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» El Ciudadano
Fecha: 19/05/2025 12:24
Una escultura invisible fue vendida por más de 18.000 dólares durante una subasta en Italia. La obra, titulada Io Sono (“Yo soy”), fue creada por el escultor Salvatore Garau y adquirida por un comprador anónimo en mayo de 2021 a través de la casa de subastas Art-Rite. La pieza no puede verse ni tocarse, pero su existencia fue respaldada con un certificado de autenticidad y una serie de instrucciones específicas para su exhibición. La escultura fue definida como una “obra inmaterial” y debía instalarse en un espacio privado de cinco pies por cinco pies, completamente libre de obstáculos. La obra se convirtió en tema de debate sobre los límites del arte, la subjetividad de su valoración y el papel de la imaginación en la creación artística. Según Garau, la escultura existe como vacío lleno de energía. Citando el principio de incertidumbre de Heisenberg, el artista argumentó que el vacío no es una nada absoluta, sino un espacio cargado de potencial: “Incluso si lo vaciamos y no queda nada, ese ‘nada’ tiene un peso. Tiene energía condensada que se transforma en partículas, es decir, en nosotros”. No es la primera vez que el artista explora este tipo de expresiones. En una instalación anterior titulada Buddha in Contemplation, el concepto fue marcado con una simple cinta en una vereda de Milán. “No se ve, pero existe; está hecho de aire y espíritu”, explicó Garau, quien considera que estas piezas invitan al espectador a activar su imaginación, recurso que todos poseen aunque no siempre reconozcan. El caso reabre una discusión clásica: ¿qué es una obra de arte? ¿Es suficiente la intención del artista y el marco institucional que la valida? En esta oportunidad, lo invisible ocupó un lugar muy concreto en el mercado: exactamente 18.300 dólares.
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