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» Diario Cordoba
Fecha: 17/05/2025 17:43
El de este lunes en El Arcángel (20.30 horas) es uno de esos cruces con historia. La tiene a largo plazo, a medio camino… y, sobre todo, en el presente. Porque cuando Córdoba CF y Mirandés vuelvan a cruzarse, lo harán con 276 días de diferencia respecto a la jornada inaugural, pero con muchas más cosas en juego que entonces. Será la cuadragésima cita del calendario, la primera de las últimas tres en una Liga que empieza a despedirse y que mantiene enchufados a ambos protagonistas. Cada uno con sus armas, sus alicientes. Y con sus argumentos. Dos revelaciones En una escala de sorpresa, quizá no resalte tanto que el Córdoba CF, recién ascendido, haya encontrado el tono competitivo tras un arranque difícil. Pero lo del Mirandés es otra historia. Los de Alessio Lisci arrancaron el curso con una plantilla en construcción y apenas efectivos del primer equipo en la primera jornada. Fue entonces cuando derrotaron por la mínima (1-0) al cuadro blanquiverde en Anduva, gracias a un solitario gol de Alberto Reina. Desde ahí, su progresión ha sido meteórica. En apenas cinco jornadas los burgaleses ya pisaban puestos de play off, y a las diez estaban instalados, aunque brevemente, en zona de ascenso directo. A día de hoy, son firmes candidatos a pelear por uno de los dos billetes a Primera División, situados en la parte noble de la tabla cuando solo restan tres jornadas para el cierre. Llegan de tres triunfos consecutivos y suman 68 puntos en el casillero, sinónimo de partir a otros cinco -que podrían quedarse en dos en caso de victoria- antes del pleito en El Arcángel. Y por su parte, el conjunto de Iván Ania necesitó tiempo. La derrota en Miranda del Ebro fue el preludio de un inicio convulso, con la tercera jornada marcando su punto más bajo: colista. Desde ahí, arrancó la remontada. Poco a poco, con paso algo irregular aunque asentándolo, el club cordobés escaló posiciones amparado por su dinámica casera, dejó atrás el descenso y, con el paso de las semanas, se fue consolidando en la zona media alta. El fin de la primera vuelta ya dejó señales del cambio. Los califales eran decimocuartos, sí, pero en una clara línea ascendente. También habían logrado tumbar al Real Oviedo en el Carlos Tartiere (2-3) en la última cita del 2024 y la maldición lejos de casa había tocado a su fin. Mientras, el Mirandés firmaba una primera mitad de temporada espectacular: segundo, a un solo punto del entonces líder Almería. Casas y Panichelli, el par de cañoneros En ese trayecto, dos nombres propios han tomado protagonismo en el área. Por parte blanquiverde, Antonio Casas se erigió como el estandarte ofensivo en la primera mitad del curso. El rambleño, en su debut en la categoría, cerró 2024 como el máximo goleador nacional del fútbol profesional, con ocho tantos -no en solitario-. Aquel ritmo, no obstante, se ha enfriado en 2025. Apenas dos goles desde enero -ante Huesca y Cádiz- y un rol que ha ido mutando: de punta indiscutible a revulsivo de lujo. Tres citas podrían quedarle al «20» como blanquiverde, en el peor de los casos -acaba contrato en junio y su renovación sigue enquistada-, así que el margen es escaso. Obolskii, titular en aquella jornada inaugural y que dejó el sitio el atacante cordobés en los meses sucesivos -se barajó su salida en enero-, ha terminado asentándose como el ariete de referencia en esta recta final. Obolskii, durante aquella primera jornada de Liga ante el Mirandés en Anduva. / LOF En la otra trinchera brilla Joaquín Panichelli. El delantero argentino se ha convertido en una de las sorpresas ofensivas del campeonato, clave en el engranaje de un Mirandés que ha hecho del desparpajo su bandera. Goleador emergente, ha sido una de las piezas más determinantes para el salto clasificatorio del equipo de Lisci, con 20 dianas, incluso despertando el interés de equipos de superior categoría y el extranjero con potenciales ofertas millonarias para sacarlo del Alavés la próxima campaña, equipo que lo ha mantenido cedido con los jabatos este curso. Con cuentas pendientes Por tanto, el contexto ha cambiado por completo desde aquella primera jornada. Entonces el Córdoba CF volvía al fútbol profesional después de cinco años y lo hacía con más dudas que certezas, sin ir más lejos. Difiere esa situación del caso de hoy, con la salvación atada de forma matemática con mucha antelación, el proyecto del próximo ejercicio echando a andar en la planta noble de El Arcángel y, a todas luces, habiendo sido una de las revelaciones positivas del campeonato de plata. El Mirandés, por su parte, ha pasado de ser una incógnita a una amenaza seria por el ascenso, que este lunes contrastará en su objetivo: los gallegos quieren dar el salto a Primera, pero los de Ania pretenden cerrar lo más arriba posible en la tabla y, por qué no, no volver a ceder un solo punto de aquí al cierre. Suscríbete para seguir leyendo
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