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Federal » El Federaense
Fecha: 09/05/2025 18:38
El clima de tensión entre el gobierno argentino y los medios de comunicación se intensifica tras las recientes acciones legales del presidente Javier Milei contra tres periodistas destacados. Para muchos, estas acciones no son más que un intento de silenciar la libertad de expresión y coartar las críticas hacia su administración. Las denuncias judiciales fueron presentadas ante los tribunales de Retiro y se dirigen contra Ari Lijalad, Carlos Pagni y Viviana Canosa. La acusación principal contra Lijalad surge de un artículo que publicó en El Destape, titulado “Milei, entre el odio a la información y el discurso nazi”, donde critica la retórica del presidente y hace un llamado sobre los peligros que implica la incitación al odio. Tras conocer la denuncia, Lijalad no dudó en manifestar su descontento en redes sociales, señalando que esto es otro paso del presidente para imponer su visión del mundo. Por otro lado, Carlos Pagni, conductor del programa “Odisea Argentina” ha sido acusado de hacer un paralelismo histórico entre el régimen nazi y la figura de Milei, una comparación que el presidente considera injuriosa. En cuanto a Viviana Canosa, se le atribuyen declaraciones donde califica a Milei de “déspota” y “autoritario”, comparándolo con líderes dictatoriales, algo que el presidente también ha decidido llevar a juicio. Ante esto, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) ha reaccionado de inmediato, expresando su repudio a estas denuncias. Agustín Lecchi, el secretario general del gremio, ha enfatizado su preocupación por la escalada de ataques contra periodistas, destacando que esta no es una situación aislada. Comentó además sobre las amenazas y la intimidación que han sufrido numerosos trabajadores de prensa en el ejercicio de sus funciones, en particular, durante coberturas de manifestaciones sociales. Este caso se suma a una serie de incidentes preocupantes, incluido el ataque al reportero gráfico Pablo Grillo, quien fue herido por un cartucho de gas lacrimógeno disparado por efectivos de Gendarmería, y la intimidación sufrida por Antonio Becerra. Estos eventos han generado un llamado a la reflexión sobre el estado de la libertad de prensa en Argentina, donde las voces críticas parecen estar bajo ataque.
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