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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/05/2025 03:12
Richard Avedon fue uno de los fotógrafos más sobresalientes del siglo XX, que retrató a las grandes estrellas (Richard Avedon Foundation) El 15 de mayo de 1923 nació en Nueva York Richard Avedon, uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX. Hijo de Anne y Jacob Avedon, creció en el seno de una familia judía acomodada. Su madre, aficionada a la fotografía, y su padre, dueño de una tienda de ropa en la Quinta Avenida, moldearon sin saberlo su camino hacia el arte visual. En el local familiar, Avedon pasaba horas hojeando revistas como Vanity Fair y Vogue, recortando imágenes que lo deslumbraban desde niño. Sus primeros retratos los tomó en el entorno familiar: su madre, su hermana, primas y, en una ocasión, el pianista ruso Sergei Rachmaninoff, vecino de sus abuelos. A los doce años se unió al club de fotografía de la Young Men’s Hebrew Association (YMHA), una organización cultural judía de larga trayectoria. Usaba una cámara Kodak Box Brownie. Durante la secundaria, en la DeWitt Clinton High School, editó la revista literaria The Magpie y, en 1941, ganó un certamen de poesía en Nueva York. Aunque ingresó a la Universidad de Columbia para estudiar Filosofía, abandonó al año. En 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, se alistó en la Marina Mercante de Estados Unidos. Su padre le regaló una Rolleiflex antes de partir. En la Marina sirvió como fotógrafo de la segunda clase, y realizó miles de retratos de identificación. Años más tarde, recordaría: “Debí haber fotografiado cien mil caras antes de darme cuenta de que me estaba convirtiendo en fotógrafo”. Los visitantes pasan junto a las imágenes del fotógrafo estadounidense Richard Avedon en el stand "Diez impresiones de la exposición del Oeste americano, fotografiadas entre 1979 y 1984" de la feria Art Basel de arte moderno y contemporáneo, celebrada en Basilea, Suiza, el 13 de junio de 2023 (Foto: FABRICE COFFRINI / AFP) Terminada la guerra, inició su carrera profesional. Estudió con el diseñador gráfico Alexey Brodovitch en la New School for Social Research. Brodovitch, entonces director artístico de Harper’s Bazaar, consideró prometedoras sus fotos sobre la vida en la Marina. A los 22 años comenzó a trabajar como fotógrafo freelance, principalmente para Harper’s Bazaar. Como la revista no le otorgaba acceso a un estudio, Avedon apeló a la improvisación: retrató modelos en la calle, en clubes nocturnos, en el circo, en la playa y en otros entornos poco convencionales para la época. Bajo la tutela de Brodovitch, se convirtió rápidamente en el fotógrafo principal de la publicación. Con modelos en movimiento y una historia que contar, Richard Avedon revolucionó la fotografía de la moda Su enfoque rompió con los estándares de la fotografía de moda de posguerra. “La industria de la alta costura estaba en una penosa reconstrucción... Richard Avedon sacudió para siempre las estructuras de la fotografía de moda”, señaló el académico Oscar Colorado. En sus primeras series realizadas en París entre 1946 y 1947, trasladó las sesiones del estudio a la calle, introdujo movimiento, naturalidad y mucha acción. Las modelos dejaron de ser maniquíes y pasaron a expresar emociones. A los 24 años, Avedon había reinventado la fotografía de moda. En 1947, le asignaron fotografiar la innovadora colección New Look de Christian Dior en París, con sus amplias faldas y cinturas ceñidas, que devolvían el esplendor a la moda tras muchos años de austeridad. Avedon llegaba a París con Doe, su primera esposa, modelo y musa. Ambos descorcharon una botella de champagne en el taxi, para celebrar mientras recorrían la ciudad. “La convergencia de la felicidad de tener 24 años, estar enamorado de la chica más hermosa, ser enviado a París, comprar una botella de champagne en el aeropuerto, viajar en París en un taxi con el techo abierto”, dijo el fotógrafo deslumbrado con su nueva vida. "Renée, vestido 'New Look' de Dior, Place de la Concorde, París Avedon capturaba imágenes de su esposa y también de la más modelo más experimentada Renée Breton que captaba envuelta en las suntuosas pieles de Dior y vestidos fabulosos, que también incorporó ese año a su guardarropas Eva Perón en su gira por Europa. Las sesiones al aire libre en París fueron un antes y después en la carrera de Avedon. Sus modelos que saltaban, giraban y jugaban frente a su cámara por las callecitas de París lo convirtieron en el fotógrafo de moda más requerido del mundo. Aunque colaboró con las principales revistas del sector, su mayor legado fue el retrato. Usualmente fotografiaba sobre fondo blanco, sin artificios, buscando una representación psicológica del retratado. “El fondo blanco aísla al sujeto de sí mismo y te permite explorar la geografía de su cara, el continente inexplorado del rostro humano”, explicó. Uno de sus típicos retratos en blanco y negro, minimalistas. Tras la lente, Audrey Hepburn En 1965, tras ser editor invitado de Harper’s Bazaar, fue duramente criticado por presentar en la portada a Donyale Luna, una modelo negra. En plena lucha por los derechos civiles, la revista recibió presiones de suscriptores y anunciantes que amenazaron con levantar la pauta. Gideon Lewin, fotógrafo y ex asistente de Avedon, contó en un documental emitido por Max que recibieron la orden de “no volver a hacerlo”. A pesar de la controversia, Avedon respaldó a Luna e insistió. Su protegida más tarde sería la primera modelo de color en aparecer en la portada de Vogue británica, tras mudarse a Londres. Nueva etapa En 1966, Avedon se unió a Vogue, donde trabajó durante más de veinte años. Además de sus emblemáticas fotografías de moda, documentó momentos clave de la historia contemporánea: el movimiento por los derechos civiles en el sur de Estados Unidos, las protestas contra la guerra de Vietnam y la caída del Muro de Berlín. Retrato de Richard Avedon, el hombre que difuminó los límites entre el arte y lo comercial Después del asesinato de John F. Kennedy y la sanción de la Ley de Derechos Civiles, Avedon se distanció del universo de la moda y la publicidad. Aunque no del todo. Gracias a su estudio exitoso, trabajó con marcas de lujo, entre ellas Versace y también más comerciales como Calvin Klein que le permitieron financiar los proyectos personales, documentales, que le interesaban y que le darían el prestigio que ansiaba como fotógrafo. Entre sus retratados figuran Marilyn Monroe, Buster Keaton, Audrey Hepburn, los Kennedy, Marlon Brando y Elizabeth Taylor. Sobre su mirada, afirmaba: “La gente real se mueve, avanza, aguanta el paso del tiempo. Es esa cuarta dimensión lo que intento atrapar en mis fotografías”. En 1992, fue nombrado primer fotógrafo de planta de The New Yorker, donde sus retratos ayudaron a redefinir la estética visual de la revista. Durante este período, sus trabajos de moda aparecieron casi exclusivamente en la revista francesa Égoïste. Marilyn Monroe captada por la lente de Avedon (Richard Avedon) Publicó dos libros destacados: Observations, con textos de Truman Capote, y Nothing Personal, junto a James Baldwin, donde alternó retratos de celebridades con imágenes de pacientes psiquiátricos y miembros del partido nazi estadounidense. En 2000, la revista Photo District News lo nombró el fotógrafo más influyente de las dos décadas previas. En su serie In the American West (1979–1984), se alejó del imaginario cinematográfico del cowboy para retratar, en blanco y negro, a trabajadores, campesinos y marginados. Aunque sus imágenes eran técnicamente impecables, advertía: “Este es un Oeste ficticio. No creo que ninguno de estos retratos sea mucho más veraz que el Oeste de John Wayne”. En una entrevista publicada por Égoïste en 1984, reflexionó: “No hay verdad en la fotografía. No hay verdad sobre la persona de nadie. Mis retratos tratan mucho más sobre mí que sobre las personas que fotografío. Solía pensar que era una colaboración... ya no lo creo. El fotógrafo tiene el control total; la cuestión es moral y compleja”. Una vida privada compleja Avedon envidiaba la estabilidad matrimonial de su colega Irving Penn. “Estoy celoso”, decía. Estuvo casado dos veces: con Doe, entre 1944 y 1949, y con Evelyn Franklin, entre 1951 y 1972. Nunca logró la relación duradera que deseaba. Según Philip Gefter, autor de su biografía What Becomes a Legend Most, su vida estuvo marcada por la confusión respecto a su sexualidad, la culpa por relaciones familiares complejas y los efectos del antisemitismo en su infancia. Desde joven mantuvo una relación intensa con su prima hermana Margie, a quien amó profundamente. Incluso de adulto, llegó a confesar: “La amé desde los cuatro hasta los dieciocho años”. Durante los años 50, consultó al psicoanalista Edmund Bergler, en una época en que la homosexualidad era tratada como una enfermedad. Aunque tuvo relaciones homosexuales, optó por mantenerlas en secreto. Un testimonio publicado en 2017 reveló incluso un intento de seducción al cineasta Mike Nichols. Su matrimonio con Evelyn Franklin fue turbulento. Ella sufría depresión y lo acusaba de maltratos. Aunque se separaron en 1972, Avedon la apoyó económicamente hasta su muerte. Tuvieron un hijo, John, y nunca se divorciaron oficialmente. Richard Avedon es la gran inspiración de muchos fotógrafos de la actualidad La imagen pública exitosa de Avedon contrastaba con el desorden de su vida personal. Cuando intentó convertir a Doe en una supermodelo, ella decidió seguir una carrera en la actuación, escapando con una compañera de teatro. La depresión de su segunda esposa, Franklin, la vivió como una carga pesada, pero nunca dejó de estar presente en su vida. La tragedia también lo marcó con la muerte de su hermana Louise en 1968, quien pasó más de quince años internada en un hospital psiquiátrico. Avedon nunca dejó de sentirse culpable por no haber hecho más por ella. El célebre fotógrafo murió el 1 de octubre de 2004 en San Antonio, Texas, tras sufrir una hemorragia cerebral mientras trabajaba para The New Yorker. Tenía 81 años. The New York Times lo despidió como “el ojo de la moda” y subrayó que su obra ayudó a definir la estética de estilo, belleza y cultura estadounidense durante medio siglo.
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