación ministerial y su relación con la prensa sigue siendo un aspecto crucial para la transparencia y confianza pública en la gestión del gobierno. A medida que la presión sobre los funcionarios aumenta, la gestión de su propia imagen y la de sus políticas será vital para avanzar en el contexto actual de desafíos económicos.
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