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Parana » APF
Fecha: 12/05/2025 11:30
Las mujeres se unieron a la Universidad de Buenos Aires y a la empresa Quantit para procesar toda la información que han acumulado en casi 50 años. Esperan que la tecnología les dé pistas de dónde seguir buscando. lunes 12 de mayo de 2025 | 11:04hs. A casi cincuenta años del inicio de la sangrienta dictadura argentina que ha marcado a fuego la historia del país, la organización Abuelas de Plaza de Mayo comenzó a trabajar con inteligencia artificial para la identificación de los casi 300 hijos e hijas de desaparecidos que aún no han logrado la restitución de su verdadera identidad. El trabajo se ha construido en conjunto con la Universidad de Buenos Aires y con una empresa especializada en análisis de datos y tiene como objetivo digitalizar el enorme archivo que el organismo ha recolectado desde su fundación en 1977. Así, quieren automatizar investigaciones que hasta ahora se realizaban de forma artesanal y distinguir casos prioritarios que permitan la identificación de los nietos que falta hallar. “Las Abuelas siempre están a la vanguardia”, resume Carolina Villella, coordinadora del equipo jurídico del organismo. Para la abogada, no es extraño que un grupo de mujeres que superan los 90 años vea la inteligencia artificial como una aliada, ya que siempre han tejido la sociedad con la ciencia, la tecnología y la innovación. Desde sus orígenes, han logrado la restitución de 139 nietos y nietas. La última de ellas fue Paula Inama, en enero pasado. Se trata de la hija de Daniel Inama y Noemí Beatriz Macedo, militantes de izquierda secuestrados en noviembre de 1977. El día de febrero que se sellaron el acuerdo con la Facultad de Ciencias Exactas, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, y la empresa Quantit, especializada en soluciones de inteligencia artificial, la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, destacó la importancia de trabajar con nuevas generaciones en la defensa de los derechos humanos porque “el olvido es peligroso”. El primer paso es digitalizar los miles de documentos, pruebas, testimonios e investigaciones judiciales que tiene la organización. Luego, utilizarán el sistema de inteligencia artificial para identificar y extraer datos que puedan ser relevantes, según explica Villella. Además, utilizarán la ciencia de datos para definir la prioridad de los casos de acuerdo con la probabilidad de éxito. Ciencia para restituir la identidad Los sistemas y módulos de automatización estarán desarrollados por Quantit junto con integrantes del Laboratorio de Inteligencia Artificial Aplicada, a cargo de Juan Kamienkowski. Igualmente, trabajarán estudiantes, docentes e investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (Conicet) y de la Universidad Nacional de San Martín. Guillermo Durán, decano de la facultad de Ciencias Naturales, detalla que la idea es cruzar toda la información que hoy se procesa “a ojo” y es más proclive a errores, aunque siempre habrá supervisión humana. La última instancia, como siempre, serán los análisis genéticos para cotejar y confirmar las identidades. “Hay que aprovechar la ciencia, la tecnología y la computación en un tema humanitario como es la búsqueda de nietos”, asegura. Para Villella, es importante volver a analizar la información que ha sido generada en las décadas de 1970 y 1980. Con esto, dice, se pueden aportar nuevas perspectivas e hipótesis de búsqueda con recorridos creativos: una tarea que ha sido compleja para Abuelas, ya que se trata de documentación dispersa y preservada en múltiples formatos. Entre los documentos de los que disponen hay desde más de 10.000 recortes de diarios y revistas, hasta testimonios orales, material audiovisual y judicial. “Es mucha documentación por la cantidad de casos que abordamos. Entre los resueltos y los que aún buscamos, en total son aproximadamente 500. Estos volúmenes se vuelven inmanejables”, señala la abogada. El objetivo es hacer nuevos entrecruzamientos y profundizar información que pueda ser valiosa, desde direcciones hasta nombres, edades o, incluso, datos sobre bautismos y certificados de nacimiento que han sido fraguados. Por el momento, no se trabajará con imágenes y se descarta utilizar inteligencia artificial para recrear el posible rostro de los nietos buscados. Sin embargo, Durán señala que sí se podrían usar elementos del reconocimiento facial para el procesamiento de los datos. Derechos humanos A lo largo de su historia, las Abuelas de Plaza de Mayo han ido a la vanguardia de la mano de la ciencia y la tecnología. En 1982, el genetista Víctor Penchaszadeh, exiliado en Estados Unidos durante la dictadura, las contactó con su colega estadounidense Mary Claire King, quien junto a un grupo de científicos desarrolló el “índice de abuelidad”. Se trata de un mecanismo que permite establecer el grado de parentesco entre un nieto y sus abuelos con precisión, a partir del análisis de material genético, aun cuando no se cuenta con muestras de sangre de los hijos e hijas. Ese método se utilizó por primera vez en 1984, cuando permitió la restitución de la identidad de Paula Logares, una niña que había sido secuestrada junto a sus padres. Desde entonces, ha permitido la recuperación de más de un centenar de nietos y nietas. Años más tarde, en 1987, también gracias al impulso de Abuelas, fue creado el Banco Nacional de Datos Genéticos, donde desde entonces se almacenan las muestras biológicas de los familiares de secuestrados y desaparecidos durante la dictadura. Para Villella, las Abuelas siempre buscaron innovar por la necesidad y el ímpetu en encontrar a los nietos. “La forma de organizar el trabajo siempre es utilizando las guías que marcaron a lo largo de su camino, pensando por fuera de lo ordinario y preguntándonos de qué forma se pueden utilizar nuevas herramientas para revisar lo que ya existe, para saber a dónde están los nietos, dónde fueron entregados”, asegura. Apurar los abrazos “Hay que apurar la búsqueda para que sea lo más rápido posible. Los nietos ya son señores y señoras con entre 45 y 50 años, y las abuelas, [tienen] más de 90. Por motivos obvios, hay que intentar que no siga pasando mucho más tiempo”, asegura Durán, que se entusiasma en que las herramientas de inteligencia artificial ayuden a “ir un poco más rápido”. Lo deben lograr, además, en un contexto adverso: desde su llegada al poder en 2023, el Gobierno de Javier Milei ha eliminado el apoyo económico a Abuelas de Plaza de Mayo, ha cuestionado el reclamo de los organismos de derechos humanos y niega sistemáticamente la cifra de 30.000 desaparecidos y el horror que ha producido la dictadura que operó entre 1976 y 1983. Villella asegura que diariamente se trabaja con urgencia. “Hace casi 40 años deberían estar resueltos todos los casos y las abuelas están cada vez más grandes, quedan muy poquitas y es necesario que los nietos y nietas se puedan encontrar con sus familias. Tiene que ser pronto. Los secuestros y apropiaciones ocurrieron hace ya muchos años”, reflexiona. Para las Abuelas, es fundamental que la sociedad civil se involucre en el proceso de búsqueda de los nietos. Villella dice que debe ser un “trabajo colectivo” por lo complejo de la tarea: buscar a 300 personas en un rango de tiempo que abarca cuatro millones de nacimientos. Y remata: “No hay un solo nieto o nieta que haya aparecido porque buscaba una sola persona, es un trabajo comunitario, con el compromiso de mucha gente que apunta a lo mismo: que los encontremos”, publicó El País. (APFDigital)
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