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» Diario Cordoba
Fecha: 10/05/2025 16:29
Bujalance disfrutó este sábado de una magnífica jornada plena de buen tiempo, diversión y alegría, de su romería en honor a San Isidro, en la que el pueblo se volcó con su fiesta más tradicional con un masivo seguimiento, acrecentado por ser fin de semana, con la llegada de numerosos visitantes de toda la comarca y provincia. La romería de Bujalance es inigualable por su grandiosidad y la originalidad de sus más de 50 carrozas artísticas, carretas, carriolas, caballistas, coro romero, carrozas de las romeras mayor e infantil y la extraordinaria participación, con cientos de personas ataviadas con traje flamenca y faralaes, acompañando a San Isidro, en el camino hasta el recinto romero del Buitrón, que nuevamente resultó pequeño. El patrón de los labradores salió de la Catedral de la Campiña para ir a la barriada de San Isidro, donde tuvo lugar la Misa de Romeros. Una vez finalizada, tuvo lugar el desfile artístico y multicolor de carrozas, carretas y miles de romeros y romeras ataviados. Más de 3.000 asistentes Se hizo una parada en la parroquia de San Francisco ante la patrona de Bujalance, la Virgen Inmaculada del Voto para pedirle protección en este día romero. Pero lo más destacado fue el camino a pie de más de 3.000 personas, que iban compartiendo alegría, baile, bebida y comida hasta el paraje del Buitrón. La llegada fue sobre las 14 horas, momento en el que el párroco, Francisco Roldán, realizó la bendición de los campos y el Coro Romero cantó el Padre Nuestro. El recinto romero se vio inundado por cerca de cinco mil personas, con alegría y ganas de fiesta, donde se vivió un extraordinario ambiente de convivencia y hermandad en las casetas. En la Caseta de la Hermandad de San Isidro, con la presencia de la alcaldesa, Elena Alba, y miembros del consistorio, se hicieron públicos los premios de las carretas, carrozas, caballistas y portadas de casetas, coronando además la romera mayor, Rosa Molinera y a la infantil, Inmaculada López. Al caer la tarde, San Isidro, carrozas y carretas regresaron al pueblo. Después de despedir a la comitiva, entró el Santo en la Catedral de la Campiña, donde se le despidió entre palmas, cohetes y fuegos artificiales, agradeciendo la jornada de convivencia, el beneficio que con su bendición da a los campos y al pueblo bujalanceño.
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