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  • Una vela para Karina

    Parana » InfoParana

    Fecha: 21/05/2025 20:02

    Por Agustín Lascar (Seudónimo) Como en la película protagonizada por Tom Hanks, La Terminal (2004), el gobernador Rogelio Frigerio es ciudadano de una patria que ya no existe y espera por ingresar a un país que le demora la visa. Mauricio Macri se equivocó al nacionalizar la elección en CABA, cosa que muchos le marcaron sin contener la crítica ante una evidencia clara, el error del ex presidente fue forzado. LLA lo fue a buscar a su bastión y lo derrotó. Una gran demostración de fuerza que salió bien. La batalla favoreció a Leandro Santoro, el ganador de la jornada pese a haber quedado en segundo lugar cuando era el favorito. Al amigo de Alberto Fenández le pasó lo que le pasa a la mayoría de los favoritos, tenía todo para ganar, sólo le faltó hacerlo. Hizo una buena campaña, pero careció de pulso para conducir los últimos cien metros hasta la meta encabezando el pelotón, se volvió cauto, reflexivo, mesurado ante la victoria inminente. Las personas suelen restar apoyo al seguro ganador y utilizan su voto para fortalecer otros jugadores a los que estima más débiles, en desventaja; además valoran su cuota de poder mucho más de lo que lo hacen los candidatos tradicionales. Si no necesitas mi voto para ganar la elección, se lo doy a otro que sí lo necesite, podría ser el hipotético razonamiento. Algo de eso hubo, y también mucho de antikirchnerismo, que es el eje ordenador. De todas maneras, a groso modo, ese segundo puesto de Santoro le sirve al peronismo. LLA corrió a los empujones al PRO (JxC, Cambiemos) hacia el centro de un escenario polarizado al mango, y lo dejó justo sobre la grieta que se lo terminó tragando. No hay lugar para tibios, la ancha avenida del medio ya no existe, o por lo menos aparece vacía, y el escenario de tres tercios se va ensanchando hacia los polos. Aunque, insisto, ese lugar no lo eligió Macri, se lo asignaron desde el momento en que no aceptó entregar el escudo y afiliarse, como hizo Patricia Bullrrich. Macri se vio obligado a reaccionar desde el enojo, le mentaron la madre en su propia casa y lo llevaron al barro. Su derrota reconfigura el escenario no porque CABA sea un faro que irradia hacia el interior, sino porque fue el teatro de operaciones elegido para desplegar una hipótesis central para el Gobierno nacional: para que Milei reelija tiene que aniquilar al PRO. Un mapa que circuló en redes, dando cuenta de cómo lo que antes era amarrillo se fue tiñendo de violeta, refuerza la hipótesis. Milei y Macri comparten el voto blando, entonces, no hay dos candidatos para un sillón, y LLA está en la cresta de la ola. Ya no existen las provincias como feudos inexpugnables, sólo Formosa parece sostener ese status. La civilización no llega a todos lados por igual, pero llega. Aquel modo de organización, propio de principios del siglo pasado va cediendo y, en Entre Ríos, hace rato que no existe. Eso por varios motivos, el más obvio es que ya no estamos en el SXX. Y otro, el poder, la comunicación, ya no son verticales, hay bisectrices, paralelas, tangentes y cotangentes. Desde internet a esta parte, nada es una isla. Temprano para un lunes, desde el oficialismo provincial se apuraron en que haya una publicación que trate de conjurar esos demonios. Frigerio es frigerista, conduce una fuerza provincial que no tiene ramificaciones a nivel nacional, tiene cerrada la provincia, habla con todos, etc. Santoro también ganaba por cinco puntos antes que LLA apriete el acelerador y saque a la cancha a Milei. Más entrado el día Alfredo De Angeli salió a contener a la tropa alicaída, aseguró que de LLA lo tentaron para sumarlo y “les dije que no, que no me muevo”. Se sabe que la astucia del ruralista no es una de las características que lo destacan, aun así, es un ejemplo que convida seguir. Temen una avanzada libertaria invitando a subirse al trencito de Patricia Bullrich, esa es la traducción, y tienen razón. Porque Milei, con nula experiencia, ha dado muestras que no es Alberto Fernández ni Mauricio Macri, que entiende que el poder se ejerce y lo hace, que sabe que hay que ser un killer ¿Por qué se privaría de acorralar primero y desbancar más tarde a uno de los gobernadores del PRO? Él, que siempre acelera en las curvas, ¿Por qué se frenaría en seco ante Frigerio? Una de las claves puede ser que para repetir la performance de CABA se necesita un candidato que sea conocido y transmita esencia libertaria. Entre Ríos, no lo tiene, por ahora. En el triángulo de hierro existen dos hipótesis que a veces se enfrentan, otras se complementan y también cohabitan. Una indica que LLA tiene que ser una fuerza nacional que vaya a todas las elecciones con candidatos propios, que dispute poder y aproveche la bonanza que irradia el Presidente para “pintar la Argentina de violeta”; la otra propone no pelearse con los gobernadores donde no conviene, tejer alianzas que le permitan al partido del gobierno contar con apoyos legislativos para avanzar sin tantos obstáculos ni DNUs. A Frigerio le conviene la segunda hipótesis, esa ha sido su táctica, la mala noticia es que ayer ganó la primera. Un escenario como el de Ciudad de Buenos Aires pondría a las y los candidatos de Frigerio en el lugar de Lospennato, pero Frigerio no es Macri, y LLA lo sabe. Podría sumar legisladores propios y contar con los de Juntos como si lo fuesen, es lo que ha sucedido hasta ahora y, a menos que encuentren petróleo en las Cuchillas de Montiel, no hay ningún motivo contante y sonante para que eso cambie. Podría haber acuerdo, Frigerio estaría tranquilo, los primeros lugares en las listas serían para Karina y, otra vez, a los radicales les tocaría la ingrata tarea de prestar el quincho y poner el asado para el cumpleaños de otro. Igual se dobla, pero no se rompe. Los dos caminos conducirían a Roma, aunque en diferentes tiempos.

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