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Federal » El Federaense
Fecha: 17/05/2025 14:01
El levantamiento del cepo cambiario representa un cambio fundamental para el sector inmobiliario argentino, un acontecimiento que muchos esperaban con ansias. Durante años, esta restricción impactó negativamente no solo en el sistema económico, sino que también sofocó el desarrollo de diversas iniciativas del sector, haciendo que la inversión local y los capitales del exterior se mantuvieran al margen. La falta de libertad financiera obligó a empresarios y consumidores a enfrentar un clima lleno de incertidumbre, donde hacer proyecciones resultaba una tarea casi imposible. Sin acceso a divisas, sin previsibilidad y sin opciones de crédito, el mercado permaneció en un estado de paralización. Señales de reactivación Con el reciente levantamiento del cepo para personas físicas, la introducción de nuevos créditos hipotecarios y la posible apertura de un blanqueo, comienzan a surgir indicios de reactivación en un sector que parecía estancado. En marzo de 2025, se registraron un total de 10.317 operaciones de compraventa, lo que representa un asombroso 42% más que en marzo del año anterior, y un 30% más en comparación con febrero de este año. Estas cifras no son solo números; son una clara señal de que el panorama está cambiando. Crecimiento de los créditos hipotecarios El interés por los créditos hipotecarios está en aumento, aunque todavía falta para que sean accesibles para todos. Un dato alentador es que aproximadamente el 21% de las operaciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se llevaron a cabo gracias a este tipo de financiamiento, con un impresionante salto del 1042% interanual. Durante marzo, se formalizaron 4.747 escrituras mediante este método, lo que reafirma la dinámica de crecimiento que ha mantenido su impulso durante 34 meses consecutivos. Esta tendencia no solo refleja una creciente confianza por parte de los consumidores, sino también una demanda que finalmente comienza a concretarse. Recuperación de precios en el sector Los costos de los inmuebles, que habían estado estancados durante bastante tiempo, ahora comienzan a mostrar signos de recuperación. Después de tocar fondo en 2023, es grato observar que los precios comienzan a revalorizarse. El monto promedio de las operaciones ya se sitúa en torno a los $130 millones, lo que implica un incremento del 47,3% respecto al año anterior. Este fenómeno es typical en un mercado que, al recobrar impulso, ve disminuir el inventario de propiedades y aumentar la búsqueda activa de viviendas. El impacto de la venta en pozo La venta en pozo ha cobrado nuevas fuerzas, una herramienta esencial para el desarrollo urbano y el ahorro de muchos argentinos. La eliminación del cepo y la posibilidad de adquirir moneda extranjera sin restricciones facilitan esta modalidad de compra, brindando oportunidades que no podemos dejar escapar. Esto también abre la puerta a la llegada de inversiones extranjeras al sector, algo que se había vuelto inviable bajo el anterior régimen de control. Hacia un futuro prometedor Argentina ha mantenido históricamente un mercado inmobiliario dolarizado. Lo bueno de esta situación es que, al levantar el cepo, no solo se mejora la operatividad en este ámbito; también se establece un camino hacia la transparencia y profesionalización del sector. En la actualidad, los desarrolladores a menudo asumen el papel de banco, financiando a los compradores desde el inicio de la obra y contribuyendo a resolver la necesidad social del dificultoso déficit habitacional. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer. Es esencial que los municipios se alineen a esta nueva era con menos obstáculos burocráticos, promoviendo innovaciones en sistemas constructivos que sean tanto rápidos como accesibles. Además, se debe avanzar en la formalización de los boletos de compraventa, y es muy importante que el poder adquisitivo de las familias mejore para que puedan sostener los créditos en el tiempo. La puesta en marcha de la reactivación ha comenzado, pero su consolidación dependerá de cómo sigamos enfrentando los desafíos y pensando en el futuro. Apostar al ladrillo, como históricamente lo hemos hecho los argentinos, seguirá siendo un sinónimo de confianza, crecimiento y desarrollo.
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