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  • Por qué las tormentas extremas son más frecuentes e intensas en Argentina, según los expertos

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 21/05/2025 13:02

    El drone de Infobae sobre la localidad de Lima, en el partido de Zárate, durante las inundaciones de este fin de semana En marzo, un desastre por el fenómeno de lluvias extremas golpeó a la población de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires. Entre el 15 y 18 de mayo, otro temporal afectó a la capital de la Argentina y a 30 municipios de la provincia de Buenos Aires. Ambos fenómenos tienen algo en común: “Durante las últimas décadas aumentó el número de días en los que las lluvias superan los valores extremos, como por ejemplo 100 milímetros en un día”, dijo a Infobae la doctora profesora emérita de la Universidad de Buenos Aires, investigadora del Conicet y coautora de informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Entre marzo y mayo de 2025, lluvias extremas golpearon Bahía Blanca y Buenos Aires (REUTERS/Matias Baglietto) La suba de la frecuencia de las lluvias intensas ya se había advertido con un estudio realizado con financiamiento público en 2014. Lo hizo Rusticucci junto con Vicente Barros, Inés Camilloni y otros colaboradores del INTA, Conicet y la Facultad de Ciencia Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, y lo publicaron en la revista WIREs Climate change. En ese momento, detectaron que hubo un aumento significativo en las precipitaciones que transformó gran parte del territorio subtropical de Argentina desde 1960. Aumentaron días con lluvias extremas en las últimas décadas, superando 100 mm diarios. (AP Foto/Juan Sebastián Lobos) Por un lado, favoreció la expansión de tierras agrícolas hacia regiones semiáridas. Por otro lado, condujo a un incremento en las lluvias intensas, lo que ha derivó en inundaciones tanto en áreas rurales como urbanas. Los investigadores habían anticipado que la tendencia iba a continuar en las próximas décadas. Qué pasó con las inundaciones en 30 municipios Temporal de mayo afectó 30 municipios, con al menos tres muertos y 3.000 evacuados (REUTERS/Martin Cossarini ) La semana pasada, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de la Argentina había emitido alertas temprana sobre la alta probabilidad de que ocurriera un cambio drástico en las condiciones del tiempo por tormentas en el AMBA y el resto de la provincia de Buenos Aires y el pronóstico se cumplió. Entre el jueves 15 y el domingo 18 de mayo un temporal golpeó la zona y dejó un saldo de más de 3.000 evacuados y al menos tres personas fallecidas. Se registraron récords de caída diaria de lluvias para mayo. Por ejemplo en San Fernando cayeron 107 mm el 16 de mayo. Superó al registro anterior de 104 mm del 15 mayo de 2000, según datos del INTA y el SMN. La áreas urbanas enfrentan alto riesgo por infraestructura deficiente y vulnerabilidades socioeconómicas ( Reuters) El fenómeno que ocurrió entre el jueves y el domingo pasado incluyó tormentas eléctricas, caída de granizo, actividad eléctrica y fuertes vientos en el AMBA y el resto de la provincia de Buenos Aires. Produjo inundaciones severas, con daños materiales significativos y la evacuación de más de 3.000 personas. Treinta municipios bonaerense se vieron afectados por el temporal. “El agua está bajando prácticamente en toda la provincia, aunque con más dificultades en los partidos de Salto y Campana”, dijo ayer martes el Gobernador de la provincia Axel Kicillof. El cambio climático y su impacto en Bahía Blanca Evento de Bahía Blanca en marzo acumuló 300 mm en 8 horas, afectando 300.000 personas (REUTERS/Juan Sebastian Lobos) En la ciudad de Bahía Blanca, a 636 kilómetros de la capital de Argentina, ocurrió un evento climático sin precedentes el 7 de marzo pasado. Durante un lapso de solo 8 horas, se acumuló casi la mitad del promedio anual de precipitaciones en la ciudad. Se registraron lluvias que superaron los 300 milímetros. Este fenómeno, el más intenso desde que se iniciaron los registros en 1956, se debió al impacto de un frente de aire frío que siguió a días cálidos y húmedos. Además, una saturación de suelos provocada por lluvias que habían caído previamente intensificó la magnitud de las inundaciones, según publicó la iniciativa World Weather Attribution (WWA). Escenarios futuros de calentamiento indican mayor frecuencia de fenómenos climáticos extremos (REUTERS/Juan Sebastian Lobos) El impacto humano y económico del fenómeno extremo fue considerable. Más de 300.000 personas se vieron afectadas y se reportaron 18 fallecimientos confirmados. El fenómeno no ocurrió de forma aislada sino dentro de un contexto regional marcado por una ola de calor que azotó a Argentina, el sur de Brasil, Paraguay y Uruguay desde mediados de febrero, con temperaturas que en algunos puntos del norte argentino superaron los 40 grados. Expertos proponen adaptar a las ciudades frente a los riesgos de los efectos del cambio climático (REUTERS/Juan Sebastian Lobos) Los expertos que forman la WWA de la Argentina, Estados Unidos, México, Europa y otros países examinan los datos tanto las lluvias intensas del 7 de marzo como de la ola de calor que se había registrado en una amplia región del sudeste sudamericano. Encontraron evidencia que apunta a un claro vínculo del cambio climático con el incremento de temperaturas extremas. Señalaron que un evento de calor como el del verano pasado habría sido “virtualmente imposible” en un clima previo al aumento global de 1,3 grados. Alertaron que la frecuencia de ese tipo de fenómenos será aún mayor en un escenario futuro de 2,6 grados de calentamiento. Qué se recomienda hacer Proponen más espacios verdes en las ciudades (Imagen Ilustrativa Infobae) De acuerdo con los investigadores de WWA, en el norte de Argentina, regiones como la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires presentan una alta vulnerabilidad debido a su densa población, urbanización acelerada y la prevalencia de economías informales que dependen de actividades sensibles a los eventos climáticos. Casi el 50 % de la fuerza laboral urbana trabaja en empleos informales, expuestos a interrupciones por fenómenos extremos. Además de los desafíos socioeconómicos, las deficiencias en la infraestructura urbana, como insuficientes sistemas de drenaje para lidiar con lluvias intensas, agravan la exposición a inundaciones. Loos espacios absorben el exceso de agua en caso de lluvias intensas, contribuyen al secuestro de carbono y fomentan la biodiversidad (Imagen Ilustrativa Infobae) Paralelamente, la falta de espacios verdes que puedan mitigar el calor en las ciudades afecta la resiliencia frente a olas de calor. Recomendaron generar más áreas verdes y azules dentro de las ciudades para reducir las temperaturas locales y disminuir los riesgos de inundaciones, especialmente en zonas densamente urbanizadas. También aconsejaron fortalecer la infraestructura urbana y reducir desigualdades sociales como claves para mejorar la resiliencia de comunidades más vulnerables frente a un entorno climático que se vuelve cada vez más volátil.

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