22/05/2025 04:16
22/05/2025 04:15
22/05/2025 04:14
22/05/2025 04:14
22/05/2025 04:13
22/05/2025 04:13
22/05/2025 04:13
22/05/2025 04:12
22/05/2025 04:11
22/05/2025 04:11
» SL24
Fecha: 21/05/2025 15:36
Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp El Decreto 340/2025, publicado este martes en el Boletín Oficial, marca un antes y un después en la política naviera argentina. Con la firma del presidente Javier Milei y la ejecución técnica de Federico Sturzenegger, el gobierno libertario activó un “Régimen de Excepción de la Marina Mercante Nacional”, que busca —según sostiene el propio Ejecutivo— recuperar competitividad internacional en un sector asfixiado por costos, rigidez normativa y pérdida de protagonismo. Pero mientras Nación lanza una ofensiva de desregulación profunda, en el Cordón Industrial la respuesta es el silencio. No por indiferencia, sino porque ya no quedan referentes sindicales con peso real en una región que supo tener gremialistas con voz nacional. Emergencia declarada, conducción ausente El decreto reconoce oficialmente la emergencia del sector naval y mercante, citando como causas la migración de buques a otras banderas, el encarecimiento de operar en Argentina y la falta de incentivos para invertir. La propuesta del gobierno es desregular, liberalizar y flexibilizar: Los buques argentinos podrán suspender su bandera y operar hasta 10 años bajo registros extranjeros. Se elimina la contratación obligatoria mediante bolsas sindicales. Se libera la determinación de tripulaciones. Se habilita el cabotaje extranjero con restricciones mínimas. Se declara “servicio esencial” a toda la actividad fluvial, limitando el derecho a huelga. Cada una de estas medidas afecta de lleno a las estructuras gremiales históricas. Sin embargo, en San Lorenzo, Puerto San Martín y Timbúes, la reacción es nula no por complicidad, sino por vacío de poder. Mirá también De Grandis entregó casi 40 millones de pesos a escuelas de la ciudad Up River: gremios sin conducción y con protagonismo diluido La foto sindical del Cordón Industrial muestra un mapa disperso, con sindicatos fragmentados, sin coordinación ni figuras de referencia que articulen con el sistema político o empresarial. La agenda gremial está disgregada, y las respuestas a políticas estructurales como este decreto brillan por su ausencia. “Lo más grave no es que no reaccionen. Lo grave es que no pueden reaccionar porque ya no hay quien conduzca políticamente el movimiento obrero de la región”, señalan dirigentes industriales de la zona. Un caso paradigmático es el de los serenos de buque: Up River es el único nodo portuario argentino que no convoca más a esta figura laboral, símbolo de la negociación colectiva. El gremialismo no solo no resistió la eliminación de esos puestos, sino que ni siquiera explicó públicamente su desaparición. Lo que cambia con el Decreto 340/2025 1. Suspensión de bandera: Buques de bandera argentina podrán operar bajo otra bandera hasta por 10 años. Mantendrán derecho a reincorporación automática. 2. Fin de las bolsas sindicales: Se elimina la obligatoriedad de contratar tripulantes desde estructuras sindicales. Se impone libertad de contratación. 3. Dotación mínima flexible: Las tripulaciones ya no serán fijadas por autoridad técnica. Quedan a discreción del armador. 4. Cabotaje abierto: Buques extranjeros podrán operar si no hay oferta local. Si permanecen más de 60 días, deberán tripularse con argentinos o residentes. 5. Simplificación de trámites: Se aplica el “silencio positivo”: si no hay respuesta del Estado, se entiende aprobado. 6. Cambios normativos: Se modifican leyes centrales del sector, como la Ley de Navegación, la ley de la industria naval y la ley de la marina mercante. 7. Servicios esenciales: Se limita el derecho a huelga en puertos y vías navegables: debe garantizarse una cobertura mínima del 75%. 8. Astilleros y bandera nacional: Se eliminan restricciones para contratar astilleros en el extranjero y se amplía el plazo de arrendamiento con tratamiento de bandera nacional. Un sindicalismo sin voz El nuevo régimen sacude al sistema portuario nacional, pero en la región que concentra el 80% de las exportaciones agroindustriales del país, no hay voces sindicales con capacidad de instalar una agenda alternativa. Los sindicatos, antaño protagonistas en debates salariales, fiscales y logísticos, hoy parecen más bien estructuras formales sin articulación real con los cambios que atraviesan al sector. “Ya no hay liderazgos gremiales con peso político en el Cordón. Y cuando no hay conducción, tampoco hay estrategia”, resume un dirigente del sector transporte. Una transformación que los encuentra desarmados Para el gobierno de Milei, el Decreto 340 es una herramienta para impulsar inversiones, bajar costos logísticos y modernizar el aparato fluvial. Pero más allá de sus resultados futuros, lo que ya muestra con claridad es la orfandad política del sindicalismo regional. El Cordón Industrial, que durante décadas fue epicentro del sindicalismo combativo y negociador, enfrenta una reforma estructural sin liderazgo ni respuestas. Mientras el Estado nacional redefine la logística del siglo XXI, el movimiento obrero local sigue anclado en estructuras del pasado, muchas veces operando como franquicias del poder de turno, sin propuesta propia y sin diálogo con los sectores empresarios que podrían reconstruir un nuevo modelo productivo. La transformación avanza. El problema no es que no los invitaron a la mesa. Es que ya no hay quién se siente.
Ver noticia original