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Concordia » Diario Del Sur Digital
Fecha: 12/05/2025 05:31
Por «Corchito» González – Corresponsal de Diario del SUR Digital desde el Palacio Municipal Si la política fuera un torneo de truco, Azcué ya estaría jugando en la mesa de los suplentes… sin cartas. Desde que asumió como intendente de Concordia, parece haber desarrollado una asombrosa habilidad para perder elecciones. Participó en más internas partidarias (propias y ajenas) que el café del comité, y en todas le fue peor que a Racing en la Libertadores. Si hay una elección, ahí está Azcue, compitiendo… y perdiendo con estilo. La última fue de antología: intentó quedarse con la presidencia de la UCR en Entre Ríos y los dinosaurios radicales —sí, esos que todavía mandan fax— lo sacaron de la cancha antes del primer sorbo de café. Al parecer, el joven dirigente aprendió que, en política, antes de hablar, hay que mascar pasto, quienes le recordaron que en la política de tracción a sangre todavía mandan los de la vieja guardia. Pero mientras tanto la gestión de gobierno parece estar en piloto automático, la ciudad atraviesa una situación crítica, con múltiples problemas urbanos y una administración municipal que no logra establecer un rumbo claro. Azcué sigue jugando al ajedrez con piezas de otro tablero. Su gestión municipal es una mezcla de caos, bache y whatsapp sin responder. El intendente ha sostenido una alianza política con el exintendente Enrique Cresto, que hasta ahora le ha traído más dolores de cabeza que soluciones concretas, generando tensiones internas con sus propios aliados. ¿Y ahora en qué anda? Agarrate: se metió en la elección… ¡de la Biblioteca Popular! Sí, leíste bien. Mientras los vecinos esquivan pozos como si fueran minas antipersonales, Azcué ante este panorama de caos puso toda su energía en ganar la conducción de una biblioteca. No, no es una metáfora. Literal. Su candidato fue el concejal Rey, más conocido por sus TikToks que por su actividad legislativa (no presentó ni una ordenanza en año y medio, pero si hay una cámara, ahí está el tipo, más presente que Susana en los ’90). Lo acompañaban Sastre, alias el Robin Hood PRO pero sin flechas, y Verónica Del Boca (no, no es la actriz, aunque actúan parecido). ¿Resultado? Lo de siempre: perdieron como Argentina en el Mundial 2002. La lista de Juan Meneguín, que además de escritor y poeta sabe tirar flechas, ganó por paliza (50 a 30), y tiró una frase: “ahora sí se terminó la joda”, una frase que paradójicamente ha sido utilizada por el propio Azcué en referencia a los trabajadores municipales, devolviéndole de esta manera al intendente su propio eslogan. Toma pa’ vos. Meneguín fue claro: la biblioteca estuvo olvidada durante años, y ahora arranca una etapa de reconstrucción. Mientras tanto, Azcué sigue sumando derrotas en elecciones cada vez más insólitas. Ya ni lo eligen para manejar el kiosco del club del barrio. El involucramiento del intendente en este tipo de disputas menores ha llamado la atención incluso dentro de su propio espacio político, donde algunos comienzan a preguntarse si no sería momento de enfocar los esfuerzos en los asuntos urgentes de gestión. Mientras la ciudad exige soluciones concretas, el jefe comunal sigue apostando a movimientos tácticos que no solo no le dan resultados, sino que lo desgastan políticamente. Y como si todo esto fuera poco, dicen que la consultora de Buenos Aires que cobra cifras más altas que la deuda del FMI, se estaría reuniendo con el intendente en su lugar favorito: el boliche Kika. Total, parece que va a estar despejado y con buen sonido para que puedan asesorarlo tranquilos. Capaz ahí, entre luces de neón, tragos caros y reguetón, logran hacerle entender que, si no cambia el rumbo, la reelección no solo se le escapa: ya le está sacando una selfie mientras cae al vacío. Si sigue así, Azcue no solo va a perder la reelección: va a lograr lo imposible… que nadie lo recuerde, ni para putearlo. ¡¡La única táctica que parece dominar Azcué es la del desgaste propio!! Licitación 8/2025 – Segunda Temporada: “No Es Una Licitación, Es Una Herencia Millonaria” ¡Y se cumplió nomás! Como les anticipé la semana pasada en exclusiva, sin globos, sin cinta de inauguración, pero con olor a guiso recalentado, se abrió la Licitación 8/2025. Y qué sorpresa: todo salió tal como lo habíamos contado. ¡Una coreografía perfecta del choreo planificado! Perdón, quise decir: del proceso licitatorio. Tal como lo habíamos anticipado desde esta humilde redacción —que no tiene drones ni satélites, pero sí un par de neuronas activas—, la licitación está armada de tal manera que el control real del cumplimiento del servicio es directamente imposible. Sin zonas definidas, sin frecuencia estipulada y con un sistema de activación “a demanda”, ¿quién puede auditar si se hizo o no el trabajo? Nadie. Ni Batman con el GPS de la Batimóvil podría seguirles el rastro a estas prestadoras fantasmas. Es una licitación invisible para servicios invisibles, pagados con plata bien real. Recordemos: se trata de la licitación para recolectar ramas y troncos en los barrios periféricos, un trabajo que solo se hace “si el 105 llama algún día”. Literal. Mientras tanto, los ganadores pueden quedarse en casa esperando el llamado… pero cobrando igual. Hermoso. Casi poético. En esta segunda etapa, como si fuera una telenovela venezolana, los protagonistas ya tienen nombre, apellido e ítems asignados: Cooperativa San José (alias “Negri”/gestión anterior), Cooperativa Siglo XXI, Cooperativa de Trabajo a Pie (que ahora, casualmente, ya no van a andar a pie… ¡jajaja!) y la Cooperativa de Trabajo del Litoral (alias “Negri”/gestión anterior). Todas recibieron su premio, y la alianza entre el gobierno anterior y actual sigue más firme que cartel de obra pública en año electoral: no importa si se hace o no, pero ahí está. Porque como ya contamos (insólito): cada una cotizó por un ítem distinto, sin pisarse, sin superposición, sin margen de error, como si hubieran coordinado por grupito de WhatsApp. ¿Casualidad? Seguro. Como el sorteo del Mundial, pero sin bolillero, sin pelotitas, y con el fixture escrito a lápiz desde la semana pasada. Pero espera, hay más: los ítems ni siquiera dicen cuántas cuadras abarcan ni cada cuánto hay que pasar a juntar ramas. ¡Qué detalle menor! Total, el pliego lo redactaron con crayones y lo firmaron con los ojos cerrados. Al parecer, la seriedad administrativa hoy se mide en memes. Desde el 105, donde supuestamente deberían dar el visto bueno para los trabajos, siguen despegándose como gato en bañadera. “Nosotros no firmamos nada”, dicen. Todo pasa por el despacho del primo del diputado López: Alejandro López, secretario de Desarrollo Urbano y autor intelectual del “yo te llamo, vos cobrás”. ¿Quién necesita apps, GPS o planificación urbana cuando tenés a los primos con poder? Y como si todo esto fuera poco, ahora trascendió que muchos cooperativistas de verdad quisieron presentarse, pero les bajaron el pulgar. ¿Por qué? Porque si lo hacían, les sacaban las zonas donde limpian. Es decir, o te quedás callado o te quedás sin trabajo. Muy transparente todo. Ahora bien, la pelota está en la Comisión Evaluadora, que tiene dos caminos: mirar los papeles o mirar para otro lado. El resultado, según nos cuentan, se sabrá la semana que viene. Así que atentos, porque si los muchachos se hacen los dormidos, esta licitación va a pasar de escándalo a obra maestra de la impunidad. Y ojo, que todavía queda el final del cuento: quien adjudica es el intendente. Sí, el mismo que mientras los municipales comen arroz blanco sin sal, organiza los fines de semana asados VIP y paseos en 4×4 con los funcionarios de confianza. Pero claro, después de todo este festival, entra en escena el Tribunal de Cuentas de la Provincia, ese noble organismo que debería ser el gendarme de la transparencia… pero después de que todo se firme, se facture y se pague. O sea, cuando el daño ya está hecho y los troncos, con suerte, se los lleva el viento. Si esta licitación pasa su filtro sin una sola observación, ya podemos cerrar todo y dejar que el elefante se pasee desnudo por el Municipio tocando el bombo. Porque acá no es que no lo ven: ¡lo están escoltando con aplausos! Y mientras tanto, el sistema de contrataciones “ultra transparente” diseñado por Ferreyra y su equipo de 10 contadores -ese que supuestamente iba a garantizar que todo fuera público y rastreable- hace agua por todos lados. Hoy nadie sabe lo que pasa con las licitaciones. Con un sistema de claves restringido, solo acceden a las licitaciones la encargada de Compras, Ferreyra y la Contaduría. Ni siquiera el Tribunal de Cuentas tiene acceso real a los entuertos planificados por Azcué. Si los pliegos truchos y armados no son detectados, es porque todo es humo. Y si los controles de la Contaduría avalan este sainete, entonces más que un organismo de control, hoy parecen una escribanía que legaliza cada trámite del Ejecutivo sin hacer preguntas. En fin, la ciudad más pobre del país sigue dando cátedra de cómo enriquecer a cuatro vivos mientras los laburantes no llegan ni a mitad de mes. Pero al menos nos queda el consuelo de seguir contándotelo. Desde ya te avisamos: esto no termina acá. En la próxima entrega, probablemente con pochoclos en mano, te contamos cómo sigue esta saga que ni Capusotto se animó a escribir. Así que ya sabés: si tenés una cooperativa, unos contactos, y la habilidad de no hacer nada, pero cobrar igual, ¡no dudes en anotarte para la próxima edición de “Licitación Millonaria: ¡Concordia Edition”! Se rumorea que en la siguiente tanda podrían incluir servicios aún más creativos, como “recolección de hojas invisibles”, “acomodadores de sombras” o “cuidadores de ramas caídas por si se sienten solas”. Mientras tanto, desde esta redacción seguiremos atentos, mate en mano, y con el cinismo afilado, para contarte cómo los magos del municipio convierten papel pintado en billetes de verdad… sin que nadie levante la voz (salvo nosotros, claro). Si querés colaborar con info, escribime a mi correo: corchitogonzalez2025@gmail.com ¡Hasta la próxima emisión de esta tragicomedia con presupuesto municipal! ¡Nos vemos en la próxima estafa, digo… entrega! Nos despedimos, como siempre, sin licitación, pero con dignidad.
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