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  • Primera exportación de peras chinas a Argentina expone la crisis del sector frutícola nacional

    Crespo » Paralelo 32

    Fecha: 09/05/2025 14:39

    Un total de 2.597 cajas de peras frescas, con un peso total de 17,5 toneladas y un valor estimado de 183.000 yuanes (unos 25.420 dólares), fueron enviadas recientemente desde China hacia Argentina. Esta operación, realizada por la compañía Botou Dongfang Fruit Co., Ltd., representa la primera exportación de peras chinas al país, según informaron este jueves 8 de mayo las autoridades aduaneras de Shijiazhuang, en la provincia de Hebei. La pera fresca es una fruta emblemática de la agricultura en Hebei, con presencia consolidada en mercados internacionales: en el primer trimestre de 2025, la provincia exportó 69.000 toneladas de esta fruta por un valor de 420 millones de yuanes, lo que significó aumentos interanuales de 14,8% y 13,9%, respectivamente, según datos del China News Service (CNS). Desde Botou Dongfang, su director general Guo Yusen explicó que América Latina representa un mercado emergente de interés por su creciente demanda de frutas chinas, y aseguró que la empresa busca expandirse en regiones donde otras naciones enfrentan dificultades para colocar sus productos. En ese marco, las aduanas de Shijiazhuang informaron que se realizaron controles de calidad y fitosanitarios exhaustivos, con supervisión directa en todo el proceso productivo para garantizar el cumplimiento de los estándares internacionales. Además, se adoptaron medidas logísticas para acelerar la salida de la fruta y preservar su frescura en destino. Un contraste doloroso: la otra cara del mercado en Argentina Mientras Argentina importa peras de China, el panorama en el Alto Valle, tradicional zona productora del país, es dramático. De acuerdo a un informe de LM Neuquén, miles de toneladas de peras han sido descartadas en las últimas semanas del mes de febrero por empresas frutícolas ante la falta de mercado, calidad comercial y precios viables para sostener la actividad. Algunas firmas enterraron la fruta con todo su embalaje, otras la derivaron a jugueras a valores irrisorios de 7 centavos de dólar por kilo, muy por debajo de los 32 centavos que cuesta producirla, lo que refleja una crisis estructural que se agrava temporada tras temporada. A fines de 2023, el stock en cámaras de frío ascendía a 49.000 toneladas, un 70% por encima del promedio de los últimos cinco años. Ese excedente, que ocupa espacio necesario para la nueva cosecha, obligó a tomar decisiones drásticas: no habrá campaña de peras William's este año, ya que se utilizaron peras Packham’s remanentes para cubrir la demanda. Competencia externa y falta de competitividad La llegada de fruta importada, como las peras chinas, acentúa la falta de competitividad del sector argentino. Según el productor Federico Sacheri, el problema no es la pérdida de mercados, sino los altos costos internos y un tipo de cambio oficial que actúa como ancla inflacionaria, dejando a los productores en desventaja frente a países del hemisferio sur como Chile, Sudáfrica o Australia. “El mercado interno no puede absorber la producción, y muchas veces hay que exportar aún a pérdida”, señaló Sacheri, quien advirtió que la actividad se está achicando y perdiendo terreno frente a la competencia externa, pese a que Argentina cuenta con ventajas agroecológicas únicas. Con precios de exportación que en algunos casos rondan los 8 a 10 dólares por caja, muy por debajo de los 15 a 18 dólares considerados como sostenibles, la mayoría de los productores pierde dinero, mientras deben afrontar costos laborales crecientes: se estima que el salario de un operario frutícola superará los 2,5 millones de pesos por mes, lo que representa el 60% del costo total de la fruta exportada. Una advertencia silenciosa “Este año se viene un ajuste importante en los volúmenes de producción”, afirmó un empresario del sector, previendo una reducción deliberada en la cantidad de fruta almacenada, para evitar situaciones como la actual, en la que calibres chicos o fruta de baja calidad no encuentran destino. En este contexto, la exportación de peras chinas a la Argentina no es sólo una novedad comercial, sino un símbolo del giro que está tomando el mercado internacional y el retroceso que vive una de las economías regionales más emblemáticas del país

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