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  • De Campeón del Mundo a Recepcionista: La Nueva Vida de Cata Oviedo

    Federal » El Federaense

    Fecha: 10/05/2025 11:10

    Miguel Ángel “Cata” Oviedo, un ícono del fútbol argentino, comenzó su viaje en el deporte en la Selección Argentina y alcanzó la gloria mundial en 1978. Hoy, alejado de las canchas, se encuentra haciendo una vida más tranquila como recepcionista en Córdoba, un cambio profundo que le brinda estabilidad. Trayectoria en el fútbol Nacido el 12 de octubre de 1950 en Ciudad de Córdoba, Cata Oviedo se destacó en el club Palermo de su ciudad natal y luego se unió a Racing de Nueva Italia. Su consolidación llegó en Instituto, donde debutó como defensor en Primera División en 1973. Un año después, su talento lo llevó a Talleres, donde dejó una huella imborrable que lo llevaría incluso a la Selección Argentina. En 1977, Oviedo jugó un papel crucial en la última final del Nacional, donde su equipo se enfrentó a Independiente. Con la cita mundialista a la vuelta de la esquina, fue convocado por César Luis Menotti para integrar el plantel que representarían al país en un torneo histórico. Copa del Mundo 1978 Dentro del plantel que se consagró campeón del mundo, Oviedo fue parte de ese milagro, aunque su participación como suplente en el partido contra Perú fue limitada. Sin embargo, su archivo como jugador es notable, alcanzando un récord de 453 partidos disputados con Talleres, lo que lo consolida como un referente del club. Un nuevo rumbo post-futbol Tras su retiro en 1993, donde concluyó su carrera en Los Andes, Cata optó por la dirección técnica en varios clubes de la liga cordobesa, aunque finalmente encontró su lugar como recepcionista en el Polideportivo Municipal Carlos Cerutti. “He trabajado toda la vida en lo que me tocó, sin pedir privilegios” afirmó, reflejando la humildad que lo caracteriza. Un día a día común Desde hace más de dos décadas, Cata lleva una vida alejada del fútbol profesional. Su jornada es como la de cualquier ciudadano: recibe a las personas en el polideportivo y disfruta de la tranquilidad que le proporciona un sueldo seguro. “Los grandes me reconocen, los jóvenes no dimensionan lo que es ser campeón del mundo”, comenta, llevando con orgullo su pasado, aunque ahora lo vive de una manera diferente. Reconocimiento y legado La interacción con el público es significativa para él; aunque a veces no lo reconocen como un campeón, su trayectoria sigue viva en la memoria de muchos. “Aquí soy una especie de administrativo. Tal vez no sepan que fui campeón, pero me recuerdan por lo que dejé”, expresa, con satisfacción por el impacto que tuvo en el fútbol argentino. Del fútbol a la vida diaria La historia detrás de su empleo actual es igualmente interesante. Fue el jefe de personal, un conocido hincha de Talleres, quien le propuso el transferirse. “Me sentí más cómodo, menos presión en este nuevo rol”, reconoce, eligiendo la tranquilidad y una nueva etapa en su vida. Concluyendo su testimonio, Cata comparte que ya no tiene la energía para trabajar con los jóvenes en el fútbol y que busca un estilo de vida más apacible. “Cuando uno se va poniendo más grande, busca otro tipo de cosas, más tranquilidad”, concluye, reflejando un constante aprendizaje sobre la vida después de los momentos de gloria.

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