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» La Capital
Fecha: 18/05/2025 11:46
Frente a la decisión del procurador general de avalar el pedido del fiscal respecto de la condena de doce años a Cristina, la pregunta inmediata es si el máximo tribunal se expedirá rápidamente o no sobre la cuestión Frente a la decisión del procurador general de avalar el pedido del fiscal Villar respecto de la condena de doce años a CFK , la pregunta inmediata es si la Corte Suprema va a expedirse rápidamente o no sobre la cuestión, dada la alta sensibilidad política del caso . La cuestión no es sencilla por varias razones. Primero, porque los magistrados no quieren meterse en cuestiones de impacto político de modo inoportuno . La Suprema no quiere ser vista como un actor político más, sobre todo cuando muchos temas terminan en sus manos por conflictos no resueltos en el ámbito correspondiente. En segundo lugar, el único que quiere acelerar es Lorenzetti (¿en venganza porque no se aprobó el pliego de su pupilo Lijo?), pero no es la tónica de los otros dos integrantes . En tercer término, un apuro del máximo tribunal afectaría su credibilidad para los conocedores de sus tiempos . >>Leer más: El procurador Casal pidió ante la Corte condenar a Cristina Kirchner a 12 años de prisión Existen varios otros temas dando vueltas que absorben la atención del cuerpo. Solo para hacer una lista somera: la integración de conjueces por la sanción a Lázaro Báez, la fusión de Telefónica que involucra al grupo Clarín, las peleas serias en la Cámara Federal y en Comodoro Py y la implementación del nuevo sistema acusatorio. Y como si eso fuera poco, la intención del gobierno de expandir la Corte a siete miembros (¿para negociar con Cristina?). Es decir, se trata de un ajedrez bastante más complicado que el caso de la expresidenta. Todos sabemos que la fecha clave es el 17 de agosto, cuando se deban inscribir candidaturas para la elección de cargos nacionales. A partir de esa fecha, los aspirantes tienen fueros y, si son elegidos, los tendrán hasta diciembre de 2029. Una eternidad en la política autóctona. Después de la experiencia de 2019, nadie está en condiciones de asegurar que el kirchnerismo no regrese al poder nacional con todo lo que eso significa. ¿Volvería con aires de venganza? Por las dudas, mejor meditar bien lo que se decide, y eso requiere tiempo y serenidad. Cristina y el kirchnerismo Si bien existe una clara mayoría en la opinión pública que tiene una imagen negativa de CFK y cree en su culpabilidad respecto de las causas de corrupción, vista la desintegración del ex-Juntos por el Cambio (JxC), el PJ kirchnerizado seguirá siendo la principal oposición hasta 2027 y, quizá, continúe como la primera minoría en ambas Cámaras del Congreso, aun cuando sufra algún desgaste. Vista la votación de Ficha Limpia, la jefa encolumnó a todo su bloque frente a una situación dramática. No está muerto quien pelea. Por otra parte, el conflicto con Axel y aliados en la poderosa provincia de Buenos Aires ha ido encauzándose al aprobarse un cronograma negociado entre las partes. Quedan ahí dos instancias relevantes: una es si habrá o no colectoras locales y la otra es la negociación de las listas por seccional. El regreso de las colectoras serviría como una especie de interna abierta -con consecuencias sobre 2027 en cada municipio- y evitaría una instancia de negociación: que compitan los que quieran, pero que ayuden a ganar la provincial. No queda claro que eso les agrade a los barones comunales, que corren el riesgo de que sus Concejos Deliberantes queden demasiado fragmentados y después la gobernabilidad sea un galimatías. Queda pendiente de resolución la posibilidad de que los alcaldes que hayan cumplido con el máximo de mandatos consecutivos puedan reelegirse una vez más. Como decíamos antes sobre la Corte, se trata de un ajedrez bastante más complicado. La puja porteña Todo ese cuadro es también el contexto de lo que ocurrirá en la elección porteña. Se habla mucho de una nacionalización del escenario. Sin embargo, analizando las campañas, solo LLA apuntó a esa tendencia. El resto jugó a municipalizar la contienda, empezando por el PRO. Santoro terminó haciendo una apuesta a dos bandas, llamando a votar contra amarillos y violetas. La nacionalización se dio en la interpretación de los medios nacionales y, lógicamente, en el plano del análisis político. Pero no parece que esa haya sido el interés de los porteños. Un fenómeno no exclusivo de Santa Fe Vale la pena un comentario final sobre el nivel de participación en las elecciones anticipadas que ya se registraron en cinco provincias. Está claro que la baja en el nivel de asistencia no fue exclusiva de Santa Fe sino que se trata de una corriente general. Eso indica que, por lo tanto, no fue fruto de una estrategia política sino de algo más profundo. Dicha mayor abstención trae a colación dos cuestiones. Por un lado, la dificultad de las encuestas para poder proyectar escenarios, teniendo en cuenta que el universo queda difuso. Por otro lado, si hay menos concurrencia, las campañas tendrán que estar dirigidas más hacia los núcleos duros y los más politizados, y las apelaciones podrían ser más radicalizadas, ya que quizá muchos independientes y despolitizados sean los que se queden en sus casas los días de elección. Datos que hablan del estado de la democracia.
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