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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/05/2025 10:31
Los acantilados y cascadas, escenarios de selfies fatales. Fuente: Freepik En la era digital actual, el deseo de capturar y compartir momentos únicos ha llegado a niveles sin precedentes. Las selfies se convirtieron en una forma de expresión personal y una herramienta para recibir reconocimiento. Sin embargo, cuando esta práctica combina con el deseo de demostrar audacia o singularidad en ubicaciones riesgosas, el resultado puede ser terriblemente fatal. La popularidad de redes sociales como Instagram, TikTok y Facebook ha impulsado a millones de usuarios a buscar fotos cada vez más audaces y llamativas. Este fenómeno no solo está moldeado por las plataformas y sus algoritmos que favorecen el contenido extremo, sino también por la creciente cultura de la inmediatez y la validación digital. En muchos casos, la búsqueda de la selfie perfecta en un contexto extremo pone en serio riesgo la seguridad personal. Desde 2008, al menos 379 personas han perdido la vida intentando capturar una selfie en entornos peligrosos, según un estudio reciente. Los números proporcionan una imagen clara de esta alarmante tendencia: caídas desde alturas representan el mayor porcentaje de muertes, seguidas por accidentes con medios de transporte, ahogamientos y electrocuciones. Redes sociales impulsan la búsqueda de selfies extremas. REUTERS/Jon Nazca Los lugares más peligrosos para tomarse selfies El informe de la Fundación iO enumera los cinco lugares más peligrosos para tomarse una selfie. Estos destinos, aunque de impresionante belleza natural o con una arquitectura emblemática, representan un riesgo significativo para aquellos que buscan la foto perfecta. Algunos de los escenarios incluyen acantilados, cascadas y estructuras arquitectónicas elevadas. En estos sitios, la atracción por una imagen impactante puede ser engañosa, causando distracciones que resultan fatales. De acuerdo con el ranking, estos son los lugares que encabezan la lista: Cataratas del Niágara (Estados Unidos/Canadá): la impresionante fuerza del agua y las alturas de los miradores han provocado múltiples accidentes fatales al intentar capturar la foto perfecta. Glen Canyon (Estados Unidos): este desfiladero de formaciones rocosas y precipicios abruptos en Arizona es muy popular, pero extremadamente riesgoso para quienes buscan selfies cerca del borde. Charco del Burro (Colombia): un lugar de belleza natural en el que las piedras resbaladizas y las fuertes corrientes han sido trampa mortal para visitantes desprevenidos. Playa de Penha (Brasil): las olas fuertes y las formaciones rocosas inestables de esta playa la convierten en un sitio altamente peligroso para tomarse fotos cerca del agua. Catarata de Mlango (Kenia): esta espectacular cascada atrae a muchos turistas, pero el terreno resbaloso y la fuerza del agua representan un alto riesgo para quienes intentan capturar una selfie extrema. Cada año, estos destinos turísticos atraen a miles de visitantes deseosos de compartir momentos únicos en sus perfiles de redes sociales. No obstante, el deseo de capturar una imagen inolvidable puede eclipsar el juicio y la seguridad personal de los individuos. Las consecuencias de un mal paso o de evaluar incorrectamente el entorno pueden llevar a tragedias irreparables. La socióloga Liliana Arroyo explicó que las redes sociales fomentan el contenido extremo y cada like actúa como una dosis de adrenalina que impulsa a los creadores de contenido a asumir riesgos cada vez mayores. Este comportamiento ha llevado a que lugares turísticos se conviertan en escenarios de peligro. Cataratas del Niágara, un destino mortal para selfies. REUTERS/Brendan McDermid Factores de riesgo Detrás de la belleza de los paisajes que componen este ranking, se esconden factores de riesgo que deben considerarse seriamente. Las caídas desde alturas representan la causa principal de muertes relacionadas con selfies. De hecho, se registraron 216 casos de caídas fatales. Asimismo, accidentes con medios de transporte, ahogamientos y electrocuciones destacan en la lista de causas más comunes. Estos datos reflejan no solo el peligro inherente de estos escenarios, sino también la falta de conciencia sobre las condiciones del entorno. Antecedentes recientes que subrayan los peligros En abril de 2024, la influencer rusa Inessa Polenko, de 39 años, sufrió una caída fatal desde un mirador de 50 metros en el Mar Negro, en Georgia, Estados Unidos. Similarmente, en mayo, Aanvi Kamdar, una joven de India, perdió la vida al caer de un acantilado en las cataratas de Kumbhe. Estos incidentes ejemplifican la magnitud del problema y la urgencia de implementar medidas preventivas efectivas. La mayoría de las víctimas suelen ser jóvenes menores de 30 años, quienes al estar inmersos en la cultura de las redes sociales, tienden a subestimar los peligros asociados a los entornos extremos. La adrenalina que genera cada “me gusta” y comentario refuerza la necesidad de superar los límites para captar más atención, sin detenerse a medir las consecuencias. Glen Canyon: un destino con belleza y peligro en Arizona. REUTERS/Caitlin Ochs Medidas de prevención y conciencia Frente al aumento de accidentes, algunas administraciones ya han comenzado a tomar medidas. En lugares como Nueva York y California, está prohibido tomar selfies en zoológicos y áreas con presencia de animales salvajes para reducir el riesgo de ataques. En Barcelona, se han implementado restricciones para impedir fotografías en lugares peligrosamente expuestos, como las escaleras mecánicas del metro con vista a la Sagrada Familia. Estas medidas buscan mitigar el fenómeno de las selfies peligrosas, abordándolo como un tema de salud pública. El abordaje del fenómeno de las selfies mortales como problema de salud pública sugiere la necesidad de concienciar a la sociedad sobre los riesgos de buscar validación a través de las redes sociales.
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