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» Misionesopina
Fecha: 11/05/2025 01:08
En el convulsionado escenario electoral de cara a las legislativas provinciales del próximo 8 de junio, la interna libertaria en Misiones estalló en los tribunales. Lejos de la prédica anticasta y del discurso de ruptura con la vieja política, los autodenominados representantes de las ideas de Javier Milei protagonizan una disputa judicial digna de los manuales del más rancio partidismo. ¿La pelea? Nada menos que por el uso exclusivo de los símbolos, colores, banderas, logos e incluso de la imagen del propio Presidente de la Nación. Con el 57% de los votos obtenidos por Milei en Misiones durante las presidenciales de 2023 como botín político en disputa, sectores que se arrogan su representación buscan capitalizar esa adhesión sin reparos ni autocrítica. Tal vez alertados por encuestas poco alentadoras o temerosos de perder centralidad frente a otras fuerzas libertarias emergentes, desde La Libertad Avanza Misiones decidieron llevar la batalla a la Justicia Electoral. La presentación fue encabezada por Valeria Soczyuk, pareja del apoderado legal Adrián Núñez, excobrador de impuestos de la Municipalidad, con patrocinio de Santiago Viola, apoderado nacional del partido. En el escrito los libertarios piden la exclusividad en el uso de la simbología que remite a Milei, argumentando que otros candidatos estarían “confundiendo al electorado” y buscando “sacar un rédito político” indebido. El pedido, dirigido al Tribunal Electoral provincial, es contundente: se solicita que se intime a los candidatos Martín Arjol y Pablo Argañaraz —vinculados al Partido Libertario— a eliminar toda publicación en redes sociales que contenga la imagen de Milei, símbolos de LLA o cualquier representación visual asociada, incluso aquellas generadas mediante inteligencia artificial. El argumento central: esa simbología es “propiedad exclusiva del partido”. MISIONES OPINA publicó, en exclusiva, el pasado domingo 4 de abril, que Arjol y Argañaraz usaban simbología de Milei en su campaña pese a no ser candidatos reconocidos por LLA. El escrito llega a plantear posibles sanciones para quienes infrinjan esta supuesta exclusividad. No sin ironía, el texto firmado por Viola se refiere al diputado nacional radical como “Martín Arjona”, dejando en evidencia cierto nivel de desconocimiento del escenario político local. La respuesta no se hizo esperar. Desde el Partido Libertario de Misiones, su presidente Nicolás Sosa Wolhein contraatacó con dureza: calificó la presentación de Soczyuk y Viola como un “absurdo jurídico” y una negación de los principios más elementales del liberalismo. “Pretenden apropiarse de símbolos que no les pertenecen, como la bandera de Gadsden, que representa un ideario filosófico, no un sello partidario”, advirtió Sosa. Con argumentos técnicos pero profundamente ideológicos, el dirigente misionero explicó que no se puede prohibir el uso de la imagen de una figura pública como el Presidente, menos aún cuando esas imágenes fueron tomadas con su consentimiento y nunca objetadas por él. “Milei llama constantemente a abrazar las ideas de la libertad. ¿Cómo pueden restringir eso?”, se preguntó. Sosa fue más allá y apeló a su trayectoria en el espacio: “Fui uno de los fundadores de estas ideas en la provincia. Los registros del expediente 120/2018 lo demuestran. A quienes hoy quieren apropiarse de un símbolo mundial del liberalismo, les sugiero que estudien su origen. Porque al restringir su uso, ya están demostrando que no comprenden los valores que dicen defender”. La disputa judicial revela el trasfondo real de una escena política fragmentada. La marca Milei, poderosa y taquillera, es el trofeo codiciado por distintos actores que se presentan como “los verdaderos” libertarios. Pero en lugar de diferenciarse de los vicios de la política tradicional, replican sus lógicas: exclusividad, apropiación de símbolos, denuncias cruzadas y maniobras leguleyas. Todo lo contrario a la rebeldía descentralizada que supuestamente los define. En un año electoral caliente, donde Misiones renueva su Cámara de Diputados y decenas de concejales, la confusión entre sublemas, sellos y candidatos libertarios amenaza con diluir el caudal que Milei construyó en 2023. Y mientras se judicializa la estética, el debate de fondo —qué libertarismo se quiere para la provincia— sigue ausente. Lo que era una moda electoral, se convirtió en una guerra por la propiedad intelectual del mileísmo. Una escena que se parece demasiado a lo que Milei decía venir a combatir.
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