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Parana » ER 24
Fecha: 22/05/2025 19:44
ENSOBRANDO CAMINOS: LA VOZ DE LA 980 Y LOS SILENCIOS BIEN PAGOS El animador victoriense Roberto Waldino Caminos volvió al centro de la escena, pero esta vez no por su voz en la AM 980 ni por su pluma en El Heraldo de Concordia, sino por un escándalo que expone los vínculos entre la prensa servil y los contratos “truchos” de la política entrerriana. Caminos quedó salpicado por la revelación de un contrato irregular en la Honorable Cámara de Senadores, vinculado directamente a su entorno íntimo: su pareja habría sido designada como empleada legislativa sin residir siquiera en la provincia de Entre Ríos. El dato, que ya circula en despachos y pasillos oficiales, abre múltiples interrogantes sobre la legitimidad de su función y el uso de recursos públicos. ¿Puede considerarse ético que un referente comunicacional, con acceso privilegiado a micrófonos y redacciones, omita sistemáticamente denunciar los contratos fantasmas mientras él mismo se beneficia directa o indirectamente del sistema que los genera? La noticia debilita aún más la credibilidad del también periodista de El Heraldo, quien nunca se mostró particularmente interesado en indagar —ni mucho menos cuestionar— la estructura de favores, sobres y acomodos que ha caracterizado a la política provincial durante los últimos años. Su silencio sobre los “ensobrados” ya no parece casualidad: era conveniencia pura. Las redes sociales no tardaron en recoger el dato y conectar los puntos. Caminos no sólo evitaba el tema: lo sepultaba. Mientras muchos colegas denunciaban contratos fraudulentos, enriquecimientos meteóricos y designaciones cruzadas, él prefería hablar del tránsito, las efemérides o cualquier anécdota de color que lo mantuviera a salvo de compromisos incómodos. El caso también vuelve a poner en foco el rol de ciertos comunicadores locales que, parapetados detrás de una pátina de “periodismo independiente”, han funcionado como engranajes del encubrimiento institucional. No se trata sólo de una omisión ética: es complicidad con dinero público. En Victoria, todos sabían que Caminos no iba a hablar de los contratos. Ahora se entiende por qué. Mientras tanto, los verdaderos periodistas siguen esperando que el aire de la 980 y las páginas del Heraldo vuelvan a tener algo de dignidad. Aunque sea un poquito.
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