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  • Los ejércitos consiguen reclutar, pero pierden la batalla de la retención de talento, según los jefes de los estados mayores

    » Diario Cordoba

    Fecha: 12/05/2025 11:04

    De cara a una ampliación de su personal, las Fuerzas Armadas no están teniendo problemas en la captación en esta época, pero sí están registrando debilidad a la hora de retener a profesionales formados. Es la principal conclusión que se extrae de lo hablado este lunes por los tres jefes de los estados mayores del Ejército, la Armada y el Aire, el general Amador Enseñat, el almirante Antonio Piñeiro y el general Francisco Braco respectivamente, en una mesa redonda organizada en la feria de la industria de la defensa Feindef. Ha sido de las muy escasas ocasiones en que los más altos mandos militares -no políticos- de cada rama de las Fuerzas Armadas se juntan y hablan en público. Y en esta ocasión lo han hecho centrándose en el factor humano, su reivindicación ante la cada vez más acusada tecnificación de la guerra y su reclamación de políticas que consigan que lo recursos humanos de los ejércitos no los robe la competencia del sector civil. En cierto modo, la nueva "revolución de los asuntos militares", como se la llama en la jerga castrense, pasa no solo por la tecnología, también por contar con personal de calidad. "No tenemos ningún problema de captación de personal, y no hay más que ver las notas de corte para el ingreso en las academias", ha afirmado taxativamente Francisco Braco, pero inmediatamente ha matizado: "pero la retención es otra cosa". Más salario y más perspectivas Con "retención" se refiere el general Braco a conseguir que los militares formados a cargo de los presupuestos de Defensa decidan no llevarse su conocimiento fuera, por la fuerza de ofertas más atractivas. Esa vía de agua es especialmente acusada en la Armada y el Ejército del Aire, donde picotean las empresas. Y para el jefe del estado mayor del Aire es un asunto clave, esbozado en este razonamiento: "La transformación digital no es una opción, sino una necesidad" y "el centro de gravedad de la transformación digital es la persona, es lo que hace que cualquier cosa se renueve" El asunto es también un dilema severo para el Ejército de Tierra, cuyo jefe de Estado Mayor, Amador Enseñat, ha ratificado que "no tenemos problemas de reclutamiento" antes de exponer detalles que favorecerían el apego de los militares a sus carreras. Enseñat, como también el almirante Piñeiro, ha citado antes que nada la "vocación de servicio", sin la cual las demás medidas no sirven, en su opinión. El jefe del Ejército ha señalado además la necesidad de aumentar las "oportunidades de formación interna" para que "el personal tecnológico" de las Fuerzas Armadas vea en la carrera militar oportunidades que le sirvan de promoción. La solución, en opinión de Enseñat, pasa también por "las condiciones salariales: no podemos competir con similares puestos en la vida civil", y ha citado también una política nueva con los reservistas voluntarios, que atraiga la colaboración sobre todo de "ingenieros y especialistas que trabajan en empresas de ciberdefensa". Innovación Los tres generales de los ejércitos han aprovechado su comparecencia para exponer sus programas de innovación. La Armada, con su centro de experimentación CEVENTA, donde se prueban tecnologías, últimamente centrado en el internet de las cosas en la búsqueda de soluciones para navegar en entornos electrónicamente degradados. El Aire, con su proyecto Titán, una forma de conjugación de millones de datos disponibles para el Mando Aéreo de Combate, y el proyecto BACSI (Base Aérea Conectada, Sostenible e Inteligente), con el que se pasa a considerar las bases aéreas como "un elemento más que integrar en la nube de combate". La reivindicación del factor humano ha estado también presente cuando los tres generales de ejército han hablado de la revolución tecnológica. Enseñat, el jefe de Tierra, ha señalado "dos rayas", dos reglas que cree debieran limitar el poder militar de la inteligencia artificial. Una: "Cuando se aplica una fuerza letal, siempre tiene que haber detrás una decisión humana". Y dos: "Las convenciones de Ginebra y La Haya han quedado anticuadas; actualizarlas es un reto ético y jurídico". Hay un relato histórico tras tanta novedad, que ha explicado Enseñat. Antes de la implicación de fuerzas occidentales en Irak y Afganistán "creíamos que habíamos llegado a la guerra limpia, a batir a grandes distancias, con gran precisión, sin bajas propias ni más de las necesarias en el adversario", pero esas fuerzas llegaron al terreno "y la tecnología no era tan decisiva. Además, se había democratizado, y los terroristas afganos pusieron en jake a las fuerzas occidentales con los artefactos explosivos improvisados". Ahora en Ucrania se mezclan la primera guerra mundial con la guerra de las galaxias, pero "con la nueva tecnología no está todo resuelto, sigue existiendo la guerra clásica, y por esa tecnología, es cada vez más sangrienta". Más barato que la guerra En plena era de la expansión del gasto en defensa, los tres jefes de los estados mayores han coincidido, un año más, en la necesidad de un marco presupuestario estable. "Se necesita certidumbre, que este escenario se prolongue, para que los empresarios puedan arriesgar su dinero", ha dicho Enseñat. Y Piñeiro y Braco han señalado grandes nichos de gasto. El almirante, al hablar de las "tres capacidades básicas" para la Armada: arma submarina, proyección del poder naval en tierra e interoperabilidad con los otros ejércitos. Antonio Piñeiro ha subrayado las dos primeras. En el caso del submarino especialmente, porque "es la plataforma convencional que genera más disuasión, porque con su discreción provoca incertidumbre estratégica al adversario". El jefe del Ejército del Aire y del Espacio ha señalado la necesidad de una defensa aérea potente. "Ucrania llegó a su punto de atrición porque ha fallado un sistema de defensa aérea integrado, el IAMD, Integrated Air Missile Defence", ha explicado Braco. Pero se ha centrado más en el cosmos, un dominio en el que cada vez hay menos sitio para la colaboración y cada vez más para la rivalidad: "En los últimos tres años ya se deja de hablar del espacio como 'global common', y se habla del 'world fighting domaine' -ha dicho en inglés-. Hay que asegurar las capacidades de nuestros satélites, tenemos que protegerlas". Nada de esto es barato. Pero el almirante ha tirado de un argumento clásico para defender la inversión: "La mejor forma de afrontar un conflicto es evitarlo. Y para evitarlo el término clave es la disuasión. Cuesta dinero, pero es más económica que cualquier conflicto".

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