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Parana » Entreriosya
Fecha: 09/05/2025 14:20
Desde hace varios días, astrónomos detectaron una enorme mancha solar que apunta directamente hacia la Tierra. La misma, denominada AR 4079, se encuentra ubicada justo sobre la línea ecuatorial del Sol y posee un diámetro aproximado de 140.000 kilómetros, más de diez veces el tamaño de nuestro planeta. Su tamaño es tan impresionante que, con las debidas precauciones, puede observarse a simple vista. Para ponerlo en perspectiva, el diámetro total del Sol es de 1.392.000 kilómetros, mientras que el de la Tierra es de 12.756 kilómetros, lo que significa que el Sol podría albergar 109 planetas del tamaño de la Tierra. Fenómeno natural con potenciales implicancias tecnológicas Según la NASA, las manchas solares son perturbaciones magnéticas en la superficie del Sol. Estas manchas son regiones más frías que las zonas circundantes, con temperaturas que rondan los 3.300 grados Celsius, en comparación con los 5.500 grados Celsius del resto del Sol. La agencia espacial detalla que “el Sol está compuesto de plasma, o gas con carga eléctrica. Este gas puede afectar las líneas del campo magnético, provocando que se retuerzan, giren y se enreden a medida que el plasma se mueve. Estas marañas magnéticas impiden que el calor fluya a la superficie, creando regiones más oscuras y frías: las manchas solares”. Las manchas solares, especialmente las denominadas AR (región activa), son áreas con campos magnéticos intensos y complejos, fuentes de erupciones solares y eyecciones de masa coronal (EMC). Las erupciones solares son explosiones intensas de radiación que viajan a la velocidad de la luz, mientras que las EMC son grandes nubes de partículas cargadas que viajan más lentamente y son una de las principales causas de las tormentas geomagnéticas en la Tierra. Estas tormentas pueden provocar interferencias en sistemas de comunicación, navegación y redes eléctricas. Posibles consecuencias para la Tierra La actual mancha solar AR 4079 es clasificada como beta-gamma-delta, una de las clases magnéticas más complejas y activas. La meteoróloga italiana Margherita Erriu explicó que “si la región AR 4079 emitiera una llamarada especialmente violenta o, peor aún, una eyección de masa coronal en las próximas horas, la Tierra se vería azotada por un viento solar extremadamente intenso que podría perturbar nuestros sistemas de comunicación, navegación, radio e incluso electricidad”. Además, las EMC pueden generar auroras boreales y australes en latitudes inusuales. Este fenómeno ocurre en un contexto de creciente actividad solar. El Sol acaba de superar el mínimo de uno de sus mayores ciclos, conocido como el ciclo de Gleissberg, que se extiende aproximadamente entre 80 y 100 años. Esto sugiere que el Sol podría encaminarse hacia 50 años de intensa actividad. Mauro Messerotti, profesor de meteorología espacial de la Universidad de Trieste, señaló que “hay demasiadas variables en juego y la actividad del Sol no puede modelarse con tanta precisión”. Monitoreo y precauciones necesarias Ante la magnitud de AR 4079, las agencias espaciales y observatorios solares de todo el mundo están monitoreando su evolución. El Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) utiliza instrumentos basados en la Tierra y satélites para registrar las regiones activas del Sol en busca de cambios y emitir advertencias de eventos espaciales peligrosos. Aunque la atmósfera y el campo magnético terrestre nos protegen en gran medida de la radiación solar, una mancha solar gigante podría aumentar la exposición a la radiación en altitudes elevadas, como en los vuelos comerciales de larga distancia informó Clarín.
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