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Parana » Entremediosweb
Fecha: 12/05/2025 00:14
En las últimas horas se dio a conocer que en un subsuelo del Palacio de Tribunales de la Corte Suprema encontraron material de propaganda nazi. Estos documentos fueron encontrados durante una mudanza del archivo del máximo tribunal. Ahora investigarán si contienen información crucial para esclarecer cuestiones relacionadas al holocausto. El sorprendente e histórico hallazgo fue posible gracias a la labor de los funcionarios que se dedican a la puesta en funcionamiento del Museo de la Corte Suprema. Durante ese trabajo encontraron una serie de cajas con material vinculado al nazismo que llegaron al país en 1941 y fueron olvidadas por casi ocho décadas. Luego de la preservación de la documentación, el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, ordenó llevar adelante un relevamiento de todo lo encontrado. Esta decisión se relacionó con la importancia histórica del material encontrado y la posibilidad de que contenga información crucial para esclarecer hechos vinculados al Holocausto. El viernes pasado, en uno de los despachos del cuarto piso del Palacio de Tribunales, el propio Rosatti fue parte de la apertura de las cajas. Del acto participaron también el Gran Rabino de la Asociación Mutual Israelita Argentina, Eliahu Hamra; el director Ejecutivo del Museo del Holocausto de Buenos Aires, Jonathan Karszenbaum, y la investigadora del Museo del Holocausto de Buenos Aires, Profesora Marcia Ras. También estuvieron el titular del Centro de Asistencia Judicial Federal (CAJF), Pablo Lamounan; la directora de Bibliotecas de la Corte Suprema, Jessica Susco; el director de la Oficina de Servicios Auxiliares, Marcelo Valente y la licenciada en conservación y restauración de bienes culturales María de la Paz Podestá. Mudanza Este hallazgo fue posible debido a que se está creando el Museo de la Corte Suprema. En la mudanza abrieron una de las cajas que había en el lugar y encontraron que dentro había material que intentaba consolidar y expandir las ideas de Adolf Hitler en la Argentina, cuando la Segunda Guerra Mundial ya estaba en marcha (1941). Este descubrimiento y su importancia obligaron a poner las demás cajas bajo custodia hasta su apertura formal. Llegada El material de propaganda nazi llegó a la Corte Suprema en un recorrido que comenzó el 20 de junio de 1941. Ese día llegaron 83 cajas enviadas desde la embajada alemana en Tokio a bordo del barco japonés “Nan-a-Maru”. La embajada alemana en Argentina los declaró elementos de uso personal para miembros de esa representación diplomática y, en consecuencia, reclamaban su libre despacho. Pese a eso, la División de Aduanas y Puertos frenó el intento. “Teniendo en cuenta la elevada cantidad de las remesas en cuestión y en previsión de que los temas abordados en los referidos libros sean de una índole tal que puedan llegar a afectar la posición de neutralidad que el país ha adoptado frente a los acontecimientos europeos, me dirijo a V.E. solicitándole quiere servirse manifestar a este Departamento si, en su opinión, existiría o no algún inconveniente en dar al pedido de la Embajada de Alemania el trámite común a este tipo de solicitudes”, consultó el director de Aduanas, Carlos Acevedo, al canciller Enrique Ruíz Guiñazú el 28 de julio de 1941. Ante este escenario intervino la Comisión Especial Investigadora de las Actividades Antiargentina, creada por aquel entonces en la órbita de la Cámara de Diputados. Ese organismo se encargaba de monitorear las actividades de individuos y organizaciones con ideologías y métodos contrarios a las instituciones republicanas y la soberanía argentina. Con los informes de este organismo es que pretenden reconstruir la historia de las cajas. Intervención entrerriana Quien presidía la comisión, el diputado radical oriundo de Paraná, Raúl Damonte Taborda, pidió a la Aduana que le remitiera la información de las encomiendas que habían llegado en el vapor japonés. Los bultos pesaban casi 700 kilos. El 8 de agosto de 1941, representantes de la Aduana del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Comisión Investigadora eligieron cinco cajas al azar y las abrieron. Dentro encontraron diversas encomiendas junto a publicaciones de orden científico, literario y cultural que encuadran en las limitaciones de propaganda acordada con el Gobierno. Entre esos papeles había postales, fotos y material de propaganda del régimen nazi. Dentro también había miles de libretas, algunas de la Organización del Partido Nacional Socialista en el exterior y otras de la Unión Alemana de Gremios. Funcionarios nacionales resolvieron dejar las cajas detenidas hasta consultar con sus superiores. Los representantes de la embajada no firmaron el acta y se retiraron. Días después solicitaron que se autorizara el retorno de los paquetes a la embajada alemana en Tokio, desde donde los enviaron. Presiones El paranaense Damonte Taborda escribió entonces al ministro de Hacienda, Carlos Acevedo: “Como solamente han sido abiertos cinco de los 83 paquetes, la comisión que presido considera indispensable para la mejor seriedad de estas diligencias abrir los 78 paquetes restantes. Sirve de fundamentos de esta opinión antecedentes que el señor ministro no podrá dejar de apreciar en todo su valor como ser, en primer término, que el contenido de las encomiendas abiertas está constituido en gran parte por material de propaganda antidemocrática y lesivo para las naciones con las cuales mantiene normal relación la República Argentina”. El legislador presionó además por la desaprobación de la devolución del material por “inconsistencias” por parte de la embajada en oportunidades anteriores. Para esto usó como argumento que en su momento declaró como correo diplomático bolsas que contenían un transmisor radiotelegráfico. “Buenos Aires parece ser la plaza elegida para concentración del material de propaganda antidemocrática que luego se distribuye profusamente en otros países de América Latina”, escribió en uno de sus informes la Comisión Especial Investigadora. Intervención judicial Esta comisión pidió el secuestro de los bultos, solicitud que rechazó el Ministerio del Interior con el respaldo de Cancillería. Ante este escenario, la Comisión fue a la Justicia: el 13 de septiembre de 1941 pidieron al juez federal en lo Criminal y Correccional Miguel Jantus que ordenara la incautación de las encomiendas. El magistrado pidió más informes con la aclaración expresa de que la mercadería debería ser mantenida a disposición del juzgado. Tres días después, el 16 de septiembre de 1941, el juez remitió las actuaciones a la Corte Suprema debido a que se trataba de un trámite que involucraba directamente a un país extranjero. Esto significa que se trataba de un tema a tratar por el máximo tribunal. De lo ocurrido entonces ya no había registro. Se desconocía que había ocurrido con el material hasta que lo encontraron casi por casualidad en el subsuelo del palacio de calle Talcahuano al 550. Nueva investigación El director de la Oficina de Servicios Auxiliares Marcelo Valente inició una investigación y detectó que las cajas se vinculaban con esa vieja causa. Elevó su informe al director del Centro de Asistencia Judicial Federal Pablo Lamounan, quien dispuso la preservación inmediata del material. También ordenaron el traslado de ese material a una sala del cuarto piso de los tribunales. Debía estar especialmente acondicionada con cámaras de seguridad y custodia policial. Luego del acto de apertura de cajas del material de propaganda nazi encontrado en la Corte Suprema que se realizó el viernes, los investigadores iniciaron la evaluación de los documentos priorizando su cuidado. El inventario llevará semanas de trabajo. El objetivo final es obtener un minucioso relevamiento de todo el material encontrado con el fin de evaluar, en el contexto de relevancia histórica, si tiene información crucial para esclarecer hechos vinculados al Holocausto. A su vez pretenden saber si el material puede ser útil para establecer la ruta del dinero nazi en el mundo. Fuente: Infobae. Leé también | Una mujer dio a luz en casa: ocurrió en Ceibas.
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