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CABA » Plazademayo
Fecha: 09/05/2025 06:16
Una bocanada de aire fresco y una dosis de esperanza inundaron los pasillos del Hospital Ramos Mejía cuando Pablo Grillo, el fotógrafo herido durante la represión de la marcha de jubilados el pasado 12 de marzo, pudo dar su primer paseo tras 55 largos días de internación. A pesar de las evidentes secuelas físicas que aún persisten, este pequeño pero significativo avance en su recuperación ha llenado de alegría a su familia, amigos y colegas. La noticia fue comunicada con emoción este miércoles por sus allegados a través de las redes sociales. «La alegría es total», expresaron, compartiendo el alivio de ver a Pablo recorrer los balcones del hospital, un gesto impensable hace tan solo unas semanas, cuando su vida pendía de un hilo en la sala de terapia intensiva. Este progreso se suma a la reciente intervención quirúrgica endoscópica a la que fue sometido Grillo. La operación, realizada a través de las vías nasales, logró aliviar la peligrosa presión intracraneal ocasionada por el impacto del proyectil de gas lacrimógeno que lo hirió en el rostro durante la cobertura de la manifestación frente al Congreso. Si bien los médicos calificaron la intervención como exitosa, remarcaron la necesidad de un monitoreo constante de su evolución. En los próximos días, se llevarán a cabo punciones lumbares para evaluar más a fondo su estado de salud. La familia de Pablo no dejó pasar la oportunidad para agradecer el inmenso apoyo recibido durante este difícil trance. «Gracias a todos los que rezaron, enviaron energías y buena vibra», manifestaron, reconociendo el sostén fundamental de la comunidad, colegas y organizaciones de derechos humanos. Sin embargo, la mejoría física de Pablo no significa el fin de la lucha. Su caso se ha convertido en un símbolo de la exigencia de justicia ante el uso desmedido de la fuerza policial en manifestaciones pacíficas. La investigación judicial, a cargo del Juzgado Federal N.º 1 de María Servini, continúa su curso con el objetivo de identificar a los responsables del operativo represivo que hirió gravemente al trabajador de prensa. La situación de Grillo trasciende su salud individual y se instala como una crítica palpable al manejo de las protestas sociales por parte del gobierno. Tanto su familia como organizaciones como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) mantienen firme su reclamo de justicia por los hechos del 12 de marzo, un episodio que dejó una profunda marca en la sociedad y que aún espera respuestas concretas. Mientras Pablo da sus primeros pasos hacia la recuperación, la demanda por verdad y justicia resuena con fuerza.
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